Creen que pueden jugar un papel relevante en la reconstrucción tras la crisis del covid-19, y tras renunciar a hacerlo en la fallida cita de abril
15 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Tras la marcha de Luís Villares -su candidato en el 2016, cuando se convirtieron en segunda fuerza política- En Marea decidió no presentarse a las elecciones autonómicas de abril para no dispersar el voto de izquierdas y facilitar así una alternativa real al PP. Fue una decisión difícil y dolorosa para ese partido porque de facto suponía su desaparición.
Pero esa decisión podría revertirse en los próximos días. En Marea se plantea ahora concurrir a los comicios que previsiblemente se celebrarán en julio. El diputado saliente Pancho Casal, que junto con María Chao ejerce la portavocía, indicaba ayer que la situación ha ido variando desde marzo por dos cuestiones. La primera, que a su entender, en estos meses de pandemia la oposición gallega «estivo desaparecida»; y la segunda que, con los retos que se le presentan ahora a Galicia y la necesidad de reconstruir el país por la emergencia sanitaria, entienden que En Marea tiene una responsabilidad «e non podemos quedar á marxe», sostiene Casal.
Tras la salida de escena de Villares, este diputado se ha convertido en una de las figuras más reconocibles en el partido (forma el grupo mixto en el Parlamento de Galicia) y ayer mismo fue quien participó junto al resto de formaciones de la oposición en el encuentro con Feijoo (él lo hizo por videoconferencia, no de manera presencial). Es partidario de celebrar elecciones en el momento que se den las condiciones, sin descartar julio.
El partido celebró asambleas comarcales de forma telemática durante el pasado fin de semana, y la asistencia, en torno a unas 150 personas según relatan, les animan a presentar una alternativa. Este mismo sábado se reunirá la coordinadora para tomar una decisión, y aunque después serán los inscritos, a través de un plenario los que tengan la última palabra, todo parece indicar que las siglas de En Marea estarán presentes de nuevo en la carrera electoral, como ya lo hicieron en el 2016 para las autonómicas, antes de que las diferencias internas terminaran por precipitar la ruptura del grupo, dando origen a la actual Galicia en Común, dirigida por Podemos.