Héroes y símbolos franquistas dieron antaño nombres a algunas calles de Vigo

j. miguel gonzález fernández VIGO

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Las mudanzas llegaron también hasta Bouzas y Lavadores

10 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Se continúa con los nombres que los franquistas reconvirtieron también las calles de la periferia.

Luis Collazo Campos (1904-1906) dio nombre a la Travesía de Santiago de Vigo. De clase modesta y huérfano, se unió a la Falange viguesa, haciendo suya la «dialéctica de los puños y las pistolas» y destacó por su activismo. El 7 de febrero, el local del partido fue atacado por militantes anarquistas, muriendo Collazo en el intercambio de disparos. En 1960 sus restos fueron trasladados al Valle de los Caídos.

La avenida de Beiramar pasó a llamarse del Crucero Baleares. Este buque formaba parte de la escuadra de los sublevados, participando en varias acciones de escolta y guerra. En la noche del 5 al 6 de marzo de 1938, se encontró por sorpresa con la armada republicana, entablándose la llamada batalla de Palos. Varios torpedos le alcanzaron de pleno en el centro y en el depósito de municiones, provocando su hundimiento. En la catástrofe se contaron 786 muertos, ente ellos el contralmirante Manuel Vierna (el del Hospital Xeral o Pirulí).

A un vial próximo al monte de O Castro, se le denominó de la División Azul. Fue este un cuerpo de combatientes liderado por el general Muñoz Grandes, formado en principio por voluntarios (falangistas, militares) que en 1941-43, al grito de «¡Rusia es culpable!», lucharon junto a los nazis alemanes con bravura e indisciplina contra los soviéticos, sobre todo en el frente de Leningrado. Hitler acabó mandándolos de vuelta a España, siendo recibidos con vítores.

O Pino se convirtió en Luciano Conde Rodríguez (1912-1936). Joven de familia humilde del lugar, que acabará falangista en el 34. Lo que se llamaba entonces un «camisa vieja». En la guerra se alistó en la Bandera Legionaria Gallega. Destinado a Guipúzcoa, murió cuando iba de protección de un convoy. Tuvo un funeral multitudinario y su fallecimiento se rememoró cada año.

En el casco antiguo de Bouzas, pasada la guerra, se denominó Mártires de la Falange al vial que unía Diego Santos con O Pazo, en memoria de los falangistas fallecidos en el frente durante la contienda civil; homenaje a los «caídos por Dios y por España» que se decía por entonces. A principio de los 40 se incorpora el teniente Leiros, actual rúa Pescadores; Clemente o Ubaldino Leirós Freire era de familia de armadores de la villa. Considerado héroe del Alcázar de Toledo, en octubre se dedicó a dar charlas patrióticas sobre la resistencia del reducto.

En la zona de Teis destacó -caso singular- el de García Morato, lo que fuera desde 1926 la rúa del ex-alcalde agrarista Julián Estévez. Joaquín García Morato y Castaño (1904-1939), fue un as de la aviación nacional durante la guerra, teniendo en su haber 40 victorias, por lo que recibió la Laureada de San Fernando. Hizo famosa la frase: «vista y al toro». Murió en un accidente ya rematado el conflicto bélico.

En los núcleos de Teis y O Calvario, del municipio de Lavadores, como es lógico, se repitieron los nombres (Franco, Calvo Sotelo, F. Sánchez, etc.) hasta que en 1944, ya anexionado a Vigo, el teniente de alcalde Rafael J. Portanet eliminó la duplicidad por nuevas denominaciones. Subsistió la calle Alcázar de Toledo (hoy Toledo a secas), en el que se refugiaron militares y derechistas al mando del general Moscardó, sufriendo el contumaz asedio de la milicia republicana (junio-septiembre del 36) hasta que Franco, en un giro propagandístico, reconquista el puesto. También perduran Sagunto y Numancia; la primera se refiere a una ciudad de Levante conquistada después de dura lucha (219 a.C:) por el caudillo cartaginés Aníbal Barca y que le abrirá el paso a Roma; la segunda, asentamiento celtibérico (Soria) tomada por el general romano Escipión el Africano (133 a. C.) tras tenaz resistencia. Tienen en común el derroche de valor, sacrificio por la causa e independencia frente al invasor, valores fomentados por el franquismo, tanto durante la guerra, como luego en la liturgia política del régimen; son, pues, nombres muy a propósito a los criterios ideológicos de la época.

Durante la Transición, en 1979, mucho antes de la polémica Ley de Memoria Histórica, en Vigo la corporación municipal restituyó y/o democratizó el nombre de nuestras rúas.

Historiador y miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses