El atractivo del poder Mussolini y sus 600 amantes: la compulsiva vida sexual del dictador
Las muchachas pasaban a la Sala Mapamundi del palacio Venecia, en Roma. Al rato, entraba Benito Mussolini y, casi de inmediato, vestido y con las botas puestas, tenía sexo con ellas sobre la alfombra o sobre la mesa. Si eran repetidoras, entonces, como deferencia, el secretario del Duce las hacía pasar a la Sala del Zodíaco, decorada de una forma más ‘romántica’ que la del Mapamundi.
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Etiquetas: dictaduras, Segunda Guerra Mundial