Patricia García, profesora y psicopedagoga: «Si les dices: 'Disfruta, que en el cole ya verás', lo que venga será duro»

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Patricia García, fundadora del hogar educativo Trazos Class, en Redondela.
Patricia García, fundadora del hogar educativo Trazos Class, en Redondela. XOÁN CARLOS GIL

«Las vacaciones no son para no hacer nada, sino para hacer cosas diferentes», advierte esta maestra que ha convertido Redondela en el centro del pensamiento creativo. «La creatividad te educa totalmente en el esfuerzo, es una gran desconocida», asegura quien anima a darle a los valores tradicionales «una chispa de creatividad»

31 ago 2023 . Actualizado a las 13:39 h.

Atreverse a ver lo que otros no ven, porque no miran allí dónde no está el foco, es uno de los valores de esta profe que defiende la innovación en lo cotidiano, la creatividad como motor para el aprendizaje dentro y fuera de las aulas. Donde otros estrenan, ella piensa y reutiliza. Para Patricia García, emprendedora, fundadora del hogar educativo Trazos Class, que cumple diez años, el verano es para trabajar. Con la vocación a toda vela.

—¿Qué se ha cocido en la ría de Vigo, han venido 70 maestros de toda España? ¿Qué les das?

—Empecé hace tres veranos. Fue muy bien. Los profes, muy motivados, que era la idea. Repetí la vivencia el año pasado y este es ya el tercer verano. Se trata de que me cuenten su realidad en el aula. La curiosidad es lo que les mueve a venir hasta aquí, a ver qué se esconde detrás de estas publicaciones en web. Es lo que les hace venir hasta Galicia. Nos juntamos en el Multiusos de Redondela, para tratar la parte teórica que hay sobre el pensamiento creativo, saber cuáles son las habilidades que engloba y cómo potenciarlas. Doy una formación práctica, en la que aprovechamos lo que Redondela ofrece, sus calles, sus plazas... Mucha actividad es vivencial. Es mejor que hagan que que simplemente observen. Al hacer, siempre se aprende más. Esta es la dinámica: tres días de formación, un intensivo que se lleva muy bien al combinar teoría y práctica. Nos da pie a trabajar la inteligencia emocional, que es importante, viendo que cada vez hay más niños y adolescentes con dolencias mentales.

—¿Por qué hay cada vez más niños con dificultades de aprendizaje?

—Muchos padres dan por hecho que sus hijos no necesitan que les expliquen porque ya todo está a su alcance. Y los niños entienden la información que les llega de maneras muy distintas, tienen dudas que no siempre consultan y hacen interpretaciones erróneas. Desde mi punto de vista, y sobre la realidad con la que yo habitualmente trabajo, los niños pasan muchas horas en soledad. Los horarios de trabajo de los padres son amplios, los niños tienen que estar en muchas actividades, buscando dónde matar su tiempo... Y se pierde comunicación, confianza, aprendizaje.

—¿Qué ofrece el construir en el aula mundos de película o de cuento, como los de «Peter Pan» o «Jumanji»?

—Ellos suelen dejar aparcado el yo para interesarse por lo que ofreces. Y se abren más. Yo trabajo con diferentes propuestas. Este año, la temática era Peter Pan y hemos usado un juego de luces y sombras. Todas las mañanas hemos ido leyendo una parte del cuento y en determinados momentos había propuestas creativas para enlazar con conceptos. Peter llega a la habitación de Wendy a buscar su sombra, que había perdido. Lo usamos para hablar de todas las luces y sombras que tenemos todos como personas. Desde niños, estamos educados en esconder nuestras sombras. El pensamiento creativo les lleva, sobre todo, a conectar realidades que aparentemente no tienen nada que ver. Hicimos teatros de sombras. Cuando están detrás de una tela, sin ser vistos, los niños saben expresarse mejor. En la sombra, despiertan habilidades que tú desconoces. Muchas veces, falta esa sutileza, ese tacto para trabajar el conocimiento desde cuestiones personales, desde lo emocional. Queremos escuchar a los niños, que nos digan cómo ven ellos las cosas, y no ser tan herméticos.

—¿Hay que cambiar y reinventar la manera de dar clase?

—Totalmente. Estamos estancados en un modelo rígido, en aulas donde al niño no se le da la oportunidad de hablar o levantarse. En educación aún pretendemos muchas veces que los niños sigan una cadena de producción.

—¿Cómo consigues tú que estén sentados y atiendan?

—Poniendo actividades en las que pueden estar sentados o estar de pie. Pero luego en otras propuestas, cuando hay una parte de explicación, que requiere que haya silencio, lo fundamental es cómo se expresa el maestro. Cómo tratas de engancharlos a la hora de comunicar, cambiar el tono, coger aire, no dar el discurso sino ir salteando con preguntas. Yo juego a introducir el «¿verdadero o falso?». Con el proyecto de Peter Pan hemos estudiado el sistema solar, las constelaciones, la Luna... La clave es atraer y retener su atención, en especial cuando son niños con TDH. El maestro debe estar al cien por cien. Y dejarle al niño espacio para crear... A veces los maestros se sorprenden: «¿Pero cómo algo tan fácil no se me ocurrió?».

Formación de setenta profes de toda España este mes de agosto en Redondela.
Formación de setenta profes de toda España este mes de agosto en Redondela. XOÁN CARLOS GIL

—¿Más sencillez y más movimiento?

—Sí. He comprobado que, cuando se les da la oportunidad de elegir, sobre todo a niños con TDH o hiperactividad, ellos se sienten más libres y se relajan. Y, al saber que en cualquier momento se pueden levantar, por ejemplo, están más tiempo sentados, porque tienen opción. Si vas cargado con una caja, te pica la nariz y no te puedes rascar, la nariz te pica más. Si les obligas a estar horas en una silla, su cabeza va a estar ordenando a su cuerpo: «Quieto, no te puedes levantar», y así ni te oyen.

—¿Es fuerte la presión que frena el afán de ser creativo en clase?

—Sí. Algo no encaja. Cuando presentas una oposición para el sistema educativo te piden que seas un maestro innovador, original en tu programación, pero la realidad no se parece a eso. Cómo puedes, por ejemplo, establecer un hilo conductor si no eres capaz de conectar dos ideas. Una de las cosas del pensamiento creativo es conectar ideas, estás todo el tiempo buscando puntos de conexión. No estamos entrenados en esto. Las ideas más brillantes nacen de ahí, de conectar ideas que aparentemente no tienen nada que ver.

—«Con una pizca de magia los valores tradicionales funcionan». ¿Qué valores de la vieja escuela valen hoy?

—El acompañamiento del maestro tradicional, ese maestro familiar, es un valor que hay que resaltar. Eso no se debe perder y quedarse en una aplicación de móvil, en una plataforma. Esto hace perder el vínculo con el alumno y con la familia, y siento que en los últimos años se ha perdido, a raíz de la pandemia. Para comunicar y aprender no es suficiente la pantalla. A la hora de memorizar, hay que cambiar la manera, porque con los estímulos que reciben hoy los niños, el despiste está asegurado. No vale estar una hora hablando delante del encerado. Las familias deberían también darle más confianza al maestro, que era una figura a respetar. El profe no se puede sentir inseguro ante un niño si hay un problema, y esa seguridad la tiene que brindar en parte la familia.

—¿Lo creativo quita la cultura del esfuerzo, por qué es tan sospechosa?

—No es que la creatividad te prepare para la vida, sino que te mejora la vida. Cuando eres flexible, entiendes que las cosas no tienen por qué ser de una sola manera. Estás preparado para improvisar y buscar soluciones. Es importante para la vida, ¿no? Porque la vida nadie te dice cómo va a ser. Y con mucha-mucha suerte te sale el 40 o 50 % de lo que planeas. Ser creativo te va entrenando en la improvisación, en la frustración. No te rindes a la primera. La creatividad te educa totalmente en el esfuerzo.

—¿Las vacaciones son para hacer nada?

—Las vacaciones no son para no hacer nada. Cuando no tienes horario, las cosas las haces de otra manera. Yo no dejo de hacer cosas, cosas que me gustan, visitar esos museos que durante el curso no puedo, exposiciones, leer, ver alguna película... Esas cosas que el ritmo que llevas no te deja hacer durante el curso. Las vacaciones son para hacer cosas diferentes, como ir a un jardín botánico... Yo intento visitar y conocer cosas que a priori no tienen que ver conmigo, pero que sé que voy a aprender de ahí. Los niños deberían tener estas experiencias en verano. Si te quedas todo el verano en la piscina, pierdes oportunidades. Es importante la desconexión, pero cuidado, la mayoría de los niños desconectan muy rápido, así que no puede ser una desconexión absoluta. En el descanso, hay que trabajar cosas. Y aprovechar el aprendizaje como disfrute, que muchas veces lo que oyes son frases como «Aprovecha, que cuando empiece el cole ya verás». ¡Ya verás no! Cuando empiece el cole, vas a disfrutar. La manera de comunicarnos con los niños es a veces equivocada, dañina. Si les dices «Disfruta ahora, que ya verás», el ‘ya verás’ va a ser duro, imposible que vean el cole y el aprendizaje como un disfrute.