Viernes, 10 de Mayo 2024, 12:32h
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Se conocieron a principios de los 2000, cuando Amy Winehouse aún no había sacado su primer álbum, Frank, de 2005, y deambulaba por los pubs de Londres con una voz prodigiosa. En uno de ellos conoció a Catriona Gourlay y, poco después, a Naomi Parry, que entonces estudiaba moda y luego fue estilista de la cantante. Las dos formaron parte del entourage de la estrella, que en los últimos años intentó que las drogas y el alcohol no acabaran con ella. No lo lograron. Amy murió a los 27 años en julio de 2011. Desde entonces, muchos han sido los pleitos en torno a su legado. El último, el que su padre, Mitch Winehouse, ha iniciado contra Catriona y Naomi, a las que acusa de vender objetos, sobre todo ropa, que, según él, pertenecen al «legado de Amy Winehouse», que él administra.
Naomi y Catriona alegan que la estrella les regaló muchas cosas y que algunos vestidos son, además, creación de la propia Naomi. Las dos amigas han vendido en una subasta en Los Ángeles 156 artículos en total, que generaron unos cuatro millones de dólares. El padre de Amy Winehouse les reclama un millón. Ellas aseguran que recibieron mucho menos dinero y que, además, lo vendido es legítimamente suyo. Resolverá el Tribunal Superior de Londres.
Y, mientras esperamos la decisión judicial, el próximo 31 de mayo llega a los cines una de las películas más esperadas de esta primera mitad del año sobre la vida de la cantante: Back to Black. Y con ella la controversia.
¿Qué sabemos de la nueva película sobre Amy Winehouse? Para empezar, que llega rodeada de polémica, algo muy habitual en los biopics de grandes leyendas de la música, porque contentar a todos sus fans no es fácil. Las opiniones en contra comenzaron el año pasado, nada más conocerse a su protagonista, la actriz Marisa Abela (Industry). Twitter se llenó de comentarios en los que se cuestionaba su parecido físico y su voz. Sin embargo, una vez vista por los críticos de cine, es precisamente ese papel el que más se destaca.
La directora de Back to Black, Sam Taylor-Johnson, ha querido dejarlo claro desde el principio: «Nunca pensé en utilizar la voz de la actriz porque la de Amy es muy característica, conocida y difícil de emular. Pero Marisa trabajó su voz hasta poder contar una historia con mucha emoción y así conectar con los que la escuchan. Sabemos que no es Amy cantando, pero su interpretación es tan estremecedora que no queda más remedio que creerla».
Otra de las críticas por parte de los fans vino tras calificar de insensible la idea de rodar una película biográfica sobre Winehouse habiendo pasado tan poco tiempo desde su muerte en 2011 y de explotar su lado más amargo. A su favor, Back to Black presume de un guion basado en material escrito por la propia la artista para mostrar una versión más enfática, festiva y equilibrada del auge a la fama de la cantante, dejando atrás la imagen de la que se apoderó la prensa amarilla en la época.
Taylor-Johnson asegura que ha querido hacer una película desde la perspectiva de Amy, desde su mirada: «El único sitio donde podía encontrar su verdad era en la música que componía, por eso decidí contar su historia con sus palabras, a partir de las canciones que escribía, a las que entregaba su alma. Cantaba su amor, su dolor, sus decepciones, y lo hacía con una emoción profunda salpicada de un humor cortante».
En cuanto a la imagen del padre, el actor británico que lo interpreta, Eddie Marsan, admite que se sorprendió al descubrir una versión tan poco habitual de la vida de Amy y de su padre. «Al ver que nadie es el malo de la película – el malo es la droga –, me entraron ganas de interpretar el papel. No encarno a malos, solo a seres humanos», dice. «Se nota que Sam siente una gran compasión por Amy. Aquí no se trata de sacar los trapos sucios, no es una historia vacía. Cuando leí el guion de Matt Greenhalgh por primera vez, acabé llorando, y cuando se lo conté a Sam, me dijo: ‘Prefiero que la gente salga llorando y conmovida'».