TikTok y TDAH, ¿cuánto hay de cierto en los diagnósticos online?: la mitad de los vídeos más vistos no se ajustan a la literatura científica

Lois Balado Tomé
Lois Balado LA VOZ DE LA SALUD

SALUD MENTAL

Los vídeos sobre TDAH están entre los diez contenidos más consumidos sobre salud en TikTok.
Los vídeos sobre TDAH están entre los diez contenidos más consumidos sobre salud en TikTok. La Voz de la Salud

Pese a que actualmente buena parte del contenido en redes no se ajusta a los criterios diagnósticos, los autores reconocen que muchos rasgos que comparten los pacientes de este trastorno son desechados a la hora de identificar el problema en consulta

20 mar 2025 . Actualizado a las 14:23 h.

La mitad de los vídeos de TikTok más vistos sobre TDAHTrastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad— no se ajustan a la literatura científica. Ese es el titular que se desprende del estudio sobre consumo en redes de usuarios jóvenes sobre este trastorno que muchos profesionales consideran infradiagnosticado y que genera un gran interés entre la población más joven, expresado a través de plataformas como Instagram o, por encima de cualquier otra, TikTok. No en vano, el hashtag #ADHD —TDAH, por sus siglas en inglés— está entre las diez etiquetas sobre salud más consumidas. Si se busca TDAH en la plataforma, clicando aleatoriamente sobre uno de los primeros resultados, comienza a reproducirse el vídeo de una joven hablando a cámara. Tendrá entre unos 20 y 26 años, no más. Lo primero que dice, buscando, claro, generar la atracción del espectador, es la siguiente frase: «¿Cómo detectar el déficit de atención en mujeres en un minuto?». Un vídeo que podría ajustarse a ese cincuenta y pico por ciento del estudio que firma la investigadora Vasileia Karasavva, perteneciente al departamento de psicología de la universidad canadiense de British Columbia. Como resulta evidente, el diagnóstico del TDAH no se puede realizar en un minuto como podría llegar a interpretarse atendiendo a la chica del vídeo. Ahora bien, el trabajo tiene letra pequeña.

Aún con las limitaciones que puede presentar cualquier estudio, el trabajo publicado en Plos One está bien realizado y construido. «La metodología es adecuada como investigación inicial de la asociación del uso de TikTok y el contenido relacionado con el TDAH; y está bien realizada», expresa Philip Asherson, catedrático de Psiquiatría Molecular del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres (Reino Unido) en unas valoraciones facilitadas por el Science Media Center (SMC) del Reino Unido. Sobre la solidez del estudio, coincide Blandine French, investigadora sénior de la facultad de Psicología y del Instituto de Salud Mental de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), recogidas también por SMC: «Por lo tanto, es estupendo ver que un estudio empieza a abordar esta cuestión. Este estudio está muy bien realizado, con un análisis exhaustivo y conclusiones sólidas. Las razones por las que se ha llevado a cabo son sólidas, están bien diseñadas y explicadas». Y a partir de aquí, mucha tela que cortar.

El estudio: dos muestras bien diferenciadas

«El primer estudio investiga el contenido de los 100 vídeos más vistos de TikTok relacionados con el TDAH. Se trata de un enfoque razonable para comprender hasta qué punto el contenido es específico del TDAH en concreto y no de la salud mental en un sentido más amplio. El segundo estudio se ve limitado principalmente por la participación exclusiva de estudiantes de Psicología, lo que sugiere que los resultados no pueden generalizarse a una población general y, por tanto, no seleccionada. Es necesario seguir investigando», recalca Asherson. Además, la mayoría de participantes en el segundo estudio eran mujeres (669 del total de la muestra que fue de 843), «lo que no representa a la población general con TDAH, cuya la proporción de hombres y mujeres varía entre 1:4 y 1:2, por lo que debemos ser cautos a la hora de generalizar los resultados», complementa French.

Es una primera consideración a tener en cuenta. Pero quizás lo más relevante para entender este trabajo sea qué se interpreta como literatura científica en la afirmación de que estos vídeos no se ajustan a ella para valorar si este contenido tan habitual en redes es estrictamente «desinformación».

«Habría sido útil ver más detalles sobre lo que definieron como desinformación. Los expertos la clasificaron según el diagnóstico DSM-V (atención, hiperactividad, impulsividad), que es una forma sólida y científica de enfocar el contenido. Sin embargo, sabemos que muchas cosas están relacionadas con el TDAH, pero no forman parte de los síntomas diagnósticos —aspectos como la desregulación emocional, los problemas de sueño o las dificultades sociales no se incluyen en el manual—. Por lo tanto, contenidos que habrían sido calificados como desinformación pueden ser relevantes —y los autores del trabajo lo reconocen—, pero no serían puntuados como tales al no estar técnicamente vinculados con el TDAH en términos de criterios diagnósticos estrictos. Habría sido bueno incluir este matiz y reflejar un enfoque más holístico y una comprensión del TDAH que no se base únicamente en criterios, pero que siga teniendo el respaldo de importantes estudios basados en la evidencia», aporta la investigadora de la universidad británica sobre un matiz que es clave.

Para entender las conclusiones del estudio es necesario entender primero cómo funciona el DSM —siglas en inglés para nombrar al Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders—, la enciclopedia de la salud mental sobre la que se trabaja en prácticamente todas las consultas relacionadas con las patologías mentales. Si nos guiamos por la quinta y última edición de este manual, veremos que a la hora de identificar un TDAH —además de la hiperactividad se incluye un criterio poco conocido que es la impulsividad— se describen un total de dieciocho síntomas. Acorde a este método, para poder acceder a un diagnóstico deberán presentarse al menos seis de los síntomas que se describen «durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y académicas/laborales». De ahí la crítica de muchos profesionales a este método, por considerarlo un recuento estadístico. Pero pese a estar críticas, dada la complejidad a la hora de identificar problemas psiquiátricos, el manual sigue siendo ampliamente usado.

No se trata de demonizar ni de elevar a los altares al DSM, simplemente el trabajo publicado en Plos One no se explica sin este contexto. De ahí, el razonamiento de Philip Asherson para el Science Media Center: «No todos los síntomas que experimentan habitualmente los adultos con TDAH se especifican como criterios concretos en el DSM-5. Teniendo esto en cuenta, alrededor del 49 % de los vídeos reflejaban bien los síntomas específicos del manual. Sin embargo, los síntomas inespecíficos también se observan con frecuencia en las personas con TDAH y son una fuente independiente de deterioro. El principal ejemplo de ello es la desregulación emocional, que se cita como ejemplo de un 42 % que refleja síntomas transdiagnósticos —así se denomina a los rasgos habituales que presentan las personas con TDAH, pero que no son contabilizados 'oficialmente' para concluir en un diagnóstico—. El documento no enumera todos los demás síntomas transdiagnósticos, pero otros síntomas comunes incluyen problemas de sueño (retraso en el inicio del sueño) y la baja autoestima relacionada con las deficiencias del TDAH son comunes. Sin una evaluación más detallada, no está claro si estos síntomas 'no relacionados con el TDAH' también pueden reflejar otros aspectos comunesque no se encuentran entre los 18 síntomas específicos del TDAH según el DSM. Tengamos en cuenta que la desregulación emocional no es específica del TDAH, pero se cita en el DSM-5 como un síntoma común que apoya el diagnóstico; y es una parte común de la experiencia vivida de la mayoría de los adultos con TDAH». Y ahí, otro de los problemas del DSM. Muchas patologías mentales comparten sintomatología por lo que, dependiendo de para qué epígrafe nos salgan las cuentas para obtener una patología, podemos ser diagnosticados con una etiqueta u otra. Una muestra de la complejidad con la que trabaja la psiquiatría cada día. 

Síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad según el DSM-V

  • a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a detalles o por descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante otras actividades (p. ej., se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo no se lleva a cabo con precisión).
  • b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (p. ej., tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o la lectura prolongada).
  • c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (p. ej., parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente).
  • d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los quehaceres o los deberes laborales (p. ej., inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).
  • e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (p. ej., dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos).
  • f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (p. ej., tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos).
  • g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (p. ej., materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles del trabajo, gafas, móvil).
  • h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no  relacionados).
  • i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (p. ej., hacer las tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver 

Hiperactividad e impulsividad, según el DSM-V

  • a. Con frecuencia juguetea con o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
  • b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (p. ej., se levanta en la clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, o en otras situaciones que requieren mantenerse en su lugar).
  • c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos, puede limitarse a estar inquieto.)
  • d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
  • e. Con frecuencia está “ocupado,” actuando como si “lo impulsara un motor” (p. ej., es incapaz de estar o se siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).
  • f. Con frecuencia habla excesivamente.
  • g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (p. ej., termina las frases de otros; no respeta el turno de conversación).
  • h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (p. ej., mientras espera en una cola).
  • i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (p.ej., se mete en las conversaciones, juegos o actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen otros).

Más información que autodiagnóstico

Otra de las conclusiones interesantes del trabajo de publicado es que contradice la creencia generalizada de que la mayoría de búsquedas y likes de los vídeos sobre TDAH provienen de personas que sospechan padecer este trastorno o que, directamente, se han autodiagnosticado.  «Es interesante que los que tienen un diagnóstico formal son los que más acceden a TikTok, seguidos de los que se autodiagnostican. Esto sugiere que la principal motivación para consumir vídeos de TikTok sobre el TDAH es aprender más sobre él, en lugar de que los vídeos conduzcan a un exceso de autodiagnóstico», recalca el catedrático del King's College que, del mismo modo, llama a estar atentos ante la posible irrupción de conflictos de intereses en los creadores de contenido que dedican parte de su tiempo a divulgar sobre el déficit de atención e hiperactividad, pudiendo llevar a un exceso de diagnóstico en algunos casos. «Pero en general, un mayor conocimiento del TDAH es beneficioso», zanja. Por su parte, Blandine French introduce la observación de que el grupo diagnosticado es capaz de discernir con mayor claridad qué información es de calidad no con respecto a los autodiagnosticados algo que tiene bastante sentido.

Por tanto, ni mucho ni tan poco y, como es lógico, TikTok puede servir como una herramienta para dar a conocer esta condición, pero nunca para acceder a un diagnóstico. Del mismo modo, un diagnóstico propiamente dicho y blindado por el DSM-5 es lo que la investigación califica como literatura científica y, en esos casos, no habrá lugar a dudas. Ahora bien, los propios autores se encargan de señalar que este manual tiende a dejar de lado determinados rasgos que están presentes de manera recurrente en los pacientes de TDAH. «En general, este trabajo tiene algunas implicaciones importantes y ofrece una visión equilibrada del impacto de las redes sociales. Por un lado, corrobora que los jóvenes confían en las redes sociales, la amplitud del alcance de este tipo de contenidos —más de 500 millones de visualizaciones— y los aspectos positivos de la visualización de este tipo de vídeos —sentido de comunidad, mayor comprensión, etc.—. Pero también preocupa que los espectadores confíen en estos contenidos como fuentes educativas y de apoyo. La falta de matices, de base empírica y de fiabilidad de estos vídeos es muy elevada. Esto no significa que sea siempre malo, pero hay que tomarlos con extrema precaución», concluye, resumiendo, la investigadora sénior de la facultad de Psicología y del Instituto de Salud Mental de la Universidad de Nottingham. 

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.