«Mis canciones no pasan por mi cabeza, pero mi vida tampoco»

A fuego lento ha cocinado su éxito, que ya dura veinte años. Rosana desprende la calidez de su isla desde el minuto uno de una conversación en la que no hay rastro del hermetismo que se le achaca: «Yo no quería salir en foto en mis discos, solo quería que saliesen mis pies. ¿Sabes por qué? Porque yo soy eso y, sobre todo, quería seguir teniendo mi vida. Me costó convencer a la discográfica de que yo no era márketing, ¡era verdad!». Y qué verdad.

-Vienes a Santiago, Vigo y A Coruña.

-Adoro a Galicia, adoro a la gente, adoro los conciertos que hemos hecho y, obviamente, adoro el marisco, ja, ja. Siempre que hemos pasado por ahí han sido conciertos muy especiales y muy mágicos, y siempre lo cuento porque hay como determinados lugares de España donde yo recuerdo al principio que me decían: ‘Oye vas a ir a Galicia, no te preocupes, porque allí la gente es más seria y si no se ponen a bailar no pasa nada’. Y la verdad es que desde el segundo cero la gente se ponía de pie y a bailar como locos. Y yo decía: ‘Chicos, pues una de tres; o quien me lo dijo no os conoce o eso no es verdad o, la tercera, esto se me ha llenado de andaluces’, Ja, ja, ja.

-A fuego lento llevas cocinando tu éxito durante 20 años. ¿Eres de ir despacio?

-Sí, me gusta saborear las cosas, ser consciente de lo que voy viviendo, que cada momento tenga el cien por cien de mi energía y de mis ganas. Soy de ese tipo de personas que sí, que le gusta vivir a mil, pero cada momento, cada segundo.

-Tu música es muy reconocible. Has ido al margen de las modas.

-Soy fiel a mí misma, intento darle a la gente lo que siento. Eso te da ventajas e inconvenientes, pero yo siento que más ventajas. La parte mala es que a veces no he estado tan de moda, pero la buena es que siempre he sido reconocible.

-¿Rechazarías algún estilo?

-No, yo creo que mi estilo es no tener estilo. La característica más fuerte en mi música probablemente es esa; tendré muchos complejos, pero el musical no es uno de ellos. Cuando me preguntan de qué va a ir mi próximo disco, no tengo ni idea. Nunca me adelanto a lo que viene.

-Tú no eres de competir, eres más de compartir.

-Eso por supuesto. Ni la vida es tan larga ni el mundo es tan grande como para andar compitiendo. Es mucho más interesante compartir.

-Interesas por lo que haces. Eso es muy difícil, lo sabes, ¿no?

-Bueno, eso me dicen Ja, ja, ja. Pero yo creo que cada vez vienen más generaciones en esa línea. Yo abrí la puerta de que no tenía por qué ir ligada tu vida a tu música, sino que a través de tu música la gente ya conoce prácticamente todo. Cuando uno compone, al final te quedas en pelotas en todas las canciones.

-De hecho no querías salir en foto ni en las carátulas de los discos.

-Sí, es verdad, ja, ja. Al principio yo decía: ‘Pero, ¿por qué tengo que salir?’. De hecho, en el primero salgo chiquitita y azul ja, ja, ja. Y quería que la foto fuese una que hay en la contraportada de unos pies. Decía: ‘Pero si yo soy eso, a mí me gusta andar descalza por la vida’. Y me decían: ‘¿Tú estás loca?’ Ja, ja. ¿Pero sabes por qué? Porque yo quería seguir teniendo mi vida, ir a la calle, a la compra, encontrarme con la gente... Esa sensación de tranquilidad que con el tiempo la gente me está regalando. Pero los primeros meses fueron duros y me costó convencerlos de que no era márketing, era realidad. No quería ser inaccesible y salir con gafas oscuras y con gorra. A mí la gente me gusta, no me molesta, no me sobra nadie. El mundo es bonito porque la gente está dentro. Hay solamente una cosa que me gusta más que la música, y es el ser humano.

-Tu imagen siempre fue sencilla.

-El otro día en un programa de televisión una chavala de maquillaje y otra de peluquería me decían: ‘Es que el concepto que tienes tú está súper de moda’. Y yo les dije: ‘¿Pero tú sabes lo que me costó a mí? ¡Veinte años me ha costado estar de moda! Ja, ja.

-¿Tiene memoria la piel?

-Yo creo que sí, que no solamente tiene memoria, sino que es una memoria que no procesa el cerebro, es la única memoria libre que tiene el ser humano. Además, es superinteligente. Cuando la piel se eriza no solamente uno no se lo manda, porque no se puede, sino que es al revés. Nos avisa de que algo nos ha traspasado el alma. Es la memoria más bonita, emotiva, sensible, frágil y libre del ser humano. Es aquella que guarda las caricias.

-Compusiste 50 canciones y elegiste 11 para tu último disco. Escribes sin pensar, ¿te pasa lo mismo al hablar?

-A la hora de hablar me armo más lío, porque me pasa lo mismo que cuando escribo, pero tengo menos tiempo. Mis canciones no pasan por la cabeza, pero mi vida tampoco.

-«Te extraño» es más instrumental.

-Este disco es mucho más intenso en sonido, y por primera vez mezclo la parte orgánica con la programada, aunque sigue mandando lo orgánico.

-¿Cómo era la primera canción que compusiste con 8 años?

-La compuse después de visitar un asilo. El haber ido en Navidad, que es una fiesta familiar y, de repente, que ese momento pudiera asociarse a personas que estaban más solas, fue como un shock para mí. Es la canción más larga que hice en mi vida, porque no sabía lo que tenía que durar. Cuando la canté me aplaudieron varias veces en casa, porque pensaban que había terminado ja, ja, ja.

-¿Es la música un regalo de tu padre?

-Sí, mi padre me regaló mi primera guitarra con 5 años, y antes un piano chiquitito, porque él contaba que me escuchó en uno de juguete y me vio buscando las notas hasta que, de repente, empecé a tocar la melodía del Danubio azul. Ahí fue cuando en mi casa pensaron que si tenía esa facilidad me iban a regalar un instrumento. Y sin saberlo, o sí, no lo tengo muy claro, me regalaron lo que amo, lo que adoro hacer por encima de todas las cosas y, sobre todo, lo que más me gusta compartir en el mundo, que es la música.

CONCIERTOS

21 de abril, 21.00. teatro colón, a coruña 22 de abril, 21.30. AUDITORIO DE GALICIA,SANTIAGO. CICLO SANTIAUTOR 23 de abril, 20.00. TEATRO AFUNDACIÓN, VIGO ENTRADAS desde 18 euros

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