La gente vive agotada: qué explica que la sociedad esté cada vez más cansada

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

SALUD MENTAL

¿Por qué cada vez estamos más cansados?
¿Por qué cada vez estamos más cansados?

Los expertos reconocen que, desde la pandemia, aumentaron las consultas médicas por agotamiento y encuentran una mayor susceptibilidad entre los pacientes

13 ago 2024 . Actualizado a las 12:40 h.

Además de un mal recuerdo, la pandemia dejó una sensación de cansancio generalizado. Sin datos objetivos que así lo confirmen, esta es la percepción que tienen los expertos consultados, la cual se refleja en algunas encuestas. El estudio Cigna 360-Vitality, por ejemplo, indica que el 76 % de los empleados se sienten estresados. El mismo enfoque se observa en el Mapa de la fatiga en España, publicado en el 2021, donde un 61 % de los participantes reconocía sentir más fatiga que antes de la llegada del covid y el 67,4 % percibía que su entorno estaba más cansado. 

La gente vive agotada y encuentran que esto es un problema. Por ello, se sitúa como uno de los motivos principales de consulta, ya sea por su propia presencia en sí, o como parte de otro complejo sintomático. «Es frecuentísimo y generalizado. Todo el mundo tiene un grado de cansancio, y algunos de ellos, incluso, lo refieren como extremo porque no son capaces de tener una actividad ordinaria con garantías», apunta Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Cada vez es más habitual. Mientras que, dice el facultativo, antes no se le daba importancia y ni siquiera aparecía en la entrevista inicial, ahora es motivo de preocupación y la persona suele pedir que le hagan un análisis de sangre para ver si algún valor está mal. Y la mayoría de estas consultas «están relacionadas con situaciones de la vida cotidiana, que se ven incrementadas en el periodo de verano, asociado el exceso de calor y a la falta de descanso nocturno», detalla el doctor Asensio López, médico de familia y coordinador del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC). 

Son muchas las causas que pueden estar detrás, ya que una amplia mayoría de los procesos infecciosos o tumorales cursan con agotamiento. «También podríamos estar hablando de un cansancio relacionado con la anemia o con una alteración tiroidea, o puede encuadrarse en lo que denominamos como astenia, donde existe una influencia psicológica», detalla Armenteros. 

El miembro de la semFYC destaca, como posible origen de esta circunstancia, una elevada actividad laboral, situaciones de estrés, malestar emocional o jornadas de trabajo muy intensas, «muy habituales en las mujeres con trabajos dentro y fuera de casa, que impiden un descanso y un sueño reparador suficiente», señala. 

En consulta, el famoso «doctor, estoy más cansado de lo normal» se puede traducir de múltiples formas. El primero, y más obvio, el cansancio muscular: «Es normal y aparece cuando hemos realizado una actividad física. Nos cansamos y tenemos cierta debilidad muscular», comenta el experto. Este tipo es lo que más se suele experimentar: «La persona se levanta bien, pero a medida que avanza el día, se empiezan a cansar tempranamente», describe el portavoz de la SEMG. 

Después se encuentra la astenia, un complejo mayor donde el paciente no es capaz de llevar a cabo ninguna actividad. «Ni siquiera tiene fuerzas para empezarla», comenta. Esta se puede y suele acompañar de una astenia psíquica, relacionado con una actividad intelectual. 

Y por último, aunque a medio camino, los expertos hablan de la fatiga. Aparece cuando alguien desempeña una tarea y requiere un mayor esfuerzo, «lo que hace que respiremos con más fuerza», resume el doctor Armenteros. Es un esfuerzo físico que dará lugar al cansancio.

¿Más cansados o más conscientes de que estamos cansados?

La pandemia tuvo su papel de muchas formas. Primero, porque ayudó a comprobar que el covid y otras enfermedades víricas sistémicas «dejan una afectación general, conocida como síndrome postviral, provocado hasta por la gripe». El covid persistente es un buen ejemplo de ello. 

Segundo, y no solo en el plano físico, la pandemia también tuvo un impacto psicológico. «Afectó a una gran parte de la población y nos descubrió la sensación de enfermedad, de vernos vulnerables y débiles ante una enfermedad vírica con consecuencias dramáticas», indica Armenteros, quien defiende que esta experiencia ha contribuido al peso emocional en el cansancio. 

Y ya por último, este momento histórico «disminuyó el umbral de cualquier síntoma, tanto del dolor, del cansancio como del malestar», lo que incrementa las consultas. «En algunos casos, están justificadas, porque hay afectaciones que hay que ver, pero en otros muchos hay una intolerancia a cierta parte de la vida que era normal», indica el médico de familia. En otras palabras, que existe una insatisfacción física. Y lejos de lo que se podría pensar, afecta a todas las edades. «El 80 % de las consultas que se realizan ahora es por gente joven. Es un mito que las listas de espera en centros de Atención Primaria sean de gente mayor. Esto ha cambiado», comenta. Ahora los protagonistas son los de menor edad y aquellos que, según la teoría, deberían tener un estado de salud completo. 

El doctor Asensio López coincide en esta perspectiva y reconoce que, en la actualidad, mucha gente llega a consulta buscando encontrar soluciones rápidas, «con medicamentos como pastillas para dormir, o supuestas vitaminas que les quiten el cansancio», a la vez que un aumento de la preocupación por padecer enfermedades graves, «e incluso una cierta hipocondría y temor a posibles patologías, que originan mayor demandas y que, en la mayoría de los casos, resultan intrascendentes para la salud», señala. 

Cómo saber la causa del cansancio

Estudiar las causas no siempre es tarea sencilla. Armenteros explica que el primer paso es realizar una entrevista de cierta profundidad. «No es lo mismo que una persona que se pasa el día sentada frente a un ordenador me diga que está cansada que que me lo diga alguien que está trabajando a cuarenta grados y en la construcción o un apasionado del deporte», señala.

También se debe valorar la calidad del sueño, ya que se considera uno «de los enemigos de la actividad normal», teniendo en cuenta tanto calidad como cantidad. Y a partir de ahí, comienzan las exploraciones físicas para comprobar el estado de la masa muscular y se hace una analítica «para comprobar si hay un proceso de anima o alteración de la tiroides», añade el portavoz de la SEMG. A su vez, en la batería de preguntas, se debe contemplar la valoración de otros síntomas como diarrea, sangrados, tipo de dolor, disnea, si hay tos o si el paciente es fumador o no. 

Además, en la consulta se pregunta acerca de la alimentación y de la actividad física. «La comida es básica, porque puede haber algún déficit nutricional, que la dieta no sea adecuada o que estemos ante una persona con diabetes», explica el portavoz de la SEMG. 

Por su parte, el ejercicio puede tener una doble cara. Por un lado, actúa como hábito en el origen del cansancio —en personas, por ejemplo, con altos niveles de entrenamiento—, pero al mismo tiempo, es un recuperador de la energía. 

Es más, es una de las soluciones que se suelen proponer cuando el agotamiento no tiene causa aparente. «La actividad física moderada es un elemento básico para superar el cansancio», detalla Armenteros, que añade: «El cansancio genera inactividad, y la inactividad, pérdida de masa muscular». Así se entra en un círculo vicioso donde cada vez se pierde más tejido muscular y motivación a medida que aumenta la fatiga. 

También se ponen sobre la mesa mayores niveles de hidratación, mejorar la higiene del sueño, recurrir a suplementación o, incluso, —si detrás hay un componente emocional— buscar apoyo psicológico y poner en práctica técnicas de relajación que favorezcan el descanso de la musculatura. De todas formas, destaca Armenteros, «en la mayoría, de los casos, el cansancio es un proceso temporal ligado a unas situaciones carenciales o anímicas, y cuando se corrige, desaparece», apunta. 

Con todo, y antes incluso de acudir al médico, es recomendable que cada persona revise y analice sus circunstancias personales, «y sea capaz de identificar qué aspectos pueden estar ocasionado el cansancio», indica el miembro de la semFYC. Para este experto, lo más importante es ser consciente de las horas al día que cada persona «dedica a labores “obligatorias”, y la posibilidad real que tiene para poder descansar o hacer otras cosas que le relajen», comenta.

De hecho, reconoce que con frecuencia, los médicos de familia observan que las mujeres acostumbran tener más trabajo y actividad que los hombres, «especialmente aquellas que tienen el doble de responsabilidades, fuera y dentro del hogar», y que por lo tanto, cuentan con menos tiempo para su descanso. Así, el problema no es de sexos, sino de roles de género. 

Covid persistente o síndrome de fatiga crónica

En lugar de cansancio, existen otras entidades médicas que lo elevan a un agotamiento extremo. El covid persistente es uno de ellos, un síndrome que se caracteriza por la persistencia de algunos síntomas de este virus semanas o meses después de la infección inicial, y se caracteriza por una cansancio, malestar y dolor general, entre otros. 

Otra de las grandes conocidas es la fatiga crónica, «que acontece sin una clara relación con un esfuerzo previo, o que persiste una vez se ha cesado la actividad y no mejora con el reposo», indica el doctor López. En esta, por mucho que el paciente quiera hacer algo, no encuentra fuerzas para ello y tiene, por lo tanto, una enorme repercusión en su día a día. «La causa del síndrome de fatiga crónica no es bien conocida y se aparta, probablemente, de los modelos fisiopatológicos convencionales», apunta el miembro de la SemFYC.

Existe controversia sobre si su origen es orgánico o psicológico, aunque el experto destaca que, cada vez, existen más datos para apoyar la primera hipótesis. Así, lo más probable es que se trata de una enfermedad posvírica, en la que algunos pacientes predispuestos mantendrían «una situación de infección viral latente, con producción de sustancias inflamatorias que conllevarán el desarrollo y mantenimiento de los síntomas», contempla Asensio López. 

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.