El poder genético de las personas pelirrojas
Kieran Dodds es escocés y, como el trece por ciento de sus paisanos, pelirrojo. En Edimburgo, su ciudad, la cifra supera incluso el cuarenta por ciento. Es decir, a diferencia de millones de pelirrojos repartidos por el mundo (unos 160 millones), él nunca se sintió 'distinto' por su color de pelo ni por la blanquecina pigmentación de su piel. Al fin y al cabo, ser pelirrojo es una rareza: apenas un dos por ciento de la población mundial.
Durante siete años, la búsqueda de personas que comparten su herencia genética llevó a este fotógrafo por Rusia, Jamaica, Marruecos o Asia Central, cuna de Gengis Khan, ilustre pelirrojo, y en cuyas estepas, explica Dodds, «se cree que surgió este rasgo». Ocurrió, por lo visto, hace unos cincuenta mil años, cuando todos los humanos éramos morenos. Durante un periodo glacial, diversas mutaciones en un gen (el MC1R) alteraron la producción de melanina, el pigmento que proporciona color a la piel y al cabello, para facilitar la producción de vitamina D en lugares con poca luz solar. Aparecieron así los cabellos rojos. Migraciones e invasiones hacia Europa hicieron el resto hasta convertirse en rasgo característico de celtas y vikingos. Ellos y sus descendientes ayudaron a propagarlo por el mundo; hasta lugares inesperados como Jamaica. Allí, en Treasure Beach, abundan los pelirrojos de ojos azules, rostro pecoso y retorcido acento, herederos de la tripulación de un navío escocés que sembró la semilla roja entre sus antepasados.
La mirada de los artistas
Ceara McVey, 22 años. Retratar pelirrojos no es nuevo. Tiziano pintó tantos que hay un color rojo con su nombre. Botticelli en su Venus, Cranach, los prerrafaelitas o Klimt también pintaron el rojo capilar.
Herencia genética
Steven y Esther McKay con sus cuatro hijos. Todos son portadores del gen MC1R, el que da el color pelirrojo.
Raro el que no sea pelirrojo
Alexander es escocés. Vive en uno de los pocos países donde a los niños pelirrojos no se los mira como a extraños.
El día del orgullo rojizo
Gilad Belkin es de Israel, un país donde los pelirrojos celebran su propio día nacional.
Los hijos del barco rojo
Marteka Nembhard tiene 16 años y es jamaicana. De una región al sur de la isla donde hace siglos naufragó un navío escocés.
Presume que algo queda
Chris McCabe nació pelirrojo. Hoy es rubio, pero no así su barba, algo frecuente entre pelirrojos.
Sabia es la naturaleza
El sol amenaza la piel de Innis Conelly. Su palidez, sin embargo, le da una gran ventaja: produce más vitamina D, incluso en días nublados.
Tierra de pelirrojos
Jamie Hallam, de 17 años, es escocés. En su país, el trece por ciento de la población es pelirroja.
La Rusia más roja
Ilya Pardjhiani (26) vive en Perm, ciudad rusa solo superada por Edimburgo en concentración de pelirrojos.