Una sangría social y económica

PONTEVEDRA

Pontevedra es la quinta provincia de España con mayor aumento de víctimas mortales y heridos por accidentes de tráfico

17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las recientes muertes de dos jóvenes marinenses en accidente de tráfico han puesto el foco sobre las pavorosas cifras de accidentes y víctimas que se han incrementado de modo alarmante en este 2023. Como ya certifica la DGT. Con el cierre del ejercicio aún pendiente, los números de este año son muy malos. Aún pueden empeorar, pues se avecinan dos semanas de mucha presión circulatoria, aumento de los desplazamientos en vehículos para trayectos de corta duración —los más peligrosos por el exceso de confianza—, más la suma de comidas y cenas de Navidad con los riesgos añadidos por la ingesta de alcohol y otras sustancias. Y, de propina, la meteorología y el estado de las carreteras, dos factores de tremenda influencia en nuestra tierra, como hemos comprobado.

Las estadísticas, aunque frías, son inapelables: Pontevedra es la quinta provincia de España donde más han aumentado las víctimas mortales por accidentes de tráfico con respecto al 2022. Por ende, es la provincia gallega, con peores números. Un reciente informe de la Dirección General de Tráfico así lo acreditaba. Desde el 1 de enero hasta el pasado 6 de diciembre, 21 personas habían fallecido a consecuencia de siniestros ocurridos en la red provincial. Lo que supone diez víctimas más que en el 2022. Pero esa estadística ya se ha quedado corta. El incremento es mayor pues solo dos días después, en el festivo de la Inmaculada, hay que sumar los fallecimientos de Brais Sestelo y Rubén Farto, en la colisión de dos vehículos en la curva de Coirados, entre Marín y Moaña.

Por tanto y hasta el momento de redactar este artículo, ya son 23 vidas humanas las que han quedado segadas en el asfalto en lo que va de año en esta provincia. Doce más que en el 2022. Sin olvidarnos del reguero de lesionados que en este año ya superan la cifra de más de 900 heridos.

Consecuencias

Un reciente informe de Unespa, la patronal del seguro, desvela datos sobre el impacto social y económico que producen los accidentes de tráfico. Los daños mayores, cuando hay víctimas mortales, cubren a los familiares más cercanos, sean cónyuges, padres, hijos o hermanos. Las aseguradoras ya tienen tabulado que detrás de cada fallecimiento en accidente de tráfico hay una media de 3/4 personas damnificadas. Familiares que son atendidos por el correspondiente seguro del difunto, con el consiguiente respaldo económico que establezca la póliza. Se puede reparar el daño económico, nunca el psicológico.

De nuevo Pontevedra se mete en el peor lado de la tabla. El informe de la patronal del seguro nos coloca entre las provincias que en relación a la población tienen mayor cantidad de víctimas ya sean fallecidos, perjudicados, lesionados con secuelas o heridos con lesiones temporales. Los seguros lo definen como mayor cantidad de accidentes con víctimas en términos relativos. Cádiz está a la cabeza y a continuación vamos Sevilla y Pontevedra con una media de 78 víctimas por cada 10.000 habitantes. Si tienen en cuenta que el censo actual de la provincia está en torno a los 943.000 habitantes, una simple regla de tres arroja una cifra estimativa de 7.355 damnificados anuales por siniestros de tráfico entre fallecidos, deudos y heridos de mayor y menor gravedad. Una sangría social y económica.

Otro dato complementario: hace unos días Formaster, la Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Seguridad Vial, difundió que las bajas laborales por accidentes de tráfico en Galicia se han disparado y que actualmente se producen diez diarias, de media. La mayoría son in itínere, es decir, de personas que viajaban hacia su lugar de trabajo. El documento de Formaster enfatiza una característica de la siniestralidad viaria en nuestra tierra: el sumo peligro que entraña el exceso de confianza al volante. Más de la mitad de los accidentes mortales que se registran en carreteras gallegas, se producen a menos de 20 kilómetros de la vivienda del conductor. E incluso a apenas 5 kilómetros de casa. Dicho de otro modo: 30 de cada 100 conductores gallegos que murieron en un accidente de tráfico, fallecieron… ¡en su propio municipio! ¿Explicación? Qué en los desplazamientos cortos por una vía por la que se suele circular a diario, los despistes, por exceso de confianza, se pagan carísimos.

Causas

En consonancia los errores humanos están a la cabeza de las causas que motivan una mayoría de los accidentes que se producen. Por más que se hayan introducido el carné por puntos, el aumento de los controles y el endurecimiento de las multas, la casuística de siniestros guarda relación directa con malos hábitos en la conducción. Algunos tan suicidas como no usar el cinturón de seguridad. Algo que después de lustros de persistentes campañas publicitarias de la DGT, resulta increíble que siga ocurriendo. Asimismo, resulta chocante que un tercio de los accidentes que acontecen en la provincia, ocurran por distracciones al volante derivadas de manipular el móvil mientras se conduce. O de pilotar bajo los efectos del alcohol u otras sustancias. Y el colmo es que el exceso de velocidad siga contribuyendo como causa principal o cómplice de numerosos siniestros. Como se sospecha en algunos de los más recientes y dolorosos que han ocurrido en nuestro entorno.