Prevención, detección y tratamiento del cáncer de próstata: «Se recomienda acudir a revisiones una vez al año»
En el Día Mundial del Cáncer de Próstata, los urólogos Venancio Chantada y Darío Vázquez-Martul, del Hospital Quirónsalud A Coruña, explican por qué es importante acudir a revisiones de próstata, sobre todo a partir de los 50 años

El cáncer de próstata es uno de los tumores más prevalentes en varones. Se estima que uno de cada ocho hombres recibirán este diagnóstico en algún momento de su vida. Se trata de una patología poco sintomática en su inicio. Pero el diagnóstico temprano es clave para conseguir los mejores resultados y lograr un buen pronóstico.
La buena noticia es que, si se detecta a tiempo, existen tratamientos eficaces. «Los avances que han aparecido en los últimos años no solo han sido en la esfera quirúrgica, con el advenimiento de laparoscopia y el desarrollo de la tecnología robótica, que permite un tratamiento muy minucioso con mínima invasión y con resultados funcionales muy satisfactorios, minimizando los riesgos de pérdidas de orina o de pérdida de función sexual. También ha habido un desarrollo muy importante del tratamiento farmacológico basado en marcadores moleculares y en el estado de diseminación de la enfermedad. Los nuevos antiandrógenos, las nuevas moléculas dirigidas a terapias diana han mejorado muchísimo los resultados», explica el doctor Venancio Chantada, urólogo del Hospital Quirónsalud A Coruña.
Primeros síntomas y signos de alarma
Actualmente, gracias a las herramientas para una detección precoz del cáncer de próstata, «es infrecuente que los pacientes presentes síntomas relacionados con el tumor y en muchos casos la primera señal es la elevación del PSA en un análisis de sangre», explica el doctor Darío Vázquez-Martul, urólogo del Hospital Quirónsalud A Coruña. Sin embargo, destaca que los síntomas prostáticos relacionados con una hiperplasia benigna son más frecuentes. Entre ellos se encuentran la dificultad para orinar, flujo débil, goteo postmiccional y, en ocasiones, la incontinencia urinaria.
«En estadios muy avanzados del cáncer de próstata pueden aparecer sangrados con la orina o dolores óseos entre otros síntomas, pero esto sucede en menos del 10 % de los casos», detalla.
Perfil de riesgo
Los pacientes deben conocer cuál es el perfil de individuos que tienen mayores probabilidades de sufrir este cáncer, para poder controlarse y realizar una prevención a lo largo de la vida. «Está comprobado que determinadas etnias, como africanos o afroamericanos, tienen un riesgo incrementado de padecer cáncer de próstata», señala en este sentido Vázquez-Martul.
La predisposición genética puede existir incluso si no hay antecedentes de este mismo cáncer en la familia. «En nuestra sociedad también tiene mucha relevancia controlar a aquellos varones que tienen familiares directos con cáncer de próstata e incluso cáncer de mama, dada la posible relación de ciertos genes mutados, en estos casos es importante iniciar los controles urológicos con PSA a edades más tempranas», detalla el experto.

¿Cuándo hay que empezar a controlarse?
Los últimos consensos recomiendan en términos generales iniciar los controles a los 50 años o a los 45 en caso de tener familiares afectados con cáncer de próstata, o bien, en pacientes de origen africano o sudamericano. «Se suele recomendar hacerlos una vez al año. De todos modos, ante la existencia de cualquier síntoma miccional es recomendable consultar con un urólogo», indica Vázquez-Martul.
Métodos de diagnóstico
Cuando un paciente acude a consulta de urología por cualquier tipo de síntoma relacionado con la posibilidad de un cáncer de próstata, «la primera herramienta es cuantificar el PSA en sangre junto con la exploración física mediante tacto rectal, son las medidas más sencillas y económicas», explica el doctor Vázquez-Martul. La prueba de PSA es un análisis de sangre que mide los niveles de PSA en la sangre, una proteína producida por la próstata. Un nivel elevado de PSA puede ser un indicio de cáncer de próstata, aunque también puede tener otras causas. Por eso, se complementa el diagnóstico con otros elementos como la exploración física.
«Actualmente disponemos de técnicas de imagen como la resonancia magnética que permiten determinar si una elevación de PSA se corresponde con una potencial lesión cancerígena en la próstata y así podríamos hacer una biopsia de fusión que es mucho más precisa para detectar y categorizar el tumor. El PET-TC con nuevos marcadores como el PSMA han aumentado enormemente la precisión a la hora de ver lesiones en otros órganos en casos de tumores más avanzados», detalla.
Tratamiento
A día de hoy, la urología ha alcanzado un desarrollo de diagnóstico, de tratamiento y tecnológico altamente avanzado. «Esto permite realizar un tratamiento personalizado, a la carta, dependiendo de la fase de la enfermedad de un paciente con cáncer de próstata. La cirugía sigue siendo el patrón oro del tratamiento del cáncer de próstata localizado. Además, desde hace 15 años la cirugía es mínimamente invasiva, utilizando métodos a través de la laparoscopia y en los últimos años se ha añadido la tecnología robótica que mejora sensiblemente los resultados funcionales y quirúrgicos del paciente con esta enfermedad», explica el doctor Venancio Chantada.
Cuando un paciente no es candidato al tratamiento quirúrgico, se utilizan otras opciones, como la terapia focal, «un tratamiento emergente para el cáncer de próstata localizado y sin prácticamente efectos secundarios, si bien precisa de una selección rigurosa de candidatos» apunta el doctor Vázquez-Martul. También se puede optar por la radioterapia externa o intersticial, «a través de la implantación de unas semillas radiactivas que se denomina braquiterapia y además de ello, cuando el tumor está localmente avanzado o con afectación a distancia, disponemos del tratamiento con hormonoterapia y fármacos nuevos que mejoran los resultados de esta terapia», señala Chantada.
Por lo tanto, el paciente con cáncer de próstata dispone de un abanico terapéutico muy importante, «con una medicina de precisión con marcadores moleculares que nos van a ayudar a definir la respuesta y las alteraciones genéticas que pueda tener este paciente para calibrar mejor la respuesta a la medicación, pero en definitiva cada paciente, y esto es importante resaltarlo, tiene un tratamiento adecuado para su enfermedad», asegura el doctor Chantada.
Hoy, incluso cuando los pacientes están en una fase muy avanzada de la enfermedad, el doctor Chantada señala que es posible cronificar la enfermedad. «Muchos pacientes morirán con cáncer de próstata, pero no por el cáncer de próstata», afirma.
Prevención
Si bien existen factores que, como hemos visto, predisponen a los individuos a un mayor riesgo de sufrir cáncer de próstata, los hábitos y los cuidados que tenga el paciente tienen mucho peso en términos de prevención. «Es importante tener hábitos de vida que permitan tener una buena salud, prostática. Hacer una dieta equilibrada, una dieta mediterránea o atlántica, que son bajas en grasas, ricas en frutas y en verduras, hace que haya una mejor salud prostática, al igual que los hábitos de ejercicio, actividad física, evitar el sedentarismo, evitar largas horas sentado, conduciendo o delante de la pantalla del ordenador, además tener una actividad sexual regular. Todo esto hace que el órgano prostático tenga una función metabólica normal y por lo tanto menos procesos inflamatorios, lo que reduce las posibilidades de desarrollar en la edad adulta un cáncer de próstata» apunta Chantada.
«Estos hábitos son muy importantes, insistimos en ellos y, a partir de los 45 o 50 años, en empezar la revisión rutinaria que es tan sencilla como realizar un PSA con la periodicidad que le marque su médico de atención primaria o su urólogo, hacer una exploración digital y periódicamente una ecografía prostática. Con estas pruebas, va a ser fácil detectar un cáncer de próstata en etapas muy tempranas. De este modo, si aparece este tumor, las posibilidades de curación van a ser las máximas posibles», destaca el experto.