La base de algunas de las viviendas con arcos han sido construidas por debajo del nivel de la calle. Aquí, a cubierto, se comentaban las noticias del día (siempre relacionadas con la pesca) y los hombres arreglaban los aparejos.
Una peculiaridad de Muros es que ofrece diversos paseos por la ría a borde del moderno «Costa Viva» (686 192 031), con visión submarina y capacidad para 150 pasajeros.
El puerto se ha ido modernizando poco a poco buscando soluciones para que las cada vez más numerosas embarcaciones de recreo y de pesca encontrasen abrigo de las corrientes y de los en ocasiones fuerte vientos.
. Poco a poco se fue ganando terreno y hoy en día el paseo por la ribera (en cuyo tramo final se halla esta representación de la mujer de un pescador, que revitaliza el recuerdo de todos aquellos que trabajan en el mar) se ve cuidado y muy agradable para el andar y el conversar
La antigua colegiata de Santa María do Campo, de una sola nave y construida por orden de Lope de Mendoza en el XIV, fue rematada en el año 1400. Las capillas son de los siglos XV y XVI, y en ellas es posible admirar varios sepulcros centenarios.
Si fuese una postal, hasta habría quien pensase que se trata de un pueblo castellano. Pero los soportales son también identificativos de la Galicia marinera.
Después de recorrer el casco histórico apetece ver espacios abiertos sin salir de la localidad. Ello es posible recorriendo un paseo acogedor alejado del tráfico.
El monte Louro en la lejanía y al cual se puede dar la vuelta por una pista que lo bordea a poca altura sobre el nivel del mar. Todo el arbolado ardió hace unos veranos y se encuentra en fase de recuperación.
Apretada por montes no altos pero sí incómodos de transitar, la realenga Puebla de Muros miró desde siempre al mar, que año tras año se cobró sus víctimas.