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Carlos IV y María Luisa de Palma se mudan... La reubicación de dos cuadros del Palacio Real, al detalle El viaje de Goya: el arte de trasladar obras maestras

Dos Goyas del Palacio Real cambian de ubicación. Se trasladan a la Galería de las Colecciones Reales, un nuevo museo que se inaugurará este verano. Una operación de precisión y delicadeza extremas. XLSemanal estuvo allí para contártelo.

Texto y fotografías: Daniel Méndez

Lunes, 13 de Febrero 2023, 13:57h

Tiempo de lectura: 4 min

La cita es temprano: ocho y media de la mañana en la conocida como Antecámara de Carlos III, la sala donde le gustaba sentarse a cenar y conversar al monarca allá por el siglo XVIII. Hoy es un día especial y el Palacio Real permanecerá cerrado al público toda la mañana: toca mudanza. Y no una mudanza cualquiera.

Se van a mover dos obras de peso (literal y figurado): Carlos IV en uniforme de coronel de las Guardias de Corps y María Luisa de Parma en traje de corte. Dos Goyas pintados en 1799 y que llevaban colgados en estas paredes solo desde 1934. Ahora serán sustituidos por las obras del napolitano Francesco Liani, los retratos de Fernando IV y su esposa, María Liani, que decoraban originalmente estos mismos muros. «Lo que pretendemos es recuperar una decoración histórica», explica Javier Jordán de Urríes, conservador encargado del Real Sitio de Aranjuez y de toda la pintura del siglo XVIII de Patrimonio.

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María Luisa abandona el edificio. Retrato de María Luisa de Parma, pintado por Goya en 1799. Es uno de los dos retratos del pintor que se trasladan. Una operación que implica trabajar en un entorno que no es el habitual en un museo: el Palacio Real. Todo se realiza con la máxima cautela para no dañar ni la obra ni cuanto la rodea: mobiliario, esculturas, la seda que cubre las paredes… En la página izquierda: los operarios bajan uno de los cuadros a pulso por la escalera principal.

Jordán de Urríes está aquí para controlar el movimiento de dos piezas fundamentales de la colección. Al fin y al cabo, no todos los días se descuelgan dos Goyas. El destino de Carlos IV y su esposa serán las paredes de la Galería de las Colecciones Reales, un nuevo museo, en el mismo recinto del Palacio Real, que se inaugurará este verano y que ofrecerá un recorrido por la historia de la monarquía española desde la Edad Media.

Cuanto menos se toque, mejor

Mover dos piezas de esa importancia no es fácil. «Es complejo porque, además de los cuadros, hay que mover todo el mobiliario que hay debajo de los mismos: las consolas, esculturas, quizá los candelabros…», añade Mario Mateos, conservador de mobiliario de Patrimonio Nacional. «¿Los candelabros los vais a mover?», pregunta entonces al equipo que ha venido para encargarse del traslado. Finalmente se descarta. «Cuantas menos cosas toquemos, mejor», concluye el responsable.

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Sumo cuidado. Los operarios bajan uno de los cuadros a pulso por la escalera principal del Palacio. Los movimientos están perfectamente coordinados: el cuadro se ha descolgado gracias a un andamio.

A las nueve de la mañana empieza la operación. Lo primero: estudiar el anclaje del cuadro a la pared. Está colgado del techo, pero también fijado por su parte inferior. Se decide usar un pequeño andamio. Mientras, se procede a retirar las esculturas: dos bustos de María Luisa de Parma y Carlos IV esculpidos por Juan Adán, escultor de cámara de Fernando VII, hijo de Carlos IV.

Un 'ballet' al servicio de Goya

Todo se realiza con movimientos coordinados, como un ballet. Subidos al andamio, dos operarios retiran los anclajes que sujetan los cuadros al techo para no dañar la seda histórica que decora las paredes. Aquí, todo tiene valor y al final de la operación se aspirará el polvo acumulado en esa seda.

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Tisú protector. El tejido con el que envuelven la obra está fabricado especialmente para el embalado de obras de arte. Se trata de un tisú laminado, con una capa de polietileno, que tiene un tacto suave. Es de un material plástico, libre de ácido y con pH neutro. En ocasiones, si el traslado es largo, se pone doble capa para lograr un acolchado extra. Esta vez no ha hecho falta.

Las instrucciones se siguen al pie de la letra, pero no se respira tensión. «Son muy profesionales –explica José Luis Valverde Merino, jefe del Área de Registro y Documentación de Patrimonio Nacional–. Hay mucha experiencia y la pintura no deja de ser algo bidimensional. ¡Es más difícil mover la armadura de un caballo!».

Los Goyas llevan en estas paredes desde 1934 y la intención es recuperar la decoración original

Para proteger los lienzos durante el desplazamiento, se ha construido una caja de madera de pino, con bastidores reforzados y una espuma protectora. Retorna entonces la coreografía: los seis operarios rodean el marco, lo toman con cuidado y lo colocan sobre un bastidor antes de meterlo en la caja. Allí se cubre con un tejido especial y se levanta antes de embalarlo para su transporte.

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A rastras por palacio. Las obras son trasladadas por el Salón de Columnas, supervisadas por Javier Jordán de Urríes, conservador de pintura del XVIII de Patrimonio Nacional. Van en una caja a medida. Los bastidores llevan espumas protectoras adaptadas para que cada lienzo encaje a la perfección.

«El Palacio Real no es un museo y no está preparado para este tipo de operaciones –subraya Valverde Merino–. Debemos calcular con cuidado el recorrido». En este caso, varios salones y las escaleras principales del edificio hasta subirlos al camión que los lleva al almacén de la nueva Galería de las Colecciones Reales. Es decir, el vehículo no abandona el recinto real.

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Desembalaje. Los dos cuadros han llegado a bordo de un camión a los almacenes de la Galería de las Colecciones Reales, donde estarán hasta su ubicación definitiva en la nueva pinacoteca. Tras el desembalaje, José Luis Valverde toma imágenes de la obra. No es un capricho: verifica y demuestra que la pintura no ha sufrido ningún daño.

Ya en el almacén, se repite la operación inversa: desembalado cuidadosamente, se estudia que no hayan sufrido ningún desperfecto y se colocan en el lugar indicado. Allí esperarán los dos retratos hasta que les toque un nuevo movimiento: esta vez a la galería donde podrán ser contemplados por los visitantes a partir del verano. Operación culminada con éxito.