El PSdeG está a 112 papeletas del último diputado de Ourense, por ahora del PP, pero que podría perder el BNG en caso de que se repitan los porcentajes de voto exterior del 2020
26 feb 2024 . Actualizado a las 12:53 h.Un asiento del Parlamento gallego podría cambiar hoy de partido aunque eso ya no cambie nada. Nada será distinto porque Alfonso Rueda amarró su primera mayoría absoluta el pasado domingo, con 40 diputados, nada quitará al BNG el hito de haber logrado el mejor resultado de su historia, con 25, y nada podrá maquillar que el PSdeG tocase fondo en las elecciones autonómicas del 18F. Con esos ingredientes lampedusianos comienza el recuento del voto exterior, que no será decisivo como alertaban los fontaneros de los partidos durante la campaña, pero sí podrá ser relevante. Especialmente en el caso de Ourense, donde los socialistas se encuentran a solo 112 votos de distancia de arrebatar el último escaño al PP. Aunque el voto emigrante podría incluir a un tercer protagonista, y a la vez perjudicado: el Bloque.
La provincia ourensana es donde más ajustado estuvo ese último escaño, con los socialistas a estrecho margen de hacerse con su segundo diputado, lo que le permitiría perder solo uno respecto al 2020. El recuento apunta a darle ese acta a la candidatura que en la circunscripción lideró Carmen Rodríguez Dacosta. Para ello, deberá recortarle 112 votos al Partido Popular. Las sacas llegadas del extranjero contienen unas 6.150 papeletas asignadas a la provincia de Ourense, por lo que los socialistas ya cuentan, como mínimo, con esos 112 votos. Pero necesitarán, además, que por cada cuatro votos que obtenga el PP, uno vaya a su lista. Con esa proporción, según el reparto de diputados que se realiza mediante el método d’Hondt, los socialistas estarían en disposición de arrebatar allí el octavo diputado del PP y sumar un segundo escaño.
Esto se explica al aplicar el método del matemático belga, empleado en el sistema electoral español para repartir diputados. El PP tiene ahora ocho escaños, por lo que cada nuevo voto que se recuente del exterior vale una octava parte para ellos. El PSdeG persigue un segundo, por lo que cada nueva papeleta vale la mitad. Es decir, que los populares deberían cuadriplicar los votos socialistas. Algo poco probable. Fuentes populares en Ourense aseguran, aun así, que esperan mantener los ocho diputados.
El problema podría tenerlo el BNG. Tomando como referencia el voto emigrante del 2020, cuando la participación fue ínfima —no llegó a mil personas en Ourense—, el PSdeG fue segunda fuerza con el 20 % de los votos, seis puntos más que el BNG. De repetirse esa proporción en el recuento de hoy, los socialistas no tendrían ese segundo diputado a costa del PP, sino del Bloque. Los sufragios para estos valen una cuarta parte, y en principio serán menos, por lo que el PSdeG lograría remontar a los nacionalistas y dejarles con tres diputados.
En el resto de provincias no se espera que pueda haber alteraciones. El último diputado en la circunscripción de A Coruña, que se fue al BNG, está a 9.511 votos de distancia para el PSdeG. En Pontevedra son de nuevo los socialistas quienes se quedaron sin ese último escaño, en este caso del PP, por 6.450 sufragios. Y en Lugo lo mismo, con el PSdeG a 3.087 votos del Bloque.
Con una participación más elevada en el exterior, habría margen para nuevos cambios en el recuento. Pero de las más de 470.000 personas residentes en el extranjero con derecho a participar en las elecciones gallegas, la gran mayoría nacidas fuera de Galicia, solo han acudido a votar 29.300, apenas un 6,5 %.
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pareja uruguaya que votó por primera vez en Galicia
«Votar era la forma de involucrarnos en la sociedad, de pertenecer a Galicia»
El próximo mes se cumplirán dos años desde que Florencia Rodríguez y Javier Fernández aterrizaron en Santiago y se asentaron en Bertamiráns. Llegaron desde Montevideo convencidos de que querían volver a sus raíces, que en este caso eran las que habían cultivado los padres de él: uno de Ourense y otro de Carballo, emigraron a Uruguay de jóvenes.
Como ciudadano español, Javier votó desde el exterior, en Uruguay, en todos los comicios en los que fue llamado a las urnas. Desde que regresó a Galicia, y pese a que tuvo dos oportunidades, no fue hasta la tercera, con las elecciones autonómicas en las que se elegía al nuevo presidente de la Xunta, cuando pudo votar presencialmente, en un colegio electoral gallego. La misma experiencia vivió Florencia: «Para nosotros, votar era la forma de involucrarnos en la sociedad. Es ese sentido de pertenencia a Galicia».
Les gusta la política, estar informados y participar en las jornadas electorales. Así que el 18 de febrero se despertaron temprano, se arreglaron, fueron a votar y volvieron a casa a desayunar, para luego seguir durante la noche electoral los resultados de las candidaturas. La misma rutina, explica Florencia, que seguían en Uruguay.
Hasta Bertamiráns llegaron por su cuenta, y fue precisamente una uruguaya quien les alquiló su primera casa. Vinieron con la intención de trasladar su empresa de ropa infantil Silvestre «a España y a toda Europa». Por eso, en cuanto se les presentó la oportunidad se mudaron a Arteixo, donde «hay más proveedores y confeccionistas». No fue hasta más tarde cuando se interesaron por los proyectos a los que podían optar como emigrados. Ahí apareció la oportunidad del Programa Retorna: presentaron la solicitud en septiembre del año pasado y en diciembre recibieron la ayuda. Con ella van creciendo poco a poco, buscando su lugar en el mercado. En A Coruña, dicen, se sienten como en casa: «Somos muy parecidos».