Insensibles a la matanza: ¿y si fuera tu hija?

OPINIÓN

Minuto de silencio en el camping O Muíño de Oia en memoria de Vanessa Serén
Minuto de silencio en el camping O Muíño de Oia en memoria de Vanessa Serén Oscar Vázquez

06 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Me gustaría pensar diferente e imaginar que nos estamos movilizando con todas las fuerzas. Pero cada vez que una mujer es asesinada, al día siguiente nada cambia. No cambia nada. La noticia del fin de semana, que apareció en todos los informativos de todas las televisiones y centró el despliegue del magnífico trabajo de mis compañeros, nos espeluzna, nos pone el grito en el cielo, nos remueve y nada cambia. Por eso da miedo. Da miedo pensar que de tan común que es nos estemos acostumbrando a escuchar, a leer y a ver cómo un desalmado coge una escopeta y mata a una mujer a la puerta del trabajo sin más. No hay reacción. No salimos a la calle, no coreamos un «¡Basta ya!», no nos rearmamos con toda esa otra fuerza que ponemos en otros muchos temas políticos. No hay una campaña dura en contra de los asesinatos a mujeres, ni por arriba ni por abajo ni por el centro. Un hombre ha vuelto a asesinar a una mujer y es el pan nuestro de cada día. Sale la noticia en la televisión, la leemos en el periódico y a otra cosa. Nos vamos al fútbol por la tarde y nos bebemos unas cervezas. Celebramos la fiesta, o nos enzarzamos en si Sánchez, Feijoo o Feijoo, Sánchez. La misma cantinela de todos los días, mientras otra mujer, que podía ser tu madre, tu hija, tu hermana, tu sobrina o tu nieta está muerta. Un hombre ha vuelto a asesinar a una mujer.