Jueves, 18 de Diciembre 2025
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Nubla tiene 14 años y una anemia no regenerativa. Cada tres o cuatro semanas pasa dos o tres horas conectada a una bolsa en la clínica veterinaria donde trabajó su dueña, Beatriz. «Sin estas transfusiones, Nubla se habría muerto de debilidad», resume Beatriz. Nubla depende por completo de esas transfusiones periódicas y de tratamientos inmunosupresores. La factura mensual se sitúa en torno a los 700 u 800 euros.
Una transfusión puede costar 420 euros: ahí entran el coste del producto sanguíneo (130 euros por bolsa de 220 mililitros) y los análisis previos y pruebas de compatibilidad al donante (que no cobra).
La sangre que recibe Nubla proviene de bancos de sangre de perro y gato que suministran a las clínicas y permiten atender una urgencia por hemorragia en una cirugía, por ejemplo. Hubo un escándalo terrible con uno de esos bancos: en 2002, la Guardia Civil destapó que un centro de Madrid había desangrado a decenas de perros (se encontraron restos de cadáveres en un crematorio clandestino) mientras el dueño de este centro de los horrores obtuvo más de un millón de euros.
«Es uno de los casos más dramáticos que hemos vivido», dice Nacho Paunero, presidente de la protectora El Refugio, quien subraya que «no hay una legislación» sobre bancos de sangre animal y que ese vacío permite montajes donde «cada uno hace lo que le da la gana». «Estos servicios tienen que estar legislados, ratificados por la autoridad competente. Ahora mismo nada garantiza que no se vuelva a repetir», advierte. «Hay que legislar y, a partir de ahí, veremos quién lo hace correctamente y quién no», resume.
En España operan dos grandes bancos —Hemolife y el Banco de Sangre Animal— y varios hospitales universitarios y centros de referencia con sus propias reservas. El Banco de Sangre Animal (BSA), fundado en 2009 en Sabadell, recibe donantes en su centro, acude a domicilio y tiene una red de clínicas colaboradoras.
Los donantes deben estar sanos, vacunados y desparasitados, y tener un peso mínimo (más de 20 kilos en perros y más de 3 en gatos y un carácter manejable. Los donantes suelen recibir revisiones, analíticas o vacunaciones sin coste, y la prioridad de acceso a sangre si la necesitaran. Unas 3000 mascotas han donado sangre en el BSA, pero solo alrededor de 1500 se mantienen como donantes regulares. Y en España hay más de veinte millones de mascotas.
TRANQUILOS Y COMPATIBLES
Los galgos se han ganado fama de ‘donantes universales’ porque en un porcentaje muy alto son negativos a un antígeno que provoca incompatibilidad. Además, su hematocrito es alto, es decir, su sangre es rica en glóbulos rojos. Y son perros tranquilos: muchos incluso se quedan dormidos en la camilla durante la extracción.