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 El crimen que acabó con la inocencia: ¿Qué fue de los niños que asesinaron al pequeño James Bulger?

Prorrogan la condena de Jon Venables

El crimen que acabó con la inocencia: ¿Qué fue de los niños que asesinaron al pequeño James Bulger?

Jon Venables y Robert Thompson tenían 10 años cuando torturaron y asesinaron a un niño de dos, James Bulger, tras secuestrarlo en un centro comercial de Liverpool en 1993. El crimen conmocionó al mundo y obligó a replantearse las condenas a menores. Ellos estuvieron en prisión hasta los 18 años, cuando recobraron la libertad con otra identidad. Pero Venables fue detenido años después por posesión de pornografía infantil. Ahora la justicia ha decidido que aún no es apto para salir de la cárcel.

Martes, 23 de Enero 2024

Tiempo de lectura: 5 min

Robert Thompson y Jon Venables tenían solo 10 diez años cuando decidieron secuestrar, torturar y matar al pequeño James Bulger el 12 de febrero de 1993. Las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del centro comercial de New Strand (Liverpool, Reino Unido) en las que se veía al niño de dos años junto a sus captores dieron la vuelta al mundo. El cadáver de James Bulger apareció dos días después sobre las vías del tren. Una profesora del colegio de Thompson y Venables reconoció a los chicos en aquellas imágenes que tanto conmovieron a la sociedad de los años noventa y en noviembre de ese mismo año fueron juzgados y enviados a prisión. Salieron al cumplir los 18 años bajo nuevas identidades. ¿Qué ha sido de ellos?

En junio de 2001 Thompson y Venables fueron liberados pero, como ningún país quiso recibirlos, la justicia británica optó por enviarlos a distintas ciudades del norte de Inglaterra bajo un programa de protección de testigos. Desde su puesta en libertad, Venables comenzó a beber, a consumir drogas y ha vuelto a la cárcel en dos ocasiones por posesión y distribución de pornografía infantil. En 2020 le negaron la libertad condicional y esta semana se ha anunciado que cumplirá al menos dos años más de prisión al incumplir el plazo que tenía para apelar esa decisión.

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Los asesinos. Robert Thompson y Jon Venables cuando fueron detenidos. Durante el juicio, el primero lo negó todo y más tarde un grupo de psicólogos dictaminó que encajaba en el perfil de psicópata porque no demostraba ningún remordimiento. Venables fue el primero en confesar e incluso pidió perdón a la madre de James.

Por su parte, Robert Thompson, que en 1993 fue presentado como el cabecilla del brutal asesinato, no ha vuelto a ser arrestado y poco se sabe de su vida. En el documental James Bulger: The New Revelations, ofrecido por Channel 5, pudimos saber algo más de él a través del testimonio que Thompson presentó ante la Junta de Libertad Condicional en 2001 en el que se disculpaba por el asesinato del niño. «Deseo que el señor y la señora Bulger y sus familias sepan que lamento desesperadamente lo que hice. Estoy profundamente avergonzado de haber desempeñado un papel en este horrible asesinato», aseguraba.

También entonces se conocieron las declaraciones de Phil Roberts, el detective que entrevistó a los dos niños asesinos, explicando que nunca olvidará la primera conversación que tuvo con ellos: «Sentí que estaba viendo al demonio en sus caras. Me di cuenta de que Thompson estaba a cargo, pero lo habían hecho entre los dos. Si no los hubiésemos encontrado, me temo que hubieran matado de nuevo. Eran pura maldad. No he cambiado mi parecer».

El crimen infantil que conmocionó al mundo

El 12 de febrero de 1993 Denise Fergus y su hijo James fueron al centro comercial de su barrio en Bootle, cerca de Liverpool. James tenía entonces dos años e iba de la mano de su madre, pero se soltó durante unos minutos mientras ella pagaba en la carnicería. Cuando Denise se giró para volver a coger la mano de su hijo, James ya no estaba junto a ella. Tampoco en la tienda, tampoco en los alrededores. Y entró en pánico.

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La víctima. James Patrick Bulger nació el 16 de marzo de 1990, pero no llegó a cumplir los tres años. Sus padres, Denise y Ralph, acababan de perder un niño que no llegó a nacer y James había sido su alegría. Tras su muerte, la pareja tuvo un tercer hijo, Michael Bulger, pero la tragedia acabó con la relación y en 1995 se separaron.

Nadie podía imaginar que las imágenes que grabaron las cámaras del centro comercial en las que se veía a su hijo junto a otros dos niños apenas unos años más mayores todavía seguirían estremeciéndonos hoy en día. Ella y su marido se convencieron de que todo aquello era solo una travesura: «Miré a Denise y sonreí. Va a estar todo bien, le dije. Son solo dos pequeños chicos», recuerda Ralph Bulger, el padre de James. Pero se equivocó. Aquellas dos siluetas pertenecían a los crueles asesinos de su hijo y el horror que tuvo que sufrir el niño hasta su final fue un auténtico calvario.

Robert Thompson y Jon Venables, ambos de diez años, obligaron a James a caminar durante cuatro kilómetros, mientras le propinaban golpes. Y, aunque el niño lloró y llamó a su madre, nadie intervino para ayudarle durante todo su trayecto. Hasta 38 personas se cruzaron con ellos, pero nadie avisó a la Policía. Robert y Jon decían que el niño era su hermano.

El terrible recorrido terminó en las vías del tren de la ciudad. Allí, James sufrió todo tipo de torturas. Sus asesinos le arrojaron pintura a los ojos, le dieron patadas, le tiraron piedras y ladrillos a la cabeza y le metieron pilas en la boca. Para terminar, le tiraron encima de la cabeza una barra de hierro de diez kilos que le provocó múltiples fracturas y abandonaron su cuerpo atravesado en las vías. El tren pasó y le cortó por la mitad.

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El documental que revivió el horror. En febrero de 2019 se estrenó Detainment, el documental dirigido Vincent Lambe que recreaba el asesinato de James Bulger. La cinta, que fue nominada al mejor corto de acción en los Óscar 2019, fue objeto de una enorme polémica ya que Denise, la madre de James, pidió su retirada porque consideró que «solo explotaba el horror ajeno». No lo consiguió.

El cadáver fue hallado dos días más tarde por la Policía. Los forenses asegurarían después que James falleció antes de ser partido en dos por el ferrocarril, pero tenía tantas heridas que no pudieron determinar con precisión la causa de la muerte.

Tras ser identificados por su profesora y detenidos, los niños reconocieron que habían querido secuestrar a otro pequeño para empujarlo debajo de los coches y que pareciera un accidente, pero su madre se lo impidió. El 20 de febrero de 1993, fueron acusados de secuestro, torturas y asesinato en la Corte Juvenil de South Sefton. Jon Venables y Robert Thompson fueron juzgados como adultos.

En 2001, cuando Jon y Robert cumplieron los 18 años, los servicios penitenciaros decidieron que debían reintegrarse a la sociedad con nuevas identidades y alejados de Liverpool. Se calcula que las autoridades británicas se han gastado cerca de cuatro millones de euros en el tratamiento psicológico y psiquiátrico de ambos.


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