Manu Wonatti, organizador de eventos: «Las bodas de ahora son un despropósito, parecen festivales»

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Este experto en organizar eventos asegura que hoy en día no se celebra una boda sin «música en directo, una decoración exquisita y un sitio en el que den buen servicio o buena comida» aunque advierte que hay quien va más allá y quiere cantantes de fama internacional

11 jun 2023 . Actualizado a las 18:48 h.

A Manu Nogales le falta poco, si es que no lo ha hecho ya, para colgar el cartel de «completo» este verano. Este organizador de eventos no tiene un fin de semana libre hasta el próximo mes de noviembre. Tiene nada menos que 40 bodas por delante. Junto a su socio asesora a los novios y les ayuda con sus peticiones por muy disparatadas que estas sean. «Yo siempre tengo que intentar complacer al cliente, y a menos que sea algo desorbitado, que en ese caso intento decirle cuáles serían los inconvenientes, por ejemplo, una decoración que no da tiempo, o cuando piden traer a James Blunt, que es inviable a nivel económico, pero incluso en esos casos intento reconducirlos o buscar una opción más viable. Procuro no decir que no», señala alguien que está presente en cada evento que cae en sus manos.

 —¿Se nos han ido de las manos las bodas, bautizos y comuniones?

—Desde hace tiempo yo creo que sí, antes se le daba prioridad a que los invitados lo pasaran y comieran bien, pero desde que existe Pinterest, Instagram y YouTube la gente se está volviendo loca, y cada día quieren un megaevento. Que si conciertos, pistolas CO2, foodtrucks, decoración exquisita mirada al milímetro....

 —Hay algunas que parecen verdaderos parques de atracciones...

—Sí, carrusel, hinchables, toro mecánico, de todo... Hoy en día, lo que se está viendo es que las bodas están siendo pequeños megaeventos...

 —Casi festivales...

—Sí. Un despropósito de dinero porque quieren sorprender a los invitados, sobre todo, con la música, la decoración y la comida.

—¿En qué se fijan ahora los novios?

—Antes si no sobraba comida, quedabas mal, hoy sigue siendo muy importante, pero le dan mucha importancia a la decoración. Desde mi punto de vista, ya no se pone tanta comida, se ha reducido esa partida, pero tiene que ser muy buena.

 —¿Escasa?

—No, es normal.

 —¿Se ha ajustado? Antes era un poco locura...

—Sí, antes se podían poner cuatro o cinco platos más los aperitivos, y hoy en día es un aperitivo muy contundente, mucha variedad, y dos platos.

 —¿Los aperitivos le han ganado terreno a la comida?

—Sí, y cada día se hacen más bodas tipo cóctel y menos banquete.

 —Y no paran de crecer los puestos: que si el de queso, jamón, pulpo, «showcooking»...

—Sí, de brasas, de navajas... Uno que están pidiendo mucho es el de sushi, platos más internacionales. Y también se están poniendo de moda las bodas con foodtrucks desde hace un par de años: tipo mexicano, gallego, hindú... dependiendo del estilo de la boda. Esto lo vemos en el público más joven, de 27-28 años hasta los treinta y largos.

 —Refuerza la idea de que las bodas parecen festivales...

—Sí, sí.

 —Con estos aperitivos tan contundentes, llegaría solo un plato, pero el «protocolo» dice que hay que poner dos, ¿no?

—Sí, por el qué dirán. Al buen gallego le encanta comer y ver comida, y se come.

 —Y se bebe.

—Y en el puesto de bebidas cada día se usa más el tema de coctelería, sobre todo, la personalizada, que cada invitado pida el cóctel que le apetezca en ese momento. Dentro del mojito, hay una personalización de ese mojito.

 —Cuando hay una racha de varias bodas seguidas en un grupo, parece que cada una tiene que superar a la anterior.

—Correcto.

 —¿Han subido mucho los precios?

—Sí, ha subido el precio no te lo voy a negar. Además los novios van buscando calidad por encima de todo, aunque sea de un precio medio-alto, y cada día hay menos proveedores profesionales, hay mucho intrusismo en el sector de los eventos.

 —¿A qué se renuncia?

—Por ejemplo, en vez de poner el típico canapé de brocheta de langostinos, prefieren un puesto de sushi. O en vez de contratar a un grupo normal y corriente para poner música en directo en los aperitivos, escogen un grupo de fama nacional.

 —¿Vienen muchos a Galicia?

—Sí. Actualmente, a nivel nacional tienen mucha fama Broken Pears, el grupo La Repera, el Villaboy... que se mueven por muchas bodas en pazos o fincas privadas.

 —Hoy en día no hay una boda sin...

—Música en directo, una buena decoración personalizada y un sitio en el que den un buen servicio y buena comida.

 —¿Te llegan peticiones muy raras?

—Sí, por ejemplo, en el tema de la música, quieren traer cantantes famosos a nivel internacional. Me han preguntado por James Blunt.

—¿Y viene?

—Si se paga el caché sí, pero normalmente no se paga. Solo se hace la consulta.

 —El otro día publicábamos que había bodas de tres días, ¿es una tendencia?

—Yo, que hago bastantes bodas al año, no lo comparto. Mis clientes pueden hacer una preboda, boda y posboda, pero lo que es hacer tres días de fiesta en continuo, no.

 —Preboda, boda y posboda son tres días de celebraciones.

—Sí, pero no es el mismo volumen de personas. En una boda de 150 personas, en la preboda puede haber 30-40, el día de la boda normalmente van todos, y la posboda, otros 30-40. El día antes suele ser una reunión para tomar unas cañas, un picoteo, por lo menos en mis clientes, para conocer al resto de los invitados y que el día de la boda haya más conexión y se disfrute más. La posboda suele ser más familiar y con amigos muy íntimos.

 —¿Cuál es la media de invitados?

—Entre 140-150, pero este año tenemos muchas de más de doscientos.

—¿Qué piden de regalo?

—Dinero. Hace años que se acabaron las listas de boda, puedes recibir un regalo de un familiar, sobre todo de una persona mayor, pero la gente joven, de menos de 50 años, suele regalar en metálico, bien bizum, transferencia o, como se hacía antiguamente, un sobre.

 —¿Qué cantidad?

—Una media de 200-250 euros por persona, normalmente los familiares directos suelen dar un poquito más.

 —¿Se cubren los gastos?

—Tal y como se están haciendo las bodas hoy en día, que son microeventos, no. Pero los novios no tienen ningún problema, prefieren hacer la boda que quieren y dejar de ganar dinero o no cubrir los gastos.

 —¿La siguen pagando los padres?

—No, mis clientes se lo están pagando todo ellos. Muchos novios también lo que hacen es pedir un crédito y lo van pagando poco a poco, según vayan recibiendo regalos, pero no es lo habitual. Yo tengo 40 parejas este año, y cinco o seis hacen eso, el resto tiran de sus ahorros.

 —Y la locura por las fechas, ¿hay que reservar dos o tres años antes?

—Sí que hay fechas clave, que todo el mundo quiere, por ejemplo, este año el 23 de junio, 24 de junio, y sobre todo, el mes de septiembre. Septiembre es un clásico, es el primer mes que se llena, porque normalmente hace buen tiempo en Galicia, es la vuelta de las vacaciones, y es un mes mágico. Pero sí que estamos notando que el año pasado ya nos reservaron para el 2024. Si quieres un proveedor (un lugar, un fotógrafo, o wedding o decorador, o videógrafo) en concreto, prefieres reservar con tiempo. Y también que cada año se hacen más bodas tirando a noviembre o diciembre, porque les gusta más que sea en invierno, la decoración es más especial, se usan más velas, es más romántico... Sobre todo en pazos, que tienen un estilo más invernal.

 —¿Ganan las bodas de tarde o de día?

—La gente prefiere las de tarde, porque así se facilita a los invitados que trabajan los sábados por la mañana que puedan asistir. Son más bonitas a nivel de decoración y de lugar, atardeciendo, con la luz de las velas, lámparas, pero los clientes piensan que por hacerlas de día van a disfrutar más. Y es cierto, pero el coste es más elevado. Porque la barra libre, normalmente, está cubierta cuatro horas, y si quieres ampliar a dos o tres de la madrugada, esa franja la tienes que pagar aparte. Disfrutas más, pero pagando. Siguen ganando las bodas de tarde, por elegancia, por la luz y por el calor, en verano.

 —Se ha puesto de moda viernes tarde, ¿no?

—Sí. Como digo yo, si salimos de trabajar y nos animamos para ir a la fiestas de los pueblos, o ver a la París de Noia o Panorama, también los invitados se van a animar a ir a tu boda.

 —¿Hay comuniones que parecen bodas?

—Sí, y bautizos.

 —¿Qué se regala?

—Dinero, es que hoy en día es todo dinero, ya no es lo de antes de libros o juguetes.

 —¿Ves mucho móvil como regalo estrella?

—Sí, no la exageración como pasó hace poco de un iPhone, pero sí que se ven móviles nuevos.