Las ADAS, sin H, te protegen y te llevan

MOTOR ON

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Los Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción (ADAS) evitan el 40 % de los accidentes y el 29 % de las víctimas, y facilitan la conducción autónoma.

14 ago 2022 . Actualizado a las 12:34 h.

Muy pocos conductores conocen como son esos sistemas ADAS (en inglés, Advanced Driver Assistance Systems) y para qué sirven. Son ayudas imprescindibles para desarrollar la futura conducción autónoma, un aspecto en el que los fabricantes están avanzando mucho, pero en el que, una vez más, las administraciones están paralizadas a la hora de plasmar la reglamentación que permita circular a coches autónomos.

 De hecho, algunos fabricantes, como Mercedes, acaban de anunciar el lanzamiento de su sistema Drive Pilot, que permite la conducción autónoma avanzada de nivel 3 en sus modelos de lujo Clase S y EQS. El Drive Pilot, que tiene un coste de alrededor de 5.000 euros en el Clase S, permite a sus conductores dejar a cargo del coche la conducción en determinadas situaciones como tráfico denso o congestión de tráfico en autopistas. Cuando se activa el Drive Pilot, el sistema controla la velocidad y distancia, y guía al vehículo dentro de su carril. Analiza y tiene en cuenta el perfil de la ruta, los acontecimientos que se producen en ella y las señales de tráfico. También reacciona ante situaciones de tráfico inesperadas y las gestiona de forma autónoma, por ejemplo mediante maniobras evasivas dentro del carril o aplicando el frenado de emergencia. El sistema se basa en la tecnología de detección del vehículo y de las ADAS del mismo, a las que se añaden unos sensores adicionales que el fabricante considera indispensables para garantizar un funcionamiento seguro. Entre ellos se encuentran principalmente el radar, el LiDAR y las cámaras, así como los sensores de ultrasonidos y de humedad, que también aportan valiosos datos.

Otros fabricantes, como el francés DS, ya ofrece a sus clientes el DS Drive Assist, un sistema de conducción autónoma de nivel 2, un paso por detrás del de Mercedes, que permite que el propio vehículo gestione la velocidad y la posición del mismo en la vía mientras se circula a un máximo de 180 km/h.

Gracias a un radar, una cámara y varios sensores, el automóvil se adapta a las condiciones de la circulación, sigue automáticamente la trayectoria elegida por el conductor en el interior de la vía y regula la velocidad de un modo fluido para respetar la distancia de seguridad, llegando a la detención completa del vehículo si es necesario, sin intervención del conductor.

Todos los fabricantes trabajan ya en el nivel 5, el máximo, a la espera de los permisos de las administraciones.

España se queda atrás en el coche autónomo

Desde la Asociación de Fabricantes (Anfac) se pide el desarrollo inmediato en España de una reglamentación que permita al vehículo autónomo seguir cumpliendo etapas para que se autorice la circulación por encima del nivel 2 que rige ahora. Hay que pensar que países como Francia o Alemania ya trabajan para autorizar en breve el nivel 4. España se encuentra muy lejos de otros países, como Estados Unidos, Suecia, Finlandia o Reino Unido, en aspectos como ciberseguridad, conectividad, inversión tecnológica y calidad y conectividad de las carreteras. Por este motivo, en España los modelos de coches ofertados solo ofrecen el nivel de autonomía 2, aunque muchos de ellos ya llevan instalada (aunque no activada) la tecnología para el nivel 3.

Hay que recordar que en noviembre del 2015 se realizó en España el primer trayecto en carretera abierta de un coche autónomo. Se trataba de un Citroën Picasso fabricado en Vigo, dotado de tecnología autónoma realizada en gran parte desde el CTAG gallego, que pudo circular entre Vigo y Madrid, más de 600 kilómetros, sin la intervención del conductor.

Desde entonces hasta ahora, no se ha movido nada para dar pasos adelante, administrativamente, en favor del coche autónomo, a diferencia de otros países. Ni siquiera se aprecia una mínima inversión en la red viaria para facilitar la futura circulación de coches autónomos.

Así que de momento nos tenemos que conformar con utilizar las ADAS (ayudas a la conducción) de forma parcial en los coches que ya disponen de ellas. Maniobras como salir marcha atrás de los párkings en batería, o las frenadas de emergencia que detecta el coche antes que el conductor, o el mantenimiento en nuestro carril cuando nos despistamos, son más seguras gracias a la tecnología de cámaras y radares que vigilan al conductor y al entorno, evitando accidentes y víctimas. A la hora de comprar un coche deberíamos valorar las ADAS que posea.