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Motores de cohetes, zepelines estratosféricos... Así es ‘la NASA’ de Teruel

Un milagro en la España vaciada

Motores de cohetes, zepelines estratosféricos... Así es ‘la NASA’ de Teruel

En este aeropuerto se reparan y ponen a punto los aviones más grandes del mundo, también se fabrican motores de cohetes espaciales y pronto despegarán zepelines rumbo a la estratosfera. No estamos en un centro de la NASA, pero lo parece. Es el aeropuerto de Teruel, el gran motor económico de la provincia.

Viernes, 09 de Agosto 2024, 10:35h

Tiempo de lectura: 6 min

Pues sí, Teruel existe. Es el epicentro de esa España vacía que está por todas partes, aunque pase inadvertida. Y el aeropuerto de Teruel, en mitad de la nada, parece un espejismo, pero no lo es. Aquí aterrizan los mayores 'pájaros mecánicos' que ha fabricado el hombre: se estrenó en 2013 con el mítico Boeing 747. Y se acaba de construir un hangar gigantesco para el avión actual más grande del mundo, el Airbus 380, con capacidad para 850 pasajeros.

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Test estratosférico. Andy Elson, CEO de Elson Space, en una cámara hipobárica que simula las condiciones de baja presión que encuentran los dirigibles a gran altitud. «Teruel será el cabo Cañaveral de los vuelos a la estratosfera». Más arriba, en la imagen que abre este reportaje, un HAPS, zepelín de gran altitud de la compañía norteamericana Sceye, que planea usar el aeropuerto como base para lanzar naves. Además, la española PLD Space fabrica motores de cohetes.

Solo que nadie verá pasajeros arrastrando maletas. Porque no es un aeropuerto al uso: entre otras cosas, es un parking para aviones, el mayor de Europa. Aquí 'duermen' mientras se les hace el mantenimiento, se pintan o se descuartizan cuando acaban su vida útil. Y este paraje surrealista también va camino de convertirse en un referente de la industria aeroespacial: ya se fabrican motores de cohetes y pronto despegarán zepelines con rumbo a la estratosfera. El de Teruel, además, es de los pocos aeropuertos españoles rentables. Así que también es un modelo de negocio... o un milagro.

Esta inmensa instalación, el mayor 'parking' de aviones de Europa, tiene estatus de frontera internacional

La torre de control se aúpa sobre un campo de cereal donde no se ve otra construcción que unos pocos cebaderos de cerdos enmarcados en un horizonte inabarcable. Por estos mismos páramos cabalgó el Cid. Ahora, en una elipsis digna de la mejor ciencia ficción, el rugido de motores rompe la paz bucólica y un avión de doble pasillo, de los que cruzan los 'charcos', llega procedente de Tokio o Kuala Lumpur, desciende sobre un mar de espigas y toma tierra en una pista de 2,8 kilómetros de longitud que no aparece en ninguna ruta comercial.

Un insólito control de pasaportes

Nadie, excepto la tripulación y personal técnico, pasará por los arcos de detección y las garitas de control de pasaportes, que las hay, pues las muy vigiladas 550 hectáreas del suelo sobre las que se desparrama esta instalación inmensa –solo superada por Barajas, El Prat y Palma– tiene estatus de frontera internacional, la más insospechada del país. ¿Quién iba a pensar que desde su inauguración, hace apenas once años, semejante enclave se convertiría en el principal polo de empleo de la provincia y en el catalizador del renacimiento industrial de esa España olvidada? Respuesta: ni siquiera los que lo fundaron en sus sueños más delirantes.

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Enciendan motores. Unos operarios pintan un Boeing 787 en el hangar de IAC, empresa que recluta a decenas de jóvenes en paro. El aeropuerto de Teruel no es de pasajeros, pero ya es el mayor motor económico de la provincia.

El 6 de agosto de 2013 marcó el inicio, cuando un Boeing 747-400 tomó tierra procedente de Fráncfort. «Había unas cuatro mil personas presenciando el aterrizaje», recuerda Alejandro Ibrahim, director general del aeropuerto, que es un consorcio público-privado en el que participan el Ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón. La idea original surgió de una empresa dedicada al tratamiento de chatarra, pero la crisis financiera frustró sus planes. Fue entonces cuando Tarmac, una filial francesa de la multinacional Airbus, obtuvo la concesión. Su objetivo: dedicarse a labores de estacionamiento, conservación y desmantelamiento. En Teruel llegó a haber 127 aeronaves 'aparcadas' durante la pandemia, cuando el tráfico aéreo mundial colapsó. Y en 2027 habrá espacio para casi 400. Las aerolíneas con mayor presencia son Lufthansa, KLM, Air France, British Airways y Etihad. La actividad aeroportuaria ha generado 350 empleos directos y unos mil indirectos.

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Al fondo hay sitio. «Somos el paradigma de la España vacía, pero es una ventaja. Nunca tendremos problema para expandirnos. Ya vamos por 550 hectáreas, casi tantas como Barajas», explica Alejandro Ibrahim, director del aeropuerto.

«Las condiciones climatológicas son de las mejores del mundo para nuestra actividad. 'Sol y moscas', como dicen los pilotos cuando califican un cielo perfecto. Somos el aeropuerto de mayor altitud en España, lo que supone una ventaja para la preservación de aeronaves –explica Ibrahim–. El clima es seco y el frío ayuda. Lo que perjudica a un avión es la humedad. Estamos hablando de activos muy valiosos: un A380 puede costar 300 millones de euros», añade. La revisión de este modelo concreto de aeronaves requiere una media de dos mil horas de trabajo. Con este ritmo de ocupación se espera que pasen por el nuevo hangar diez de estos gigantes al año. «Es una instalación única que nos convierte en el mayor centro europeo de esta actividad», cuenta. En total, ya han pasado por el aeropuerto para revisión o desguace más de 700 aviones de gran tamaño.

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Hangares XXL. Los gigantescos hangares son únicos en España y no se encuentran ni siquiera en los mayores aeropuertos. Sirven para hacer el mantenimiento de los aviones más grandes del mundo.

Paralelamente, nuevos proyectos se están asentando gracias al éxito, también inesperado, de la compañía ilicitana PLD Space, diseñadora de los cohetes Miura. «Conocí a los Raúles –Raúl Torres y Raúl Verdú, sus fundadores– cuando tenían 23 años y una idea loca. Por entonces, solo tenían tres mil euros que les habían prestado sus familias. Pero vimos el potencial y les dejamos una campa para que probasen sus experimentos en un lugar apartado, porque son motores potentísimos que pueden explotar», rememora Ibrahim. El resto es historia. El Miura 1, lanzado en octubre desde Huelva, alcanzó los 50 kilómetros de altura y metió a España en la carrera espacial.

Aquí se van a probar los motores del Miura 5, el primer lanzador de satélites orbital español

Mirando al futuro, PLD Space planea invertir siete millones de euros en Teruel para el desarrollo del Miura 5, el primer lanzador de satélites orbital español: «El número de pruebas se disparará. Pasarán de fabricar un cohete de un motor a otro de cinco y de una nave de 13 metros de longitud a una de 34. El Miura 5, no obstante, despegará desde la Guayana francesa porque desde el trópico es más fácil llegar a las órbitas. Además, si se cae, cae al océano. Es una tecnología que comporta riesgos», puntualiza.

Un ejemplo de rentabilidad

Y la expansión continúa gracias a los seudosatélites de gran altitud (HAPS). Son dirigibles no tripulados que operan en la estratosfera y ocupan un nicho único entre los satélites convencionales y los drones. Dos empresas, la británica Elson Space y la norteamericana Sceye, planean usar el aeropuerto como base para sus lanzamientos. «Queremos que Teruel sea el cabo Cañaveral de los vuelos estratosféricos», afirma Andy Elson, presidente de Elson Space.

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Aviones aparcados. Las aerolíneas internacionales utilizan Teruel como aparcamiento para sus aeronaves. Hay espacio para más de cien, pero en 2027 la instalación cuadruplicará su capacidad.

Otras iniciativas no son tan llamativas, pero generan empleo. Un ejemplo es la reciente llegada de la irlandesa IAC (International Aerospace Coatings), que forma a jóvenes en paro y los emplea en la pintura de aeronaves. Pedro Antonio Jaray, director general de IAC Spain, explica: «Es como una cabina de pintura de un coche, pero a lo bestia. Se tardan unas tres mil horas, unos 15 días, y suele hacerse por cambios en la propiedad del avión, campañas publicitarias o porque la vida útil de la pintura llega a su fin cada cinco años».

El de Teruel será, además, el primer aeropuerto de España con autoconsumo cien por cien eléctrico y ya se prepara para acoger a los nuevos modelos de aviones de hidrógeno. Pero allí no olvidan que nació con un propósito diferenciado y humilde. Esta visión estratégica, menos glamurosa, ha demostrado ser más sostenible en un panorama salpicado de aeropuertos regionales deficitarios.

La transición energética ha virado el mapa industrial por primera vez hacia la España rural. Amazon y Microsoft han instalado centros de datos en Aragón; Meta lo ha hecho en Castilla-La Mancha; y el gigante chino Envision abrirá una fábrica de baterías en Extremadura. Mientras tanto, por la cercana autovía Mudéjar, convoyes especiales transportan aspas de aerogeneradores que parecen lanzas de gigantes míticos. Teruel muestra el camino. ¡Vaya si existe!

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