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Menopausia y riesgo vascular: los consejos que siguen las mujeres que disfrutan a tope de la vida

Aumento del colesterol, subida de peso, hipertensión… Con la menopausia, el riesgo vascular de las mujeres se equipara al de los hombres y así el de sufrir un evento mortal. Sin embargo, hay consejos fáciles de seguir con los que podemos protegernos y además aumentar la calidad de vida.

Martes, 08 de Agosto 2023

Tiempo de lectura: 6 min

La menopausia y post menopausia es una etapa crítica de la salud femenina, en la que se debe hacer una reevaluación completa del riesgo vascular. La razón principal es que se pierde la protección hormonal que existe durante la etapa de vida en la que se es fértil. Por eso menopausia y riesgo vascular están claramente asociados.

Hasta la llegada de la menopausia las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos, unas hormonas femeninas que ayudan a controlar los niveles de colesterol, de glucosa y también impiden que tengamos sobrepeso.

Sin embargo, al finalizar la edad reproductiva y desaparecer esas hormonas se incrementa el riesgo vascular. Un estudio en The Lancet profundiza en los cambios que sufre el cuerpo de la mujer en esta etapa, indicando además que el impacto de la desaparición de los estrógenos puede extenderse durante décadas.

Los datos de incidencia de enfermedad vascular son serios. Al año fallecen unas 9.000 mujeres de patologías por esta causa, pero está en nuestra mano reducir la mortalidad.

Una oportunidad para vivir de forma saludable

Podemos transformar la menopausia en una oportunidad para adoptar hábitos de vida cardiosaludables, que contrarresten los cambios que experimenta el organismo en estos años, protejan el corazón y arterias, y aumenten nuestra calidad de vida.

La doctora Rosa Argüeso miembro de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), especialista en Endocrinología, Diabetes, Lípidos y Nutrición Clínica, e investigadora del Hospital Universitario Lucus Agustí (HULA) de Lugo, nos ayuda a entender mejor las claves fundamentales de esta situación.

Cuidado con los lípidos circulantes  

La menopausia influye en algunos factores de riesgo vascular clásicos: los niveles de colesterol LDL aumentan hasta en un 10% entre el año previo y el año posterior al cesa de la menstruación.

Por otro lado, el colesterol HDL, que se considera un factor protector del riesgo vascular, pierde en este periodo de la vida de las mujeres parte de su capacidad como escudo. No hay cambios relevantes cuantitativamente, pero sí en la distribución y función.

Además, hay otros aspectos de riesgo vascular que se ven agravados con la menopausia. Aparte del aumento de peso, que puede deberse más a la edad, la doctora indica que “hay consecuencias directas de la menopausia en cuanto a la composición corporal, como los depósitos grasos en la zona abdominal. Y también se ha demostrado que hay aumento en la grasa que rodea el corazón, la grasa epicárdica, que también constituye un factor de riesgo vascular”

“A partir de la menopausia, el riesgo vascular de las mujeres se equipara al del hombre. La enfermedad vascular en la mujer se retrasa unos 10 años respecto a la del hombre, pero en la transición a la menopausia la prevalencia llega prácticamente a igualarse”, asegura la doctora Rosa Argüeso.

Otros factores que suben el riesgo vascular

Sin embargo, se da el hecho de que la mujer está infradiagnosticada respecto al riesgo vascular y, por tanto, infra tratada, lo que aumenta su exposición a eventos. Otro factor que influye negativamente en la salud femenina es que la mujer tiene poca representación en los ensayos clínicos.

Según la doctora Argüeso deben darse dos situaciones que inviertan esta situación: “Mayor conciencia por parte del médico que trata a la paciente, y también por parte de la propia mujer, que con frecuencia también infraestima su riesgo”.

Pero hay más. Un aspecto también relevante es que en el cálculo del riesgo vascular no se tiene en cuenta el embarazo. Las mujeres que padecen determinados problemas durante el embarazo como trastornos hipertensivos, preeclampsia, retraso del crecimiento intrauterino, diabetes gestacional tienen mayor riesgo vascular.

“Estas cosas suceden durante el embarazo y luego quedan en el olvido y no se reflejan en la historia clínica de la mujer como factores de riesgo vascular, cuando hoy sabemos que todo ello tiene que ver con el desarrollo de la enfermedad vascular a edades más avanzadas”.

Reduce el riesgo vascular en la menopausia con la dieta mediterránea

Podemos controlar el riesgo vascular que sube en menopausia con la dieta mediterránea: más frutas y verduras, menos carne roja y alimentos procesados...

La mejor prevención: un buen estilo de vida

Para vivir con calidad de vida y buena salud después de la menopausia, la mejor receta es el adecuado estilo de vida: implementar la verdadera dieta mediterránea, que es la que ha demostrado mayor protección respecto al riesgo vascular.

“Estas son medidas fundamentales para toda la población, pero muy en especial en el caso de mujeres en edad de menopausia”, indica la doctora.

La dieta mediterránea que mejora nuestro latido y reduce el riesgo vascular

Como indica el estudio Cordioprev, esta dieta puede evitar 1 de cada cuatro eventos recurrentes y es fácil de seguir.

  • Está basada sobre todo el consumo de verduras, cereales integrales, legumbres y frutas, donde se reduce el consumo de carne en general y se da preferencia a las blancas frente a las rojas. Además, la dieta mediterránea aconseja tomar pescado azul varias veces en semana.

  • El aceite de oliva virgen es la grasa que debemos utilizar para cocinar y aliñar, controlando su consumo para evitar sobrepeso.

  • Además de recomendar la verdura en general, conviene recordar que algunos vegetales son fuentes de calcio, como las espinacas, los nabos y la col rizada, ayudándonos a proteger los huesos, que se vuelven más frágiles con la menopausia. Si bien es cierto que es un tipo de calcio de difícil absorción, por lo que se recomienda asociar su ingesta con alimentos ricos en vitamina C, como el pimiento rojo, el perejil, o el limón.

  • Otros alimentos como los guisantes, las semillas de lino, las nueces, los nabos, el plátano, la coliflor, los espárragos y las coles de Bruselas pueden ayudar a controlar los sofocos.

  • Por último, no olvidemos los métodos de cocción de los alimentos, eligiendo aquellos que precisan menos cantidad de grasa: vapor, horno, parrilla.

2. En semana, 150 minutos de ejercicio 

Hay que realizar ejercicio físico tanto aeróbico como de fuerza, para mantener activa la musculatura.

  • Como mínimo conviene plantearse dedicar 150 minutos semanales a actividad física de moderada intensidad y dos o tres días realizar pesas o prácticas deportivas tonificadoras y de fuerza.

  • Si no hemos hecho ejercicio durante mucho tiempo, se aconseja acudir al médico para que haga la evaluación y recomendaciones adecuadas.

3. Evitar la ingesta de tóxicos como tabaco y alcohol

Se sabe que el tabaco incrementa el riesgo cardiovascular en la mujer un 25% más que en los hombres que fuman. Se desconocen los motivos, pero los estudios demuestran estas diferencias.

4. Hacer controles médicos periódicos

También es importante hacerse controles médicos periódicos. Seguir acudiendo a la cita con el ginecólogo y realizar analíticas para revisar la tensión, los niveles de colesterol y el peso.

5. Informar a tu médico de tus embarazos.

Cómo se ha indicado antes, determinadas situaciones durante la gestación aumentan el riesgo vascular, por lo que es imprescindible que nuestro médico esté informado.

  • También influye el número de embarazos o si no se ha sido madre. “El mayor riesgo se da entre las mujeres nulíparas (no han tenido hijos) y las multíparas (5 o más nacimientos). Los embarazos repetidos pueden dar lugar a múltiples exposiciones a los cambios metabólicos del embarazo, como resistencia a la insulina, alteración del metabolismo lipídico, aumento de peso, inflamación y estrés oxidativo, que provocan cambios vasculares duraderos”, aclara la doctora.

  • No es que el embarazo los produzca, sino que es una situación de cambios hormonales y de estrés metabólico para el organismo que hace que estas patologías que están latentes se desenmascaren. Y esto nos avisa de que con el tiempo el riesgo vascular de estas mujeres será más alto.

Terapia Hormonal Sustitutiva y riesgo cardiovascular

  1. La prescripción del THS para mujeres en menopausia ha cambiado mucho desde los años 90. Tal y como explica la doctora Argüeso, “actualmente tienen un gran consenso científico la hipótesis del tiempo. La THS tiene sus riesgos pero sabemos que está indicada en mujeres menores de 60 años o con una duración inferior a 10 años, para tratamiento de síntomas persistentes de la menopausia: trastornos vasomotores, como sofocos y sudores; síntomas genito urinarios, como sequedad, dispareunia; síntomas depresivos, y en la prevención de masa ósea o fractura. Pero no es un tratamiento aprobado para la cardioprotección”.

  2. En mujeres que hayan tenido antecedentes de enfermedad vascular arteriosclerótica o enfermedad tromboembólica venosa no está indicado el tratamiento, porque puede aumentar el riesgo. Y en mujeres que lleven más de 10 años sin reglas o que sean mayores de 60 años está totalmente contraindicado.

  3. Cuando sí se recomienda con un elevado nivel de consenso científico es en mujeres con menopausia precoz, antes de los 40 años, hasta la edad de la menopausia natural, que estaría alrededor de los 50 años.