El 60 % de los españoles cree que la tecnología no podrá revertir el cambio climático

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

FRANCIS R. MALASIG | EFE

Tres de cada cuatro creen que en 30 años el agua será un bien escaso, la mitad que la democracia está en peligro y el 82 % que serán mucho más frecuentes las consultas por razones de salud mental, según un sondeo realizado por Periodismo 2030 y la Fundación Axa

20 mar 2024 . Actualizado a las 19:11 h.

Muy o bastante informada, cómoda o indiferente a los cambios y con capacidad de adaptarse a los cambios que se producen. Así se define la sociedad española, que muestra además pesimismo climático: tres de cada cuatro personas creen que para el 2050 muchas zonas costeras serán inhabitables, que el agua dulce se convertirá en un bien escaso en los próximos 30 años y que la solución no está en la tecnología. De hecho, el 60 % piensa que no es probable que la innovación tecnológica sea capaz de frenar el cambio climático.

Son algunos de los datos del sondeo Cambio climático. Un decálogo para el cambio que el foro Periodismo 2030 y la Fundación Axa han presentado en Santiago, el primero de un total de ocho encuestas previstas sobre los principales cambios sociales y que sirve de reflexión sobre el papel que el periodismo tiene a la hora de informar «con rigor y a través de expertos», según explicaba Fernando Jáuregui en la presentación, sobre las transformaciones aceleradas a las que se enfrenta la sociedad. 

Precisamente, dos de los mayores expertos en el cambio climático en España, Joaquín Araújo y Manuel Toharia, han aportado su visión experta en la jornada para contextualizar los datos de un sondeo que consta de 3.000 entrevistas y que viene a demostrar que la sociedad española no es negacionista de la crisis climática pero sí que tiene una visión pesimista sobre su evolución, ya que el 65 % cree que las futuras generaciones vivirán peor, más del 70 % de las personas encuestadas están convencidas de que habrá una nueva pandemia y el 82 % piensa que es probable que las consultas por motivo de salud mental sean las más frecuentes y la mitad que la democracia desaparecerá para dar paso a otro tipo de organización política. «El riesgo es una constante, pero lo que pretendemos con este tipo de iniciativas es que el futuro nunca sea uno de esos riesgos», explicaba Josep Alfonso, director general de la Fundación Axa, al inicio del encuentro.

«Es del único tema ambiental del que la sociedad está informada y reacciona», afirmaba Joaquín Araújo, que hacía un llamamiento a emprender el trabajo de «informar de cómo hacer para frenar la catástrofe, porque podemos frenarla y sabemos cómo se hace, pero esto no ha saltado a la esfera social y a la política a la que menos».

La encuesta también aborda cuestiones como la de la transición energética, aunque el grueso de la población no está convencida de que se consiga dejar a un lado los combustibles fósiles. De hecho, el sondeo muestra una clara división entre los que creen que es probable que en el 2050 desaparezca el petróleo como fuente de energía (48 %) y quien cree que eso no ocurrirá (46 %).

Sin embargo, sí hay una mayoría de españoles que creen que el hidrógeno pase a ser la principal fuente de energía, una afirmación probable para el 56 % de las personas encuestadas frente al 26 % que cree que no. «Hay un dato claro. El mundo entero, todavía hoy, consume el 80 % de su energía a partir de productos fósiles. Esto tenemos que reducirlo como sea», lamentaba Toharia, que recordaba que en 1992 se planteó en Rio de Janeiro que había que trabajar en eso. «Por alguna razón, hay muchos impedimentos para que no tengamos que seguir dependiendo de los productos fósiles. No es porque haya una conjura mundial, es porque el desarrollo que nos ha traído a donde nos ha traído tiene ese pecado original que no sabemos cómo corregir».

Empezar por lo pequeño, por la autosuficiencia, tal y como defendió Araújo, es una vía «pero el problema es cuando te enfrentas a gigantes como China o como India que siguen consumiendo más de la mitad de los productos fósiles que hay en el planeta».

 De comer insectos a colonizar Marte

La encuesta incluía también preguntas sobre posibles cambios alimentarios, como consumir insectos o carne de laboratorio, y sobre un futuro en el que se pueda colonizar Marte o la Luna. El 53 % de la población cree que no es probable que las expediciones a Marte sean probables, pero hay aún menos gente que piensa que se puedan hacer migraciones a la Luna de manera temporal o como establecimiento permanente. En concreto, lo niegan un 65 % de los encuestados.

Sí son más proclives los españoles a cambios alimentarios como la posibilidad de comer insectos, una realidad probable en los próximos 30 años para el 56 % de las personas encuestadas. Además, el 62 % cree que la carne de laboratorio se incorporará a la dieta de manera habitual, aunque en esta cuestión hay un punto de resignación: más del 60 % califica como negativo tener que incorporar este tipo de alimento a la dieta. 

Para frenar el cambio climático «No hay que comer insectos ni carne artificial, pero sí ser conscientes de que lo que hacemos viviendo como vivimos, es ridículo», una afirmación que Toharia ilustraba con el hecho de que ha encontrado en el supermercado cerezas que vienen de Chile, con lo que eso supone medioambientalmente, por lo que apuesta también por la vía de la educación de la población.