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Pequeñas infamias

El dilema del erizo

Carmen Posadas

Viernes, 27 de Diciembre 2024, 10:14h

Tiempo de lectura: 3 min

Les he comentado alguna vez mis impresiones sobre el pesimismo? Soy pesimista irredenta, siempre me pongo en lo peor. Pero, precisamente por eso, solo me llevo sorpresas agradables. «… Uy, qué suerte, pensaba que tenía una enfermedad mortal y, según esta analítica, estoy como una rosa…». «Uf, qué aliviooo, me han llamado para el trabajo que yo quería…». «Mira tú qué bien, resulta que Juan (o Juana o quienquiera que sea según el caso) muere por mis huesos y yo sin darme cuenta…».

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