CHINCHE_PIOTR NASKRECKI, HARVARD | EUROPAPRESS

10 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las Cimex lectularius, más conocidas por chinches, se han apoderado de París, han llegado al País Vasco y amenazan con extenderse por toda la geografía. Estas molestas criaturas que creíamos relegadas al Buscón de Quevedo y lugares poco higiénicos del mundo, han visto favorecida su proliferación por las mismas razones por las que estamos viendo resurgir tantos otros bichos que ya habíamos olvidado. Las chinches no transmiten enfermedades, pero se alimentan de sangre humana y pican mucho, pudiendo dar reacciones alérgicas. Además, son difíciles de erradicar. Este furor viajero que se ha apoderado de la gente y este empequeñecimiento del mundo globalizado, hace que maletas, ropas, somieres y todo cuanto recoveco pueda albergar un insecto del tamaño de una pepita de manzana, sean escondites idóneos para estos hematófagos. También se aprecia un repunte de otro bicho desagradable, como son las garrapatas que —estas sí— pueden transmitir enfermedades tanto al ser humano como a los animales. Las garrapatas ya deberían de haber disminuido, pero este veroño atípico que tenemos, junto a la invasión del entorno urbano por parte de otra plaga como son los jabalíes, hace que tengamos garrapatas para rato y en todos los sitios.

Las mismas razones climáticas son las responsables de que el cruel mosquito tigre siga torturándonos sin piedad bien entrado octubre, cuando ya debería haber invernado.

En fin, que bichos que creíamos extintos han vuelto a revivir, y no se crean que se trata solo de parásitos, insectos o animales salvajes. También en la especie humana se han despertado especímenes que creíamos adormilados, desde Palestina hasta Moscú, desde Barcelona a Waterloo, desde Washington a Estambul para que pinten de azul las largas noches de invierno.