Viernes, 10 de Octubre 2025, 11:00h
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Aunque reeditado con profusión durante los últimos años, Gilbert Keith Chesterton sigue corriendo el riesgo de ser un escritor malinterpretado. Pues el rescate 'literario' que de él se ha hecho es en gran medida el que conviene a la curiosidad diletante del mundo, que nos presenta a un Chesterton devoto de las formas más juguetonas y paradójicas de la inteligencia, clarividente biógrafo de literatos insignes, rendido admirador de las intrigas detectivescas; y, mientras se exalta a este Chesterton exquisitamente hemipléjico, se nos escamotea al paladín de la ortodoxia, al polemista moral, al refutador incansable de todas las herejías modernas, al divulgador gozosamente empeñado en enseñar el catecismo a los hombres de su generación. A Chesterton no conviene leerlo en 'antologías' que con frecuencia lo desfiguran, sino en las obras íntegras que entregó a la imprenta.
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1 La dramática historia de las primas olvidadas de la reina Isabel de Inglaterra
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2 La actriz que no existe, pero ha debutado y tiene agente
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3 «En los servicios secretos rusos hay paranoia absoluta. Temen una revolución»
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4 La escabrosa vida sexual de Isabel II
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