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En un contexto marcado por el envejecimiento poblacional, que ha hecho crecer significativamente el número de personas que cuidan de sus familiares mayores, con o sin dependencia, Cinfa ha dado un paso más en su compromiso con quienes llevan adelante esta labor esencial. Acaba de lanzar la primera edición de sus Ayudas para entidades sociales en apoyo de las personas cuidadoras, una convocatoria destinada a brindar recursos para impulsar proyectos innovadores que den apoyo a las personas cuidadoras no profesionales. La iniciativa será de carácter bienal y contribuirá con 60.000 euros a cada una de las dos organizaciones que resulten elegidas y cuyo trabajo mejore la calidad de vida de quienes asumen este rol en el ámbito familiar.

El plazo está abierto desde el 12 de junio hasta el 30 de septiembre del 2025, ambos inclusive, y las candidaturas se podrán presentar a través de la web Cuidados.cinfa.com. La selección de las entidades beneficiarias estará a cargo de un jurado compuesto por especialistas vinculados al ámbito de los cuidados y la salud comunitaria.

Visibilidad y reconocimiento

«Con una población cada día más envejecida, la necesidad de prestar cuidados y atención dignos a las personas mayores es una realidad en España. Y, con frecuencia, son los propios familiares los que asumen este rol; la mayoría de las veces, sin la formación y recursos necesarios», explica Enrique Ordieres, presidente de Grupo Cinfa. En sus palabras, la compañía busca reconocer el valor de estas tareas invisibles, asumidas en su mayoría por familiares sin apoyos adecuados, lo que tiene un impacto directo en sus vidas personales, laborales y sociales.

Esta convocatoria se enmarca en un movimiento por los cuidados que busca visibilizar y dignificar la labor de las personas cuidadoras no profesionales. Como parte de este propósito, la plataforma digital Cuidados.cinfa.com ofrece información práctica, consejos y recursos útiles en tres ejes clave: cómo cuidar a otra persona, cómo cuidarse a uno mismo, y cómo fortalecer el vínculo entre cuidador y persona cuidada.

Asimismo, en este marco, Cinfa ha creado un observatorio que nace con la misión de estudiar y dar visibilidad a la realidad de los familiares cuidadores en España. Presidido por Alicia López de Ocáriz, directora médica de Grupo Cinfa, este organismo tendrá como objetivo realizar una radiografía completa del impacto que tiene el cuidado en la vida de las personas cuidadoras y en sus familias.

«El cuidado de las personas mayores por parte de sus familiares es una realidad que debe darse a conocer para que todas aquellas personas que cuidan sientan que no están solas, que la sociedad reconoce su valor, y que lo hace sin prejuicios ni estereotipos. Tenemos claro que no hay una forma correcta de cuidar: cada familia es única y cada vínculo entre la persona cuidadora y la cuidada es único también», asegura López de Ocáriz.

En su primera fase, el observatorio se centrará en el análisis del cuidado de personas mayores, para ir ampliando progresivamente su mirada hacia otros colectivos como cuidadores de hijos con discapacidad o parejas que cuidan entre sí. Este primer trabajo de investigación se publicará este año y cuenta con el respaldo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), entidad referente en el campo del envejecimiento saludable y la calidad de vida de las personas mayores. El estudio aportará datos clave para entender mejor la dimensión de este fenómeno y sus efectos colaterales en la sociedad.

Cinfa no está sola en este camino. Durante los últimos años ha tejido alianzas con entidades relevantes del sector, como Cruz Roja o la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA), con el objetivo de desarrollar proyectos conjuntos que mejoren la vida tanto de los pacientes como de sus familiares cuidadores.

En primera persona

La labor de cuidar de una persona dependiente requiere una sensibilidad que en el día a día se sostiene, en muchos casos, gracias al amor. Así lo explica Mari Carmen Ramírez. Ella es, junto a sus tres hermanos, cuidadora de una persona dependiente. «Nuestra madre sufrió un ictus en el 2020, a los 85 años. Ya era algo dependiente, pero a partir de ese momento pasó a serlo del todo. Nuestro trabajo, el de los cuatro, se convirtió en cuidar de ella y hemos ido aprendiendo a hacerlo poco a poco. Tienes que querer a la persona; si no, se hace muy complicado», cuenta Mari Carmen.

Ella y sus hermanos se distribuyen los horarios para el cuidado de la madre, que hoy tiene 89 años, de manera semanal. Cada domingo, uno de los cuatro va a la casa de la madre y se queda hasta el domingo siguiente, cuando lo releva otro de ellos. «El que está con ella se ocupa de todo, de las visitas médicas, de ayudarla a dormir y del aseo, que ahora se está haciendo complicado. Hay que organizarlo todo muy bien y es necesaria la colaboración de muchas personas para cuidarla, y el apoyo de nuestras parejas», explica Mari Carmen. Reconoce que ser varios hermanos facilita el reparto de tareas.

De izquierda a derecha en la imagen, Florencio, Mari Carmen, su madre, Encarnación, Ana y Santos.

Además de invertir tiempo, los familiares cuidadores afrontan los costes de todo el equipamiento necesario para mejorar la accesibilidad y la calidad de vida del paciente. «Hay elementos que son útiles a la hora del aseo, para que ella tenga más comodidad, para irse a la cama o para facilitar su movimiento. Pero estas cosas tienen sus precios. Lo mismo ocurre si la persona tiene que ir a un centro de día o si hace falta que vengan cuidadores profesionales para que alivien un poco nuestro trabajo», detalla Mari Carmen.

En este sentido, iniciativas como la de Cinfa son claves para ofrecer a las familias apoyo a través de entidades sociales que trabajan por mejorar la calidad de vida de este colectivo. «Cualquier ayuda que se ofrezca en estas situaciones es bienvenida. Nosotros, al ser cuatro, por fortuna podemos encajar entre todos este rol de cuidador, pero no todo el mundo tiene esa suerte», destaca Mari Carmen.