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Airtags, ¿seguridad o control? Los dispositivos de rastreo para niños, el nuevo mejor amigo de los padres 'helicóptero'

Estos pequeños dispositivos de rastreo, diseñados originalmente para encontrar objetos perdidos, se han convertido en la última tendencia entre los padres helicóptero, aquellos que sobreprotegen a sus hijos en extremo. Te contamos todo sobre esta nueva moda entre padres y los peligros para el desarrollo infantil.

Viernes, 11 de Agosto 2023

Tiempo de lectura: 6 min

Mi hijo, dónde está mi hijo??!!» Pocas expresiones suscitan tanto pánico como esa pregunta. Y es una situación que, lamentablemente, todo padre se hace alguna vez, especialmente en verano, cuando los más pequeños disfrutan de una mayor libertad de movimiento en playas, parques de atracciones... Al que no es de extrañar que los dispositivos de seguimiento y geolocalización sean cada vez más comunes para vigilar a los niños. Una solución perfecta para los 'padres helicóptero' aquellos que tienen un un comportamiento excesivamente controlador con sus hijos, o en otras palabras que ‘sobrevuelan’ todo lo que hacen sus retoños. Pero, ¿hasta qué punto esta protección tecnológica es sana para ellos?

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Supervisión total. Con estos dispositivos, la ubicación de la persona que lleva el AirTag puede ser compartida con otras personas que tienen un iPhone. Es tan sencillo como añadirlo desde tus contactos. Una opción que permite que ambos padres, incluso aunque estén separados, puedan rastrear al niño en todo momento, sin que tenga que llevar un móvil con geolocalización.| Getty Images.

Estos dispositivos fueron diseñados en un primer momento para encontrar objetos fácilmente 'perdibles' como las llaves o la cartera, aunque se han convertido en la nueva herramienta preferida por algunos padres para mantener un control constante sobre sus hijos, sobre todo cuando son demasiado pequeños para tener un teléfono inteligente. Además, les permite retrasar el acceso al móvil, con lo que evitan durante un tiempo los riesgos de las plataformas digitales y redes sociales para los menores.

«Puedes rastrearlos y el reloj emite un pitido: así los entrenas para que vengan cuando escuchen el sonido», explica una madre en un vídeo de Tiktok con millones de visualizaciones

Su funcionamiento es sencillo: los AirTags, lanzados al mercado en 2021 por Apple, emiten una señal que puede ser rastreada por cualquier dispositivo de la marca y conocer en tiempo real la ubicación del portador. Al unir los AirTags a un objeto — por ejemplo, al llavero —, se vinculan automáticamente al iPhone. El usuario desde su smartphone configura el objeto que ha sido vinculado y podrá visualizar la ubicación actual en un mapa o conocer la última localización conocida. Además, cuando estás lo suficientemente cerca del dispositivo, emite un pequeño sonido para localizarlo. Pero los rastreadores no son algo exclusivo de esta compañía, cada vez hay más marcas de dispositivos de geolocalización, conectables a todo tipo de móviles como Jiobit, Tile y Chipolo–, incluso algunos de ellos los puedes encontrar en el bazar de tu barrio.

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Seguridad al alcance de la mano. Muchos de estos dispositivos tecnológicos, además de permitir a los padres localizar a sus sus hijos, permiten a los pequeños hacer algunas llamadas y disponen con un botón 'SOS' al alcance de sus dedos. En cualquier apuro, solo con pulsarlo, les permite contactar rápidamente con sus padres o con el número de emergencia.| Getty Images.

Por supuesto, este tipo de seguimiento de los menores genera controversia. Cuando Apple lanzó el producto, la compañía declaró claramente que no debían usarse en niños, solo para objetos inanimados. Incluso lo desaconsejan para el seguimiento de mascotas, uno de los usos más 'intuitivos'. Pero esa letra pequeña no ha detenido a padres y cuidadores que priorizan la tranquilidad de saber la ubicación precisa de sus pequeños en todo momento. Y es que Apple tampoco es que esté en contra de usar tecnología para rastrear a los niños; más bien matiza que no es correcto hacerlo sin su conocimiento. Por eso, la compañía comercializa un Apple Watch sin acceso a internet como la herramienta perfecta de geolocalización y comunicación para menores.

Uno de los puntos fuertes de estos relojes es que sus ubicaciones son mucho más precisas que las de los AirTag, que pueden sufrir retrasos al mostrar la ubicación o pueden perderla si la persona se encuentra en un área rural o sin conexiones de Iphone. Pero sobre todo, destacan que el reloj lo lleva el niño en la muñeca, es decir, es plenamente consciente de su presencia. Eso sí, también hay una sustancial diferencia de precio: de los 39 euros del AirTag a los 250 euros del AppleWatch.

Redefiniendo la supervisión parental

El mundo ha cambiado, es obvio. Atrás quedó estar jugando en la calle hasta que se pusiese el sol sin más normas que la hora de regreso a casa de los 'boomers'.  Hoy, si ves a un niño solo por la calle, la imagen puede resultar inquietante... aunque, seguramente sus padres hayan ideado ingeniosas formas de esconder estos rastreadores en mochilas, bicicletas e incluso directamente en las propias criaturas.

Una oportunidad de negocio que también han aprovechado las empresas lanzando accesorios de ingeniosos diseños donde esconder el rastreador como muñequeras, llaveros o cordones que prácticamente convierten a los niños en auténticos paquetes de 'Amazon Prime'.

«El resultado de un exceso de control parental son niños con ansiedad que tienen dificultades para hacerse cargo de sus propias vidas», explica el experto

Los AirTags, en todas sus versiones, son ya un producto viral en redes sociales. El vídeo de una madre explicando cómo entrena a sus dos hijas pequeñas con brazaletes AirTag ya acumula casi dos millones de visualizaciones en TikTok. «Puedes rastrearlas y emitir un pitido, y así los entrenas para que vengan cuando escuchen el sonido», decía la creadora del vídeo. Otro padre contaba con gran éxito de seguidores cómo utiliza estos dispositivos en sus niños cuando viajan a un parque de atracciones, «así nunca los perderás», asegura en el foro de Reddit.

La tentación de rastrear continuamente a tus hijos por su seguridad es comprensible, pero los expertos en salud infantil no están de acuerdo con estas prácticas. «Los padres sobreprotectores y ultracontroladores pueden tener un efecto muy negativo en el desarrollo del niño a la hora de manejar de forma correcta sus emociones y comportamientos», explican los autores de un reciente estudio realizado por la Universidad de Minnesota y publicado en Developmental Psycology.

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Primeras salidas. En España, la edad que sugieren los especialistas para que comiencen a salir solos por la calle es entre los 9 y 12 años, dependiendo del niño. Lo que era habitual hace unos años, hoy es excepcional. El miedo de los padres ha aumentado más que la inseguridad en las calles.

Así lo señala también Peter Gray, profesor de investigación en Psicología y Neurociencia del Boston College, que advierte sobre los posibles trastornos mentales que puede ocasionar la sobreprotección paternal. «El resultado de un exceso control y supervisión parental son niños con ansiedad y depresión y que pueden tener dificultades para hacerse cargo de sus propias vidas», afirma.

Además, como ha explicado Apple, el seguimiento sin consentimiento podría conllevar consecuencias legales, incluso si se trata de un menor. Por eso recomiendan, en todo momento, que el niño que sea rastreado esté al tanto de ello, aunque, en primera instancia, no comprendan las dimensiones de su uso. Ahora bien, los expertos aseguran que, aún con su consentimiento, puede provocarles ansiedad.

La mayoría de los padres recurren a este tipo de tecnología por el temor a que sus hijos sufran acoso, accidentes o un secuestro en la calle. En España, el 66% de las denuncias por desaparición son menores, según el Centro Nacional de Desaparecidos. Por lo que no es de extrañar que se decidan a usar este apoyo tecnológico, pero tampoco parece que sea una opción sana para los progenitores. Según Suan Linn, psicóloga y autora de ‘¿Quién está criando a los niños? Big Tech, Big Business y la vida de los niños’ , esta práctica retroalimenta la ansiedad y la dependencia tecnológica parental. «Existe una cultura del miedo y los AirTag tienen un propósito, incrementar el consumo y la dependencia de los padres que creen que ya no pueden vivir sin estas tecnologías».

Como previeron los expertos en seguridad desde el lanzamiento del dispositivo de seguimiento, esta tecnología está siendo empleada de forma alarmante como herramienta de acoso y rastreo de mujeres. Son numerosas las mujeres, principalmente de Estados Unidos – uno de los países con más ventas de AirTag–, que acudieron a la policía al recibir una notificación en su móvil sobre la presencia de un AirTag no autorizado que seguía todos sus movimientos. Eso sí, nunca hubieran sabido que estaban siendo vigiladas si tuvieran un teléfono que no fuera iPhone.

Los casos de acoso que involucran al dispositivo de Apple son fundamentalmente ex parejas, esposos y jefes que los colocaban en algún objeto de estas mujeres o en sus vehículos, para poder tenerlas vigiladas las 24 horas del día. «El acecho y el stalkerware existían antes de AirTags, pero Apple hizo que fuera más barato y más fácil que nunca para los abusadores y atacantes rastrear sus objetivos», afirma Albert Fox Cahn, director ejecutivo de Surveillance Technology Oversight Project.

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