Los «gadgets» que menos se usan

Javier Armesto Andrés
Javier Armesto CRÓNICAS DEL GRAFENO

OPINIÓN

Eric Canha | REUTERS

22 feb 2024 . Actualizado a las 08:56 h.

Ayer, al entrar en el garaje de mi urbanización, comprobé con horror cómo el flamante SUV italiano de un vecino tenía un enorme rascazo en un lateral. Aunque no sea mío, estas cosas me duelen y así se lo hice saber a su dueño cuando me lo encontré poco después en el ascensor. Pero él se mostró despreocupado y con sorna me explicó: «Es de renting».

Lo mismo pueden decir los miles de usuarios de Grover, el líder mundial en alquiler de tecnología, que permite a personas y empresas suscribirse mensualmente a productos tecnológicos en lugar de comprarlos. Los suscriptores tienen acceso a una amplia gama de más de 8.000 dispositivos, incluyendo móviles, portátiles, equipos de realidad virtual, relojes deportivos y electrodomésticos. Cuando termina el período de alquiler, pueden devolver el producto sin pagar nada, extender la duración del alquiler o cambiarlo por otro. Y en caso de daños, la compañía se hace cargo de las reparaciones o reemplaza el dispositivo.

Grover ha realizado un estudio que revela que el 45 % de los españoles posee seis o más dispositivos. Los reyes son el smartphone (99 %), el televisor (95 %) y el ordenador (94 %), pero también tienen mucha presencia los auriculares y altavoces (75 %) o los relojes inteligentes. No obstante, no todos los gadgets que adquirimos terminan convirtiéndose en inseparables compañeros de nuestra vida cotidiana, como admiten casi cuatro de cada diez encuestados, que alguna vez compraron un dispositivo para un uso puntual: viajes, eventos familiares o un proyecto profesional, por ejemplo. Esto avalaría el recurso a modelos de alquiler, que, además, contribuyen a la sostenibilidad al reducir la generación de residuos electrónicos.

El estudio también identifica los dispositivos que más tienden a caer en desuso una vez adquiridos. Drones, patinetes eléctricos, cámaras de fotos y cascos de realidad virtual son los aparatos que menos utilizan con regularidad sus propietarios. Unos, por las leyes que limitan su uso, otros porque sus funciones han sido fagocitadas por los móviles y los últimos, simplemente porque acaban mareando. Antes de comprar, piénselo dos veces.