Viernes, 10 de Mayo 2024, 09:58h
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Estaba yo deprimido el otro día, lánguido como una flor mustia, porque acababa de ver un telediario, no me acuerdo en qué cadena, y dudaba entre emigrar a una isla desierta donde no haya wifi ni cobertura telefónica o apadrinar un grupo ninja dedicado a secuestrar políticos españoles y pedir por ellos un rescate tan alto que, con un poco de suerte, no lo pague nadie. Así andaba, hecho polvo y sin mañana, cuando el azar y un billete de Renfe me condujeron a la librería de la estación de Atocha –muy bien llevada, por cierto–, sección autoayuda. Y allí vi la luz. Decía mi abuela que Dios aprieta pero no ahoga, y las abuelas siempre tienen razón: uno de los libros expuestos salvó mi vida y mi futuro. Lo firmaba –no me acuerdo bien a causa de la emoción– un tal Pantxo Fernández, o Juantxo López, me parece. Y el título, que también cito de memoria, creo que era El éxito es fácil para ti y para tu primo. O algo parecido.
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