La entrada en vigor de la ley de telecomunicaciones debería limitar de forma considerable el flujo de molestas conversaciones telefónicas no deseadas desde julio, pero también puedes activar otras medidas. Te contamos cuáles
14 jun 2023 . Actualizado a las 18:19 h.Suena el teléfono. Es un número de móvil desconocido o un fijo de Madrid. Coges la llamada (no vaya a ser una urgencia) y, en el mejor de los casos, te encuentras con alguien que te quiere regalar una tele, mejorar el precio de tus telecomunicaciones o de tu energía. Es decir, que te quiere vender algo. En otras ocasiones te habla un asistente virtual que te invita a una sesión gratis en una clínica situada en Bilbao. Suena marciano, pero su único objetivo es recabar datos sobre ti. Y en las situaciones más dramáticas se trata de un intento de estafa o de una llamada perdida simulada para intentar que la devuelvas.
Las llamadas spam pueden ser peligrosas. Sobre todo para ciertos segmentos vulnerables de la población a los que llegan a ofrecer créditos preconcedidos que muy posiblemente no necesiten.Y para ciudadanos despistados que no observen las elementales reglas de prudencia cuando reciben una llamada de un desconocido (nunca hay que dar datos a petición). Para la mayoría son, sobre todo, son molestas.
Hasta ahora en España la legislación trasladaba al ciudadano la iniciativa para no recibir ese tipo de llamadas. Tenía varias opciones a su disposición. La más drástica supone apuntarse a la lista Robinson (https://www.listarobinson.es/), que sirve para evitar recibir «publicidad de empresas a las que no haya dado su consentimiento» para que le envíen información comercial por teléfono, correo postal, electrónico y mensajes SMS y MMS.
Las empresas serias respetan en principio esta inscripción, pero la eficacia de la lista puede verse afectada por factores como la cantidad de registros e inicios de sesión que hacemos cada día al navegar por internet. Muchas veces aceptamos las condiciones sin leer y comprobar los detalles. Y damos el visto bueno a recibir comunicaciones comerciales telefónicas.
El mundo de las llamadas spam puede dar un giro de 180 grados a partir del 30 de junio. ¿Por qué? Porque entra en vigor parte del articulado reformado de la Ley General de Telecomunicaciones. Y prohíbe las llamadas comerciales no deseadas que con cuenten «con el consentimiento expreso» del consumidor. Es decir, invierte la situación. No es el ciudadano el que tiene que protegerse de forma activa.
El artículo 66 de la norma dice: «Con el fin de proteger en mayor medida los intereses legítimos de los consumidores y usuarios, queda prohibida la realización, por parte de los operadores, de llamadas telefónicas no solicitadas por el consumidor y/o usuario con el objetivo o efecto de promocionar o vender bienes o servicios. No será de aplicación la restricción anterior siempre y cuando exista un consentimiento previo del propio consumidor y/o usuario para recibir comunicaciones comerciales que habilite al propio».
«Call centers» en el extranjero
El legislador extiende de forma expresa la prohibición a las «llamadas automáticas sin intervención humana», las denominadas robocalls, cada vez más frecuentes y que pueden crecer de forma exponencial con la implantación progresiva de servicios de inteligencia artificial. Para recibirlas con fines comerciales, tiene que haber un consentimiento expreso. Ahí comienzan las dudas sobre la eficacia de la norma: casi nunca leemos los términos y condiciones cuando accedemos a un servicio digital. Y en la letra pequeña pueden incluirse permisos.
Las empresas españolas que incumplan este derecho se verán expuestas a las sanciones que prepara la Agencia de Protección de Datos (AEPD), pero el spam telefónico no va a desaparecer por arte de magia. Hay muchos call centers situados fuera de nuestras fronteras.
Bloqueos y filtros en nuestros móviles
La forma más fácil de frenar las llamadas spam es usar los bloqueos y filtros que incorporan de serie los móviles Android e iOS. En el caso del sistema operativo de Google, hay que activar los servicios «identificador de llamada» y «protección contra el spam». En los iPhone la opción a activar es «Silenciar llamadas desconocidas». Con estas herramientas, los terminales pueden detectar las presuntas comunicaciones no deseadas y alertarte al momento para que decidas si quieres bloquear esos números. Ojo, no son infalibles. A veces pueden dar falsos positivos e invitarte a rechazar llamadas que estabas esperando, sobre todo si proceden de empresas con las que has contratado algún servicio o envío.
¿Cómo instalar otra barrera de protección extra? En las tiendas de aplicaciones de Google y Apple hay aplicaciones de terceros especializadas en el bloqueo de llamadas spam. La más conocida en el mundo latino es Truecaller, que acumula más de mil millones de descargas de su versión para Android y cuenta con una buena reputación. Sirve también para llamadas de WhatsApp. Paradójicamente (o no), para poder funcionar bien (en su base de datos almacena 3.000 millones de números) esta herramienta de publicidad necesita recoger todo tipo de datos. ¿Qué hace con ellos? Ahí está la cuestión. Si no se paga en dinero por los servicios, la información personal sigue siendo la moneda más corriente en el mundo digital. En el caso de Truecaller, su indiscutible éxito se ha visto acompañada de polémicas sobre la privacidad.