Ingredientes para cuatro personas.
- 900 g de muslos y contramuslos de pollo
- 15 g de aceite de oliva virgen, 250 g de hongos frescos cortados en cuartos o mitades (dependerá del tamaño del hongo)
- 50 g de lardones de tocineta
- 12 chalotas pequeñas peladas y cortadas a la mitad
- 7 g de ajo picado
- 30 g de coñac
- 25 g de mantequilla
- 750 g de vino tinto de buena calidad
- 17 g de harina
- 450 g de patata chascada
- un puñado de brotes frescos
- sal y pimienta
Elaboración
Se cortan las patas del pollo en muslos y contramuslos. Se limpian y cascan las patatas y se reservan. Se calienta en una cazuela el aceite, se agregan las porciones de pollo bien salpimentadas y se doran hasta que estén coloreadas por todos los lados (aproximadamente durante unos 8 minutos).
Se sacan y reservan. Se retira la grasa de la cazuela y se colocan allí los lardones de tocineta. Se rehogan bien durante unos 2 minutos, hasta que hayan soltado su propia grasa. Se añaden las chalotas y el diente de ajo a la olla y se cocina unos 5 minutos. Una vez tomen color las chalotas, se agregan los hongos y se deja que suden durante unos 5 minutos más.
Transcurridos, se añaden la mantequilla y la harina. Se sazona y se cuece 2 minutos más. Se incorpora también el coñac y se reduce a la mitad. Se vierte el vino y se lleva a ebullición.
Acabado y presentación. Se agregan a la cazuela el pollo y la patata cascada y se lleva a ebullición. Se retira del fuego y se tapa con papel de aluminio. Se mete la cazuela al horno, precalentado a 160 C. Se cocina todo durante 1 hora y 15 minutos. Transcurrido ese tiempo, se saca y sirve bien caliente con unos brotes por encima.
1
Se cortan las patas del pollo en muslos y contramuslos y se rehogan.
2
Se doran en una olla la tocineta, las chalotas, el ajo y los hongos.
3
Se añaden el resto de los ingredientes y, cuando hiervan, el pollo y la patata.
4
Se tapa con papel de aluminio la olla y me mete al horno, precalentado a 160 ºC, durante unos 75 minutos.
5
Y listo
Truco
Elija siempre una patata consistente, dura al tacto, con la piel lisa y sin brotes. Y no hay que olvidar que el tiempo de cocción puede ser muy diferente en función del tamaño o de la variedad que escojamos.