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¿Quién mató a Matthew Perry? Así fueron sus últimos días

El juicio por la muerte del actor de 'Friends'

¿Quién mató a Matthew Perry? Así fueron sus últimos días

Un asistente de confianza sin escrúpulos, un 'solucionador' que trabaja para las estrellas de Hollywood, dos médicos desaprensivos, la 'reina de la ketamina' y una inyección letal: cuando acaba de comenzar el juicio por la muerte de Matthew Perry, nos adentramos en las últimas horas del protagonista de Friends.

Viernes, 07 de Marzo 2025, 10:01h

Tiempo de lectura: 9 min

A poco más de un kilómetro del estudio donde filmaron la serie que los hizo mundialmente famosos y fabulosamente ricos, los protagonistas de Friends volvieron a reunirse en noviembre de 2023. Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, David Schwimmer y Matt LeBlanc se sumaron a la despedida que los padres, hermanos y amigos de la infancia de Matthew Perry le rindieron en el cementerio de Forest Lawn. La causa de su muerte según la autopsia: «efectos agudos de la ketamina». Entre las personas que se congregaron en el sepelio estaba un hombre que no era famoso, al menos en ese momento: Kenneth Iwamasa, el asistente de Perry, que parecía tan devastado como el resto. Su dolor puede que fuera genuino, pero aquel hombre de 60 años ocultaba un terrible secreto.

El día en que murió Perry, Iwamasa le había inyectado cantidades enormes de ketamina, algo que había estado haciendo desde hacía semanas a pesar de no tener formación médica. El asistente había pagado miles de dólares –con el dinero de Perry– a traficantes y médicos para obtener ese poderoso sedante que parecía ayudar a su jefe en su eterna batalla contra la depresión. Fue Iwamasa precisamente quien, el sábado 28 de octubre de 2023, encontró a Perry flotando bocabajo en el jacuzzi de su casa en Pacific Palisades. Los testigos que vieron al actor esas últimas semanas dijeron que Perry estaba de buen humor y sobrio. Cuando el forense reveló la enorme cantidad de drogas que tenía en su organismo, se quedaron sin palabras. 

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La caída. Friends se emitió por primera vez el 22 de septiembre de 1994. Perry tenía 25 años. Tan inseguro en la vida como en la ficción, enseguida comenzó a consumir alcohol y drogas para superar sus miedos. Intentó rehabilitarse muchas veces. Murió a los 54 años sin lograrlo (a la derecha, una de sus últimas fotos).

En agosto del año pasado, Iwamasa y otras cuatro personas fueron acusadas por la Fiscalía de la muerte de Perry. Él y dos implicados –Erik Fleming, un exdirector de cine devenido en 'solucionador' de Hollywood, y Mark Chávez, médico– se han reconocido culpables. Los otros dos acusados defienden su inocencia: el doctor Salvador Plasencia y Jasveen Sangha, a quien la acusación responsabiliza de facilitar la ketamina que causó la muerte de Perry. El juicio acaba de empezar y está previsto que la sentencia sobre Iwamasa, Chávez y Fleming, que se enfrentan a penas de hasta 15 años de cárcel por «conspiración para distribuir ketamina con resultado de muerte», se dicte en mayo. Los que no se han reconocido culpables han logrado aplazar su causa hasta agosto. 

«Dios, hazme famoso»

El jardín de la casa de Perry en Pacific Palisades tiene una de las mejores vistas al océano de California. El actor compró la propiedad por seis millones de dólares en 2020. Le gustaba el aislamiento que le proporcionaba la zona, mucho más tranquila que la turística Santa Mónica y menos ostentosa que Malibú. Perry ganaba más de un millón de dólares por episodio cuando estaba en la cima de su popularidad con Friends, donde interpretaba a Chandler Bing, un analista de datos que enmascaraba sus inseguridades detrás del humor. Para inspirarse para el papel solo tuvo que mirarse al espejo.

«Me pregunto cuánto estaría dispuesto a pagar este idiota», escribió uno de los médicos que le suministraban ketamina

Unas tres semanas antes de su audición para entrar en Friends, desesperado por no encontrar trabajo, apeló al Todopoderoso: «Dios, puedes hacerme lo que quieras. Solo, por favor, conviérteme en famoso». Aquella oración acabó teniendo un giro profético. Friends se estrenó en 1994 y fue un éxito instantáneo. En semanas, Perry y los demás se convirtieron en superestrellas. Sin embargo, a medida que su popularidad subía, Perry fue cayendo por el abismo de la adicción al alcohol y los analgésicos. En sus memorias, publicadas en 2022, contó que llegó a tomar 55 pasillas al día del poderoso opioide Vicodina, un desafío logístico hercúleo que lo obligaba a mentir a varios médicos para conseguir ese cargamento. En 2018 casi muere al romperse el colon por abuso de sustancias.

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El lugar del crimen. Perry se instaló en 2020 en una 'discreta' casa en Pacific Palisades con espectaculares vistas al océano, pero en una zona muy tranquila (el edificio, por cierto, ha sobrevivido a los recientes incendios).

Con la publicación de sus memorias, y después de más de una docena de curas de rehabilitación –y de gastar nueve millones de dólares para 'limpiarse'–, Perry hizo público el precio que había pagado por el éxito. Se sentía dolorosamente solo. Aunque tuvo como pareja a mujeres espectaculares como la modelo Yasmine Bleeth y la actriz Julia Roberts, sus relaciones nunca funcionaron. Con Julia rompió en 1996 porque temía que ella lo dejara. «¿Por qué no iba a hacerlo?», escribió en su libro. «Estaba roto, doblado». Perry vio a Roberts ganar el Oscar por Erin Brockovich en 2001 mientras él se desintoxicaba en un centro de rehabilitación. 

Sentirse abandonado de niño

Perry nació en 1969 en Williamstown (Massachusetts), hijo de un aspirante a actor que ahora tiene 84 años y de una reina de belleza canadiense que ha cumplido los 77. El matrimonio se separó cuando él tenía 9 meses. Su padre los dejó plantados en Canadá para seguir su carrera en Hollywood. Matthew dijo sentirse abandonado durante su infancia. Esos primeros años los pasó en Ottawa, donde forjó una amistad que lo acompañaría toda la vida con los hermanos Chris y Brian Murray. A los tres les unía el sentido del humor. De hecho, poco antes de morir, Perry barajaba regresar a Ottawa, para alegría de Chris, quien le había suplicado durante años que se alejara de Los Ángeles. Ninguno de los dos hermanos sospechó nunca el papel que tenía su asistente en la vida del actor. De hecho, tras el funeral fueron a visitarlo porque «estábamos muy preocupados por él». 

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Su asistente... ¿y verdugo? Matthew Perry con su asistente, Kenneth Iwamasa, que llevaba 25 años a su servicio, unas semanas antes de su muerte. Acosado por la depresión y sintiéndose solo, como él mimos reconocía, acabó pagándole a Iwamasa para que viviera con él. 

En agosto del año pasado, los fiscales anunciaron que cinco personas habían sido detenidas por la muerte de Perry. La acusación contó la trágica historia de un adicto vulnerable que fue presa de las personas que se suponía que tenían que protegerlo.

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El mismo jacuzzi en que fue hallado muerto. Al actor le gustaba pasar las noches en el jacuzzi de la piscina, como él mismo mostró en una foto en Instagram cinco días antes de morir en ese mismo sitio.

Entre las labores de Iwamasa, su asistente personal, estaba coordinar sus citas médicas y asegurarse de que tomara sus medicamentos recetados legalmente. Perry se había sometido a una terapia legal con ketamina para tratar su depresión y ansiedad en una clínica supervisada por médicos. Pero, cuando el actor pidió un aumento de la dosis, la solicitud le fue denegada por los facultativos. 

Su asistente le inyectó tres dosis seguidas la misma mañana de su muerte y se fue a hacer recados

Incapaz de prescindir de la droga, Perry recurrió a medios ilegales. Los fiscales explican que en septiembre de 2023 Perry le pidió a Iwamasa que lo ayudara a obtener ketamina, y lo hizo a través del doctor Plasencia, quien a su vez obtuvo el medicamento de Mark Chávez, médico que anteriormente había dirigido una clínica que trataba a pacientes con ketamina.

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Ketamina. Jasveen Sangha, una inglesa asentada en Los Ángeles, conocida como 'la reina de la ketamina', suministradora, presuntamente, de Perry. Aunque en las últimas semanas parecía tranquilo y sobrio, el actor había aumentado en realidad su ingesta de esa droga.

«Me pregunto cuánto estará dispuesto a pagar este idiota», escribió Plasencia en un mensaje de texto enviado a Chávez, refiriéndose a Perry. La respuesta fue «mucho». Los fiscales dicen que Iwamasa se reunió con Plasencia al menos siete veces entre el 30 de septiembre y el 28 de octubre, y que le pagó 55.000 dólares del dinero de Perry por ketamina líquida y en pastillas.

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Esto era 'sólo' lo legal... Los medicamentos legales encontrados en la casa de Perry tras el registro policial.

A veces, Perry estaba tan desesperado por su próxima dosis que acompañaba a su asistente. En una ocasión, Iwamasa lo llevó a un aparcamiento público cerca de un acuario en Long Beach donde se habían citado con Plasencia. El doctor se subió al asiento trasero en el que estaba Perry y le inyectó la ketamina. Fue Plasencia quien, supuestamente, instruyó a Iwamasa sobre cómo inyectar más droga a Perry. Y esa creciente adicción hizo que el asistente buscase nuevos proveedores.

'La reina de la ketamina'

La vida de Jasveen Sangha, de 41 años, era, según su página de Instagram, tan glamurosa como muchos creen que es habitual en el sur de California: marcas de lujo, fiestas, coches, yates... Los fiscales dicen que ese lujoso tren de vida lo financiaba un «emporio de venta de drogas» en el que Sangha ostentaba la posición de 'la reina de la Ketamina': proporcionaba drogas a los ricos y famosos gracias a su reputación de proveedora de confianza de metanfetamina, hongos de psilocibina, cocaína y medicamentos 'de farmacia'.

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Amigos de verdad. Mathew Perry con el resto del elenco de la serie 'Friends'. Sus compañeros también intentaron ayudarlo, sin conseguirlo.

El vínculo entre Perry y 'la reina de la Ketamina' se estableció a través de Erik Fleming, un director de cine que a finales de los noventa parecía tener un futuro prometedor, pero que acabó como intermediario entre Hollywood y  los narcotraficantes. Fleming había oído decir a un amigo que Perry estaba buscando ketamina; y se puso en contacto con Iwamasa el 4 de octubre de 2023. Le aseguró al asistente que Sangha era la persona que buscaba: podía facilitarle lo que quisiera. El asistente pagó a Fleming 6000 dólares por 25 viales de ketamina. Cinco días antes de que Perry muriera, Fleming pasó por la casa del actor con otros 25 viales más, por los que cobró otros 6000 dólares. Los fiscales aseguran que fue precisamente esa ketamina la que acabó con la vida de Perry.

«Inyéctame una grande»

A eso de las 8:30 de la mañana del 28 de octubre de 2023, Perry le pidió a Iwamasa que le inyectara una dosis. A las 11 de la mañana, Perry jugó al pickleball en su club. Regresó a casa a las 12:45 del mediodía y le dijo a Iwamasa que le administrara más ketamina mientras veía una película, según el propio asistente. Unos 40 minutos después, Perry le pidió a Iwamasa que preparara el jacuzzi y le dijo que le «inyectara una grande», en referencia a la dosis de ketamina. El asistente llenó una jeringa y se la inyectó. Después de esta tercera dosis, Iwamasa se fue a hacer recados. Regresó a las 16 horas para encontrar a Perry bocabajo en la piscina, según el informe del forense. Después de colocar su cuerpo en el suelo, llamó a emergencias, que llegó en cuestión de minutos. Perry fue declarado muerto a las 16:17. Inmediatamente después, Iwamasa limpió las pruebas incriminatorias, incluidas las jeringas vacías. El informe del forense afirma que solo se encontraron medicamentos recetados, vapeadores de nicotina y piruletas. 

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Sus mejores amigos. Los hermanos Chris y Brian Murray eran sus mejores amigos desde niños. Con ellos pasó el último verano en Francia antes de morir.

En cuanto se supo la noticia de la muerte de Perry, la red que le suministraba las drogas trató de tapar sus huellas. Los fiscales dicen que Fleming alertó a Sangha usando la aplicación de mensajería encriptada Signal. Aunque ella le pidió que «eliminara todos nuestros mensajes», continuaron comunicándose. «Por favor, llama. Tengo más información y quiero intercambiar ideas contigo», escribió Fleming el 30 de octubre. «Estoy seguro al 90 por ciento de que todos están protegidos. Nunca he tratado con él (Perry). Solo con su asistente. También están haciendo un examen toxicológico de tres meses. ¿El K se queda en tu sistema o se elimina inmediatamente?».

Sangha fue arrestada en marzo del año pasado y liberada bajo fianza, pero en agosto los fiscales presentaron una nueva acusación que la implicaba en la muerte de Perry –y puede que en otra muerte anterior por sobredosis– y su fianza fue revocada. Espera en la cárcel a ser juzgada.

Perry había expresado su deseo de ayudar a otros adictos, especialmente a aquellos sin medios económicos.  Días después de que lo encontraran muerto, se estableció una fundación a su nombre, con sede en Los Ángeles, dirigida por su exgerente. Casi un año después se creó otra Fundación Matthew Perry con sede en Canadá, donde creció, y dirigida por su familia y amigos, de la que es embajadora su compañera de Friends Lisa Kudrow. El primer hogar de acogida para la recuperación de adictos de Matthew Perry se inaugurará en Ottawa en 2027.


© The Sunday Times Magazine