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Por Álvaro Ybarra Zavala

Chernóbil: las últimas fotos antes de la invasión

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Estas son las últimas fotos de Chernóbil... en manos ucranias. Nuestro fotorreportero Álvaro Ybarra Zavala fotografió el escenario de la peor catástrofe nuclear de la historia, a 17 kilómetros de la frontera con Bielorrusia, pocos días antes de que las tropas rusas se lanzaran a conquistar este simbólico enclave, la ruta más corta hacia Kiev, plagado de depósitos de vertidos radiactivos.

Fotografías de Álvaro Ybarra Zavala / Texto Fernando Goitia

Viernes, 25 de Febrero 2022

Tiempo de lectura: 4 min

La incertidumbre es total. Faltan pocos días para la invasión rusa y el fotorreportero Álvaro Ybarra Zavala recorre la zona de exclusión, cerrada ya a todo el que no sea personal esencial o militar. La desolación que  ha reinado en este lugar desde hace 36 años se ha multiplicado de forma exponencial. «Estábamos solos. Caminábamos solos. Era Chernóbil y nosotros –relata–. Se percibía el nerviosismo en el aire, la presencia de las tropas rusas a pocos kilómetros, en Bielorrusia; el peligro, la amenaza de invasión, aunque todavía existía un rayo de esperanza de que Putin fuera a ser capaz de llegar tan lejos».


La desolación que ha reinado en este lugar durante 36 años se multiplica de forma exponencial. «Estábamos solos. Caminábamos solos. Era Chernóbil y nosotros –relata–. Se percibía el nerviosismo en el aire, la presencia de las tropas rusas a pocos kilómetros, en Bielorrusia; el peligro, la amenaza de invasión, aunque todavía existía un rayo de esperanza de que Putin fuera a ser capaz de llegar tan lejos».

Esa esperanza, y mucho más, se quebró en la madrugada del día 24 de febrero. Chernóbil fue uno de los primeros objetivos de la invasión. «Nuestros soldados están dando la vida para que no se repita la tragedia de 1986», tuiteó horas antes el presidente Volodymyr Zelensky. Otro gran desastre ecológico es posible, advirtió el Ministerio de Exteriores. Horas después, aseguraban funcionarios ucranios, caía la plaza, hogar de toneladas de residuos radioactivos y del inmenso sarcófago de 30.000 toneladas –financiado por la Unión Europea– que protege el reactor que estalló aquel 26 de abril.

Un asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Mykhailo Podolyak, asegura a la agencia Associated Press que los bombardeos rusos han alcanzado un depósito de desechos radiactivos y que se ha detectado un aumento en los niveles de radiación en la zona. Información que los rusos desmienten. El presidente Zelensky añade por su parte que el desastre de 1986 podría volver a ocurrir si Rusia continúa con su invasión, pero lo cierto es que, hoy por hoy, se desconoce la verdadera situación de las instalaciones. Sólo se sabe que con el dominio de la inmensa zona de exclusión de 2600 kilómetros cuadrados que rodea la planta nuclear, salpicada de bosques y pantanos, ha quedado abierta la vía más corta para llegar hasta Kiev, a sólo 130 kilómetros (80 millas) al sur.