Lo más importante en la vida

GALICIA

Pilar Canicoba

Pregunté más de 500 veces y solo algunos me dieron la respuesta correcta. Nada importa tanto como amar y ser amado

29 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué es lo más importante en la vida? ¿Alguna vez lo han pensado un buen rato? ¿Se lo han preguntado a sus amigos, a sus familiares, a sus parejas? Yo sí, bastantes veces. Unas quinientas en los últimos ocho años a través de las entrevistas que han aparecido en esta página. Muchos me contestaron que la familia; fue la respuesta más común. La salud, por supuesto, es otra salida rápida y con la que nunca te equivocas o, al menos, no te equivocas mucho. Ser feliz, ese concepto moderno que nos obsesiona, es un argumento que apareció también con frecuencia. Como si fuera posible ser feliz sin ser antes infeliz. También respondieron bastantes que lo primero era estar bien con uno mismo, tener la conciencia tranquila. Lo que ninguno de los quinientos y pico dijo fue: «El dinero». Y seguro que para más de uno y más de dos realmente era lo más importante. Pero eso es algo que no se puede admitir. Hay quien ni lo sabe.

Hoy no hay entrevista. Hoy voy a hablar un poco de toda esa gente que aceptó pasar un rato conmigo para conversar y mostrar una parte de sí mismos a Galicia. Porque la audiencia de La Voz es Galicia entera. En primer lugar, debo decir que no todos fueron sinceros. Recuerdo a un entrevistado en una cafetería hablando maravillas sobre su pareja y cómo el amor le había cambiado, al mismo tiempo que desviaba su mirada de halcón a una joven madre que estaba en la mesa de al lado con cara de aburrida y con quien se quedó hablando cuando yo me fui. Pero no diría que la insinceridad fue la tónica dominante.

A Alfonso Rueda, cuando era vicepresidente, le reté a contarme un chiste. Declinó la invitación con un lugar común pero cuando acabamos me contó tres. Eso sí, a condición de que no los publicara. Llegados hasta aquí, no lo voy a traicionar, pero sí diré que eran buenos. Alguno todavía lo cuento yo.

Puedo hablar también del circunspecto magistrado al que le comió la lengua el gato cuando le pregunté por sus aficiones. Dijo lo de siempre. Pero al apagar la grabadora confesó que era adicto a los videojuegos en plan Call of Duty. Otra que me dejó a cuadros fue Marta Sánchez, cuando me contó (por teléfono, desde Miami) que lo que mejor se le daba era equivocarse con los hombres. O Iván Ferreiro, que me abrió las puertas de su casa y me hizo olvidar que estaba en una entrevista. Javier Veiga me dijo aquello de que en Madrid había muy poca calidad de vida, pero mucha calidad de vidilla y Moncho Fernández que trabajar con gente joven te hacía sentir joven. Pasé uno de los momentos más agradables de todo este periplo con Xesús Alonso Montero, un hombre rebosante de humanidad. Antón Patiño me dijo aquello tan profundo de que Galicia es anfibia y me dio una entrevista tan densa que la podría haber escrito quince veces y en todas sería distinta. A Manquiña fue al primero a quien pedí una canción y me dijo que, para bailar agarrado, la mejor era I Have Got Dreams To Remember, de Otis Redding. Y, desde entonces, obligué a todo el mundo a retratarse con la falsa promesa de que iba a crear una lista con todas. Ahora que voy a tener tiempo, tal vez lo haga. ¿La que más salió? My Way, de Frank Sinatra. La canción de los funerales, ya ven.

García de Loza, Javier Gutiérrez, Elena Candia, Chema Prado, Yoseba M. P., Manolo Paz, Adrián Ben, Manuel García Fantini, Paco Pestana, Abel Caballero, María Emilia Casas, Carlos Pita, Manuel Fernández BlancoAnuska Lago, Xavier Campos, Esther Corral... gente que me dejó algo y que recordaré. De todos ellos, el personaje con mayúsculas, mi mejor entrevista, fue Ian Gibson.

Pero no perdamos el hilo. ¿Qué es lo más importante en la vida? Xaquín Marín, dijo que la dignidad. Y que yo recuerde, fue el único que eligió ese concepto. Algunos, muy pocos, escogieron la libertad. Tonhito de Poi, cómo no, dijo algo original y profundo: «Estar atento». Cañita Brava, con quien pasé un rato inolvidable, también se significó con su respuesta: «Saludar a la gente cuando te saludan». Ahora que se me acaba el espacio yo voy a confesar que a todos les hice esta pregunta para que reafirmaran lo que yo sé: que lo más importante en la vida es el amor; que sin amor todo funciona a medio gas y que no se vive si no se ama.

Y ahora sí que me voy. Gracias a los que me dejaron escribir en esta página y mi eterno agradecimiento a quienes me leyeron. ¡Hasta siempre!