En estos tiempos de subida de precios acaba de producirse un suceso paranormal: el nuevo Apple TV 4K, a la venta desde el viernes, cuesta menos que la versión anterior, y no es una rebaja cualquiera: 30 euros menos el modelo básico (solo Wi-Fi) y 60 euros el más completo (Wi-Fi + Ethernet), con lo que se quedan ambos por debajo del precio de partida del antiguo Apple TV. Además, duplican su capacidad a 64 y 128 GB, respectivamente, por lo que tampoco podría acusarse a la compañía de la manzana de practicar la reduflación. Ni la cheapflación: equipan el procesador A15 Bionic, más potente, para ofrecer un mayor rendimiento y fluidez; y ahora no solo son compatibles con Dolby Vision, sino también con HDR10+, lo que permite disfrutar en más televisores del contenido con el detalle y los colores imaginados por sus creadores.
Es una deflación en toda regla de un producto que ya es una piedra angular del ecosistema de Apple, que da acceso a un gran catálogo de servicios de entretenimiento y bienestar. Entre ellos está Apple Fitness+, que ofrece contenidos de entrenamiento en 4K de ultra alta definición, con más de 3.000 sesiones de trabajo y meditación. Los usuarios pueden ver en pantalla las instrucciones de los coach, la duración de los intervalos y la estimación de las calorías quemadas, y quienes se ejerciten con un Apple Watch en la muñeca reciben métricas personalizadas en tiempo real.
Apple Music permite acceder a un catálogo de más de 100 millones de canciones, playlists y videoclips, con letras sincronizadas con la música, audio sin pérdida y el sonido espacial envolvente Dolby Atmos. Apple TV+ reúne series, largometrajes y documentales infantiles y familiares, como CODA, la ganadora del Óscar a la mejor película, o Ted Lasso, que ha batido récords en nominaciones a los premios Emmy. Arcade, el servicio de videojuegos, es quizá el apartado más flojo, aunque incluye títulos populares como NBA 2K23 Arcade Edition, y se puede jugar vía Bluetooth con los mandos de PS4 y Xbox.
El Apple TV 4K permite controlar la tele con la voz y pedirle qué queremos ver; contemplar nuestras fotos a toda pantalla y utilizarlo como centro de domótica de otros dispositivos del hogar. Y todo, en una cajita negra que pesa 200 gramos. Pequeño, pero matón.