Un ministro ucraniano acusado por corrupción, libre tras pagar 1,7 millones

Mónica Pérez
M. Pérez MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Mikola Solski, ministro ucraniano de Agricultura, en una imagen de archivo.
Mikola Solski, ministro ucraniano de Agricultura, en una imagen de archivo. Staff | REUTERS

Habría intentado hacerse con 2.500 hectáreas de campos agrícolas pertenecientes al Estado

26 abr 2024 . Actualizado a las 22:04 h.

El ministro ucraniano de Agricultura, Mikola Solski, quedó el viernes en libertad provisional tras el pago de una fianza de 1,7 millones de euros, horas después de que fuera detenido bajo una acusación de corrupción. Solski es investigado por un posible delito de apropiación indebida de terrenos en varias operaciones realizadas antes de la guerra.

Según las agencias, en el caso también aparece involucrado su adjunto, Markiyan Dmytrasevich, que no ha podido ser arrestado al encontrarse fuera del país, en un viaje vinculado al inicio de las negociaciones sobre la adhesión de Ucrania al bloque agrario de la UE. La comunidad ha sido precisamente muy beligerante con el Gobierno de Kiev sobre los estándares de transparencia que debe cumplir si quiere ingresar en los Veintisiete.

Zelenski, en apuros

La situación no deja de ser rocambolesca. El ministro redactó el jueves su renuncia al cargo, pero esta debe ser ratificada por el Parlamento, según el abogado del político. Como todavía no ha sido formalizada y Solski está de momento en libertad, podría regresar al frente del ministerio, al menos hasta que se confirme su dimisión. Todo ello pone en apuros al presidente Zelenski en un momento delicado en el que crece el malestar de la población ante sucesivas investigaciones por corrupción o fraude en el país; algo que ni siquiera la guerra ha conseguido frenar.

La Agencia Nacional de Lucha Anticorrupción comunicó formalmente el martes la acusación contra el ministro y este viernes un juez ordenó su detención preventiva. Según el auto judicial, se sospecha que estuvo implicado entre el 2017 y el 2018 en operaciones para hacerse ilegalmente con 2.500 hectáreas de campos agrícolas pertenecientes al Estado valoradas en 6,8 millones de euros en la región de Sumy. Al parecer, los terrenos estaban adscritos a la Academia Nacional de Ciencias Agrarias. Los documentos que acreditaban su utilización por parte de este organismo fueron destruidos. A partir de ahí, unos ciudadanos aparentemente particulares pedían ejercer el derecho sobre las tierras, que a la vista del Gobierno figuraban sin uso, y así acababan convertidas en propiedades privadas que podrían traspasarse a holdings.