Arthur G. Sulzberger | editor de 'The New York Times'
Un periodista frente al presidente de EE. UU
«Trump no puede intimidarnos»
Este periodista de 44 años está al mando del diario más influyente del mundo, The New York Times. pese a las presiones, Sulzberger lo ha convertido en uno de los pocos medios que, en Estados Unidos, no se han sometido al presidente Donald Trump. Hablamos con él.
Arthur Gregg Sulzberger es el actual presidente y editor de The New York Times, una de las cabeceras más influyentes del periodismo global. Nacido en 1980, pertenece a la quinta generación de la familia al frente del periódico, lo que lo convierte en heredero de una extensa tradición de editores independientes y comprometidos con el periodismo de investigación. Asumió el cargo en 2018, sucediendo a su padre, Arthur Ochs Sulzberger Jr., que también lo heredó de su padre, Arthur Ochs Sulzberger, en 1992. Desde entonces ha liderado la transformación digital del Times, consolidando su modelo de suscripciones y reforzando la apuesta por el contenido multimedia, el periodismo de datos y el crecimiento internacional. Bajo su liderazgo, el prestigioso diario se acerca ya a los once millones de suscriptores, manteniendo un tono crítico y riguroso frente a fenómenos como el trumpismo y la desinformación.
XLSemanal. Su periódico representa como ningún otro el periodismo independiente, autofinanciado y crítico. ¿Son el último bastión democrático en Estados Unidos frente a Donald Trump?
Arthur G. Sulzberger. No me siento así. Tenemos una rica tradición de prensa libre e independiente en este país. Estamos bajo el mayor nivel de presión que hemos visto en generaciones, pero me parece alarmante que algunas personas estén dando marcha atrás y no defiendan derechos que solo seguirán existiendo si luchamos por ellos. Pero son varios los medios de comunicación que están haciendo un buen trabajo.
Recién electo, en noviembre de 2016, Trump visitó el Times. Durante una hora habló con el entonces editor Arthur Ochs Sulzberger Jr. (a su derecha) y varios periodistas. Trump elogió al diario —«una gran joya estadounidense y mundial»—, pero se quejó de que había sido demasiado duro con él durante la campaña electoral. Además, defendió enérgicamente al ultraderechista Steve Bannon, entonces su principal estratega;... Leer más
Recién electo, en noviembre de 2016, Trump visitó el Times. Durante una hora habló con el entonces editor Arthur Ochs Sulzberger Jr. (a su derecha) y varios periodistas. Trump elogió al diario —«una gran joya estadounidense y mundial»—, pero se quejó de que había sido demasiado duro con él durante la campaña electoral. Además, defendió enérgicamente al ultraderechista Steve Bannon, entonces su principal estratega; dijo tener «una actitud abierta» hacia la lucha contra el cambio climático —«el aire limpio y el agua cristalina son de vital importancia»—; y que tenía «razones para creer» que podía lograr la paz en Oriente Medio.
XL. Trump está tomando medidas contra esos medios. Por ejemplo, prohíbe la entrada al Despacho Oval a Associated Press (AP) –la mayor agencia de noticias del país– porque escribe 'golfo de México' en lugar de 'golfo de América', como quiere el presidente.
A.G.S. AP ha demandado a la administración Trump para luchar por su derecho a usar el lenguaje que crea más apropiado. No quiere que el presidente le dicte lo que puede decir o no.
XL. Ustedes ya advirtieron que Trump podría dañar la libertad de prensa en Estados Unidos y lo compararon con el autoritario gobernante de Hungría, Viktor Orbán.
A.G.S. Dirijo esta casa desde hace años. Con el tiempo, cualquiera que realice un trabajo como este aprende a sospechar que detrás de cada puerta puede encontrarse el desastre. Nos enfrentamos a desafíos tecnológicos existenciales como la inteligencia artificial. A esto se suman la desinformación y la polarización social. Con que tan solo uno de estos elementos se mueva en la dirección equivocada, nuestro trabajo podría dificultarse enormemente.
«Trump nos ha estado persiguiendo durante mucho tiempo. Nos ha demandado repetidamente, marginado y cancelado todas las suscripciones gubernamentales»
XL. Suena pesimista.
A.G.S. No lo veo así en absoluto. Pero deberíamos aprender de los países donde la libertad de prensa y la democracia se han visto significativamente limitadas. Respondiendo a su primera pregunta, no creo que en Estados Unidos solo quede una institución que pueda defender la democracia. La democracia es indestructible, pero tenemos que luchar por ella. El Congreso hace leyes, los tribunales las interpretan y el periodismo tiene el trabajo de proporcionar al público información que pueda utilizar para mantener fuerte nuestra democracia. Tenemos una larga lista de presidentes, de ambos partidos, que han tratado de impedirnos publicar información. Pero eso no funciona con el New York Times. Trump no puede intimidarnos.
XL. ¿Le preocupa que tome medidas contra su periódico?
A.G.S. Trump nos ha estado persiguiendo durante mucho tiempo. Nos ha demandado repetidamente, nos marginó de nuestra posición como informantes habituales del Pentágono, ha cancelado todas las suscripciones gubernamentales al Times...
XL. ¿Eso les perjudica económicamente?
A.G.S. No, eran suscripciones con grandes descuentos, así que no tiene consecuencias financieras. Pero Trump ha anunciado que, basándose en nuestras informaciones, iniciará investigaciones para encontrar filtraciones en el Gobierno. Nuestra industria debe estar preparada para que el Ejecutivo nos presione usando las palancas del poder. Nosotros estamos preparados: contamos con un excelente equipo de abogados, estamos bien posicionados económicamente para soportar la presión y, por encima de todo, sabemos que la Primera Enmienda es la protección de la libertad de prensa y de expresión más fuerte que existe en cualquier país del mundo. Cada presidente intenta ejercer cierta cantidad de presión; esta vez es mucho peor, pero estamos preparados.
Fundado en 1851, el Times es de la familia de Arthur Gregg Sulzberger desde 1896. Lo compró su tatarabuelo Adolph Ochs —editor de un diario en Ohio— y, tras su muerte, en 1935, pasó a su yerno, Arthur Hays Sulzberger. Lo sucedió, en 1961, Orvil Dryfoos, casado con Marian, la hija mayor de Sulzberger. Dos años después, tras la muerte de Dryfoos, el hermano... Leer más
Fundado en 1851, el Times es de la familia de Arthur Gregg Sulzberger desde 1896. Lo compró su tatarabuelo Adolph Ochs —editor de un diario en Ohio— y, tras su muerte, en 1935, pasó a su yerno, Arthur Hays Sulzberger. Lo sucedió, en 1961, Orvil Dryfoos, casado con Marian, la hija mayor de Sulzberger. Dos años después, tras la muerte de Dryfoos, el hermano de Marian, Arthur Ochs Sulzberger (sentado), tomó el timón hasta 1992, cuando lo cedió a su hijo, Arthur Ochs Sulzberger Jr. (de pie), padre del actual editor.
XL. Sin embargo, parece que los presidentes estadounidenses ya no ven necesario conceder entrevistas a los periódicos. Trump prefiere salir en televisión y Joe Biden tampoco les concedió entrevistas durante la última campaña.
A.G.S. Los políticos siempre tratan de hablar directamente a la gente. Buscan un periodista afín o incluso a alguien que no sea periodista pero también afín para aparecer en su pódcasto en su programa de televisión. Respecto a Joe Biden: ha evitado sistemáticamente hablar con la prensa. La comparación más cercana es con el segundo mandato de Ronald Reagan, que la evitó activamente.
XL. A Reagan le diagnosticaron alzhéimer tras jubilarse. ¿Biden fue ocultado por sus asesores porque no lo veían suficientemente apto?
A.G.S. Esta pregunta debe ser respondida con información: ¿hubo algo sobre la situación de Biden que su equipo quiso mantener en secreto?
XL. Trump, neoyorquino, parece obsesionado con el New York Times, el diario de su ciudad.
A.G.S. A Trump le gusta y admira el New York Times. Según mi experiencia, su retórica privada no coincide con su retórica pública. A mí me dijo que el New York Times era una gran joya estadounidense de renombre mundial. Quizá no sea una cita exacta, pero se acerca bastante. Él nos lee todos los días, es un hecho. Y tengo todas las razones para creer que confía en lo que escribimos.
«El Congreso hace leyes, los jueces las interpretan y el periodismo tiene el trabajo de proporcionar al público información que pueda usar para mantener fuerte la democracia»
XL. ¿Cómo discuten la cobertura de Trump? ¿En la redacción unos defienden que no son lo suficientemente críticos y otros que el periódico gira demasiado en torno a su figura?
A.G.S. Si ignoramos a Trump, ¿desaparecerá? ¿O desaparecerá si le gritas fuerte? Ambos enfoques son equivocados. Donald Trump es, probablemente, la figura política estadounidense más duradera y trascendental de mi vida. Ha sido una figura política dominante durante doce años y no hay evidencia de que alguna de esas medidas lo haga desaparecer, ¿verdad? La disputa que describe no está muy extendida en la redacción. Lo que queremos es informar sobre él de manera completa y justa.
XL. ¿Y eso cómo se hace?
A.G.S. Gran parte de lo que el mundo y los estadounidenses saben sobre Trump se debe a informaciones del Times. Sus conflictos de intereses, su retórica, sus acciones, sus negocios, sus finanzas personales... Nadie ha sacado a la luz más sobre estos temas.
XL. Pero hay debates internos sobre si debería adoptar una postura más firme; por ejemplo, llamar 'racista' a Trump.
A.G.S. Soy escéptico respecto a que etiquetas como esa sean la panacea. Es más, creo que distraen la atención de los hechos y de lo que significan. Pero soy consciente de que, a menudo, surgen críticas cuando usamos un término demasiado fuerte o no lo suficientemente fuerte. Creo que nuestro trabajo es exponer de manera completa y justa todo lo que hace Trump. Tres de nuestros mejores reporteros pasaron casi cinco años tratando de encontrar sus declaraciones de impuestos, algo que él se negó a revelar violando las reglas que rigen para los candidatos presidenciales y los presidentes en este país. Como resultado, tenemos la imagen más clara de sus finanzas y de sus conflictos de intereses. No publicamos nuestra serie sobre el llamado Proyecto 2025 –la agenda de la nueva administración de Trump– justo antes de las elecciones, sino desde abril de 2023. Y nuestros lectores no se sorprendieron por los síntomas de envejecimiento de Joe Biden. Habíamos escrito sobre ellos muchas veces.
Arthur G. Sulzberger, editor y presidente de The New York Times.
XL. Su periódico es quizá más influyente que nunca. Tienen alrededor de once millones de suscriptores. Pero los estadounidenses eligieron a Trump a pesar de saber todo lo que el New York Times reveló sobre él.
A.G.S. No creo que debamos tratar de influir en el resultado de las elecciones. Nuestro trabajo es preparar a los lectores para lo que Trump y sus partidarios estaban planeando si el pueblo estadounidense lo reelegía. Y esa información ha demostrado, en gran medida, ser cierta.
XL. Trump habla de presentarse a un tercer mandato, pese a que la Constitución lo prohíbe. En lugar de informar imparcialmente, ¿no deberían, como el importante medio de comunicación que son, decir: «¡Ya basta!»?
A.G.S. Cuando mi tatarabuelo compró el New York Times, estábamos en la era de los periódicos partidistas. La idea de que un diario intentara presentar de forma independiente una imagen completa e imparcial de lo que estaba sucediendo era bastante radical. Pero tenía esa ambición de difundir noticias sin miedo, pero también sin favoritismos. Algunas personas dicen que sería mejor no dar información que pueda ser usada indebidamente. Un claro ejemplo de ello es ese gran sector de la izquierda que protestaba cuando escribíamos sobre la edad de Joe Biden. Durante meses, el mensaje fue: si se menciona la edad de Biden, se fortalece al rival, Trump, que puede socavar la democracia. Mi respuesta fue: «Cada vez que escribimos sobre ello, empoderamos al votante». Hemos escrito repetidamente que ningún presidente en la historia ha tenido tantos problemas criminales y financieros como Trump. Cada vez que el presidente Trump, o cualquier otro, desafíe las normas democráticas e intente socavar los controles y equilibrios del sistema informaremos agresivamente al respecto.
XL. Su definición de objetividad no significa que ambas partes tengan que estar representadas de forma igualitaria, ¿verdad? Por ejemplo, ¿publicaría un artículo de opinión escrito por un partidario de Trump que afirmara que le robaron las elecciones de 2020?
A.G.S. Si un sector dice que la elección fue robada y el otro dice que no, entonces uno de los lados no dice la verdad. No hay evidencia de que las elecciones de 2020 fueran robadas. No nos basamos solo en la palabra de una de las partes. A pocos días de las elecciones llamamos a todas las oficinas de los secretarios de Estado estadounidenses y solicitamos pruebas de las acusaciones de Trump. No había ninguna. Hay que seguir los hechos adondequiera que conduzcan, independientemente de si conducen donde uno pensaba que podían conducir o donde desearía que condujeran.
«Los medios tradicionales han dado por sentada la confianza en ellos. No les hemos explicado a los lectores por qué deben confiar en nosotros»
XL. A pesar de esos esfuerzos, una gran mayoría de los estadounidenses cree que el New York Timesy otros medios son parciales y poco fiables. ¿Están mal informados o los medios de comunicación están cometiendo errores?
A.G.S. La confianza en las instituciones ha disminuido en todos los ámbitos de la sociedad. Esto se debe a una serie de factores, algunos de los cuales son de nuestra responsabilidad. Los medios tradicionales han dado por sentada, desde hace mucho tiempo, la confianza en ellos. No les hemos explicado a los lectores por qué deben confiar en nosotros.
XL. ¿A qué se refiere?
A.G.S. A menudo exponemos las conclusiones de nuestras informaciones sin mostrar todo el gran trabajo que realizamos para llegar a ellas. Estamos en una época en la que hay que mostrar un poco más el trabajo que hay detrás de una historia. Por ejemplo: hablamos con cincuenta personas para elaborarlas, analizamos registros secretos y, cuando escribimos sobre fuentes anónimas, algunas personas piensan que las fuentes también son anónimas para nosotros, pero no, sabemos exactamente quiénes son. Aun así, algunas cosas están fuera de nuestro control. Durante casi una década, el actual presidente de Estados Unidos ha llamado al New York Times enemigo del pueblo y nos ha acusado de traición. Esto socava la confianza que tienen en nosotros aquellos que creen que Trump es digno de confianza.
XL. Poco antes de las elecciones, Jeff Bezos –fundador de Amazon y propietario del Washington Post– decidió que su periódico no apoyara a Kamala Harris. Lo justificó en la pérdida de confianza que sufren los medios al ser percibidos como parciales. Hubo muchas críticas sobre el momento en que Bezos tomó esa decisión. Pero ¿no ha pasado ya el tiempo de las recomendaciones electorales?
A.G.S. Entiendo por qué medios de comunicación deciden no respaldar a nadie en unas elecciones. Es difícil de explicar. ¿Un medio de comunicación es completamente independiente, pero al mismo tiempo apoya a un candidato en particular? Pero hay que explicar que existe un cortafuegos entre esas dos partes del periódico, que son completamente diferentes y que no pueden comunicarse entre sí. Nuestro equipo de opinión recomienda un candidato, pero nuestro equipo de noticias continúa informando de manera justa e independiente.
«La propiedad intelectual debe pagarse. Nuestro contenido no debe usarse sin permiso ni pago. Por eso hemos demandado a OpenAI»
XL. Muchos ven al Times como la Fox News de la izquierda y, por tanto, muy partidista. Su antiguo editor de opinión James Bennet se quejó públicamente de que se habían convertido en una publicación en la que la élite progresista hablaba de unos Estados Unidos que, en realidad, no existían.
A.G.S. Me cae bien James y puedo entender que, años después, todavía luche con los sentimientos que le produjo su salida. Espero que lo supere. Pero no podría estar más en desacuerdo con su afirmación. Por favor, búsquenme otra institución que haya demostrado mayor disposición a enfadar a los partidos de todos los bandos que el New York Times.
XL. Usted mismo se queja de que su redacción no es lo suficientemente diversa. Esto significa demasiados universitarios, ningún propietario de armas y pocos creyentes. ¿No es eso un problema para un diario que quiere llegar a todo el país?
A.G.S. Nuestra redacción es más diversa que nunca. Hace 50 años solo había varones. Hace 40 todos eran blancos. Hace 20 casi todo ocurría en la ciudad de Nueva York. Hoy contamos con una redacción integrada por personas de todo el país y del mundo. Existe una gran diversidad étnica, religiosa y nacional. Esto también se aplica a nuestros lectores.
XL. ¿Son más diversos?
A.G.S. Hace apenas una generación prestábamos servicio esencialmente al área metropolitana de Nueva York. Ahora tenemos más suscriptores en California que aquí. Y el siguiente estado en la lista es Texas, seguido de Florida. También nos estamos expandiendo en el resto del mundo. Y eso es señal de que, incluso en estos tiempos polarizados, hay una gran audiencia para el periodismo independiente.
XL. ¿La inteligencia artificial ayudará o destruirá el periodismo?
A.G.S. Destruirlo, ciertamente, no. La IA, como cualquier cambio tecnológico, trae riesgos y oportunidades. La tecnología ha mejorado el New York Times. Por ejemplo, antes, en la edición impresa, podíamos contar historias una vez al día, en forma de texto y quizá incluíamos una foto en blanco y negro. Ahora podemos informar las 24 horas y reaccionar a las noticias en tiempo real. Contamos las historias a través de vídeo, audio y gráficos interactivos. Sobre la IA hemos encontrado una serie de formas de utilizarla en la cobertura informativa. Recientemente, por ejemplo, pudimos rastrear con precisión la trayectoria de vuelo de un globo espía chino sobre Estados Unidos usando la IA. En el pasado, probablemente solo la CIA podría haberlo hecho. Por supuesto, esto también implica riesgos. Depende del tipo de sistema regulatorio que exista para la IA. Las empresas que impulsan su desarrollo deben cumplir con las leyes existentes.
XL. Entonces, ¿no se está produciendo un robo de contenidos periodísticos?
A.G.S. La propiedad intelectual debe pagarse. Nuestro contenido no debe utilizarse para desarrollar productos competitivos sin permiso y sin pago. Por eso presentamos una demanda contra OpenAI. Este principio se aplica no solo al periodismo, también a las personas que escriben libros, a los músicos, a los artistas y al entretenimiento. Luchamos por una base jurídica central para nuestro sector.
XL. Las grandes tecnológicas parecen someterse a Trump. Mark Zuckerberg, por ejemplo, ya no quiere que se verifiquen los datos en sus plataformas.
A.G.S. No sabemos la historia detrás de eso. ¿Es un verdadero cambio de opinión? ¿Se hace por razones oportunistas o por miedo a las desventajas competitivas? Seguiremos informando sobre cómo el Gobierno presiona a estas empresas y cómo responden estas a esa presión. Este es un tema de gran importancia para Estados Unidos. Y, dado el estatus de esas empresas, también para el mundo.
XL. Muchos lectores dicen que les gustaría vivir una semana sin noticias de Trump. ¿Alguna vez el tema lo agota?
A.G.S. Los periodistas son un grupo bastante duro, resistente y realista. No tenemos elección. No podemos elegir de lo que hablamos. El mundo decide. Tal vez estemos hartos de la guerra en Ucrania, pero este año cincuenta de mis colegas estuvieron allí para informar, aunque gran parte de la audiencia ya no quiera saber nada. También la de Trump es una historia importante que necesita ser contada.