Teresa Gutiérrez, directora de Augas de Galicia: «Todos los embalses de abastecimiento están por debajo de la media»

Manuel Arroyo Alves
Manuel Arroyo FERROL / LA VOZ

FERROL

La titular del ente autonómico insiste en reducir la demanda
La titular del ente autonómico insiste en reducir la demanda Sandra Alonso

El año hidrológico, iniciado en octubre, está marcado por la escasez de lluvia

13 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La provincia de A Coruña, igual que el resto de Galicia, atraviesa un año hidrológico peliagudo. Poca lluvia. El contador se pone a cero en el mes de octubre y se para a finales de septiembre. En lo que va de ejercicio, las precipitaciones se mantienen por debajo de la media, lo que deriva en una situación «preocupante» para los encargados de la gestión del agua. Teresa Gutiérrez es la directora de , el organismo adscrito a la Consellería de Infraestruturas que vela por el preciado recurso.

—El año pasado, por estas mismas fechas, se apuntaba a un otoño seco. ¿Fueron atinadas las previsiones?

—No solo el otoño fue seco. También lo fue el invierno y lo está siendo la primavera. De todo el año hidrológico, que empezó en octubre, solo hay dos meses que alcanzaron la normalidad. Fueron diciembre, que justo estuvo en la media de precipitaciones, y marzo, que también estuvo en valores normales. El resto de los meses estuvieron por debajo de la media, y algunos significativamente. Noviembre fue bajísimo, enero y febrero también. Con lo cual, la precipitación acumulada ha sido muy escasa.

—¿Eso fue lo que motivó que se activase la Oficina da Seca prematuramente?

—La Oficina da Seca no tiene solo en cuenta las precipitaciones. Nos dan un primer indicador, sí, pero se hace un análisis de cómo están los sistemas para saber cómo les está repercutiendo la disminución de las lluvias a los caudales circulantes en los ríos y los de entrada a los embalses. El plan de seca vigente —todavía no hemos aplicado el nuevo, que ya hemos aprobado— establece que si los índices de estado dan prealerta durante dos meses, se declara la prealerta en ese sistema. Y eso fue lo que nos llevó a declarar la prealerta por sequía de forma prematura. Primero en los sistemas de la zona sur, y a continuación en todos los sistemas de la cuenca. La realidad es que la situación no ha tenido remontadas, pero nos encontramos ante una situación preocupante.

—¿Cuál es la situación respecto al 2021?

—El año pasado, a estas alturas, no estaba declarada prealerta, porque la primavera había compensado la falta de lluvias en el invierno. Ahora sí lo está toda la demarcación hidrográfica, que la conforman todos los ríos que nacen y desembocan en Galicia. En enero ya declaramos la prealerta por sequía en casi toda la cuenca.

—¿Qué supone para los usuarios esa prealerta?

—Hay una situación de riesgo. Lo que hacemos fundamentalmente es una labor de concienciación. Primero a los ayuntamientos, porque son los que tienen las competencias en los abastecimientos y pueden ordenar medidas concretas. Hemos comunicado por carta a los concellos su entrada en prealerta y que tienen que empezar a tomar medidas, comenzando por la concienciación, que también hicimos desde la Xunta, y medidas para analizar el plan de emergencia por sequía, que deberían tenerlo. Lo que se puede hacer es restringir las demandas. El recurso no está en nuestra mano, pero la demanda sí. Por ejemplo el baldeo de calles, el riego de jardines, bandos para el buen uso del agua… Pero es verdad que los propios usuarios también podemos tomar medidas en nuestras casas.

—Será un verano…

—Las previsiones en invierno son más fáciles. En verano son complicadas. Lo que nos explicó Meteogalicia es que la primera semana de junio iba a ser lluviosa, pero que ya la segunda irá de cara al anticiclón y que después es bastante difícil de prever. Hay modelos americanos que vienen a decir que va a ser seco. Pero estas previsiones son muy falsas a estas alturas. En cualquier caso, las precipitaciones en verano, aunque sean por encima de la media, son bajas. Así que tenemos que empezar a pensar en que nos tenemos que arreglar con lo que tenemos. Ojalá llegué en junio una lluvia de tres o cuatro días que nos alivie. O en julio y en agosto. Pero incluso así, las aportaciones en esta época suelen ser bien bajas.

—¿Con qué reservas encaramos el verano?

—Los embalses de abastecimiento están en un 93,7 %, y la media es 97 %. Es decir, están casi cinco puntos por debajo.

—¿Es preocupante?

—Bueno… cinco puntos, dependiendo del embalse, pueden ser 15 días de agua. Todos los embalses están por debajo de la media. Y los caudales circulantes de entrada también están bajos. Nos encontramos ante una situación en la que los caudales medios están en torno a un 46 % de los valores habituales, sean en los ríos, manantiales o aguas subsuperficiales. Nos tememos que aguas de manantiales que podían durar todo el verano, quizá empiecen a fallar antes. La disposición de recursos es baja. Debemos concienciarnos de que tenemos que reducir la demanda de agua.

«La variante de covid-19 con mayor presencia en las residuales es la de ómicron»

 

Desde el inicio de la pandemia del covid-19, las aguas residuales supusieron un indicador de la presencia del virus entre la población. Los primeros informes semanales de aquellos compases iniciales del 2020 determinaban la tendencia de la enfermedad en las áreas de influencia de las depuradoras muestreadas. Ahora, esos controles siguen activos, pero con mayor coordinación y nuevos parámetros. En lo más crudo de la crisis sanitaria, Augas de Galicia tomó como referencia las estaciones de tratamiento de las principales urbes: como mínimo se tomaban dos muestras semanales y, en el caso de Santiago de Compostela y A Coruña, hasta tres.

—¿Cómo evolucionan las mediciones de presencia de restos de covid en las aguas residuales?

—Antes trabajábamos cada uno con nuestros sistemas de medición. A lo largo de la pandemia del coronavirus se fue estandarizando y el Ministerio de Sanidad ideó un programa de vigilancia, el VATar, que fue entrando poco a poco en diferentes depuradoras de Galicia. Ahora mismo está haciéndose en cuatro depuradoras: Pontevedra, Lugo, Ourense y Vigo, y tenemos previsto ampliarlo a Ferrol. Además, va a ponerse en marcha un programa más ambicioso, con nuevos parámetros, para el que se va a seleccionar una instalación de cada comunidad autónoma. En Galicia va a ser A Coruña. También controlamos Santiago, así que tendríamos cubiertas todas las ciudades. A día de hoy, en las depuradoras que estamos llevando el seguimiento del covid-19, la situación es estable. Hubo algunos repuntes, pero los informes quincenales no nos indican cambios. Además se hace una secuenciación del tipo de resto, y la variante que aparece es la ómicron, concretamente la subvariante BA.2.

«El suministro desde As Forcadas y Cecebre está garantizado más de tres meses»

 

Nivel actual de embalse en la infraestructura de Valdoviño
Nivel actual de embalse en la infraestructura de Valdoviño JOSE PARDO

 

En la zona norte, los principales embalses son el de As Forcadas, en Valdoviño, y el de Cecebre. El primero abastece a los municipios de Ferrol, Narón, Fene, Ares y Valdoviño, y el segundo al área de A Coruña.

Según explica la directora de Augas de Galicia, Teresa Gutiérrez, «As Forcadas está a un 91 % de su capacidad, cuando lo normal, a estas alturas del año, es que estuviese al 100 %». Es decir, está más bajo de lo habitual, igual que su caudal entrante, que presenta 0,7 metros cúbicos por segundo, cuando la media es de 1,2. «Aunque nunca hemos tenido problemas en As Forcadas por cantidad —sí que los tuvimos por calidad— esta vez nos preocupa un poco más porque no consiguió recuperarse y está nueve puntos por debajo de la media. Tiene agua para más de tres meses, pero se está resintiendo un poco de la sequía», subraya Gutiérrez.

En cuanto a Cecebre, está al 93 % de su capacidad de ocupación, cuando lo normal en esta época es que estuviese al 98 %. O lo que es lo mismo, cinco puntos menos. El caudal de entrada es 1,6 metros cúbicos por segundo, cuando lo normal sería 2,2.

Ambos ofrecen garantía de abastecimiento «por encima de tres meses, pero es importante que estemos atentos porque la situación de este año es muy singular», recalca la titular de Augas.