«Confiamos en Claudio al 100 %»

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Aficionados del Celta llaman a tener los «pies en el suelo» y no dar nada por hecho, pero están ilusionados con Giráldez y creen que es un acierto

20 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La afición del Celta ha vivido en la última semana como niño con zapatos nuevos. El anuncio de la llegada al banquillo de Claudio Giráldez relanzó la ilusión de la hinchada celeste y el resultado de Sevilla sirvió para redoblarla. Con nueve partidos por delante, han aprendido de otros años la lección de que no hay nada hecho y de que hay que seguir teniendo los pies en el suelo. Pero no cabe duda de que se identifican mucho más con un técnico que ya conocen del filial y con la declaración de intenciones que hizo en su estreno en el Pizjuán.

Si hay una peña especialmente satisfecha con la llegada de Giráldez al cargo es Os Zoqueiros, de su localidad natal, O Porriño. «Ni te imaginas el orgullo que hay en el pueblo. Todo el mundo está encantado», señala su presidente, Javier Bastos. Y no solo el celtismo: «Hasta las peñas del Madrid y el Barcelona te vienen a hablar de él. Ahora se acuerdan del Celta...», ironiza sobre el interés que ha suscitado más allá de su peña, donde están a muerte con él.

Aunque él no lo conoce personalmente, tiene referencias inmejorables. «Tengo amigos que jugaron en el Porriño con él. Todo el que lo conoce habla maravillas: dicen que es muy metódico, que puede estar el día anterior al partido dando vueltas a cómo reaccionar ante una expulsión, por ejemplo. Cuentan que es un coco», señala. Por todo ello, era su opción si cesaban a Benítez: «Confío en él 100 %. No pudieron elegir mejor. Se vio con la sensación que dimos en Sevilla», señala.

En las filas de Almas Celestes del Sur, la peña andaluza, también hay un porriñés orgulloso, Alberto Gilsanz. «Es un orgullo, como con Gabri (Veiga) y los demás jugadores de casa aunque no sean de mi pueblo», dice este aficionado afincado en Córdoba desde hace veinte años y que inculca el celtismo a su hijo, entrenado actualmente por el excéltico Rafa Berges en el Figueroa cordobés. «Sigo mucho al filial en la distancia y Claudio me parecía muy buena opción para el primer equipo. Era mucho mejor darle esta oportunidad que traer a alguien de fuera», analiza.

Admite que él era partidario de dar continuidad a Benítez por aquello del «proyecto a largo plazo», pero ahora está convencido de que el cambio fue un acierto. «Cuando íbamos perdiendo, más allá del resultado, el equipo ya me estaba gustando. No perdimos la cara al partido, el equipo no se arrugó, mostró personalidad. Y con canteranos en el campo», recuerda. Percibe que el equipo «cambió sustancialmente» y que un cambio en el banquillo siempre impulsa a jugadores que no estaban contando, como fue el caso de Carles Pérez y su reaparición. «Me sorprendió que lo sacara, pero salió bien y marcó un golazo», constata.

Testigos del estreno

Pablo Abreu, de la Peña Celtista de Mallorca, estuvo en el Sánchez Pizjuán. «El viaje estaba planeado de antes, pero cuando me enteré, dije: ‘Va a ser un día histórico, un punto de inflexión'», recuerda. Él también es seguido del filial en la distancia. «Lo mejor del Celta B de Claudio es que te divierte y eso es fundamental, porque no tiene sentido ir a ver un espectáculo que te aburre», dice en referencia a Benítez. De Giráldez valora «la riqueza táctica para intentar frenar al rival, el valor que le da a la cantera y la confianza que les da a los chicos para asumir responsabilidades».

Confía en la salvación, pero también tiene clara una idea que comparten muchos celtistas: «Si me tengo que ir a Segunda, que sea con los míos. El sentido de pertenencia es muy importante», precisa. Y deja claro que su apoyo a Claudio viene de atrás: «No me subo al carro ahora, le hubiera dado el equipo ya en verano».

Camila Magalí, de Norte Celeste, también estuvo en Sevilla y también es una incondicional del filial. «Me trae por la calle de la amargura, porque cada vez que me enamoro de un jugador, lo venden o lo regalan», lamenta. Temía que con Giráldez pasara algo similar. «Me encanta cómo gestiona la cantera, cómo conoce a la gente de casa», dice esta aficionada que confiera que «desde el primer día» no le gustaba nada la opción de Benítez. «Tardaron demasiado», opina.

Sergio García Velasco, de Movida Celeste y también presente en el duelo del domingo, es de los que se ilusionaron con Benítez, pero cree que en los últimos tiempos «había perdido el control del vestuario, de la afición y de todo». Por eso avala el cambio y dice confiar «plenamente» en la salvación y en Claudio. «Es un entrenador ofensivo, aunque con tres centrales parezca lo contrario. Le gusta arriesgar y jugar con pelota, no atrincherados».