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Auténticos Campeones

Deportistas frente a la adversidad

Graves problemas de salud, reiteradas lesiones, desgracias personales... hay deportistas de élite que se enfrentan a retos mucho mayores que la competición. Es el caso de Lucas Eguibar, Catalina Corró y Sergio Asenjo. Ellos mismos nos cuentan cómo los han superado.

Por Ricardo Uribarri / Fotografías: Endika Portillo, José Colón y Pablo Chacón
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Nadadora, 26 años

Catalina Corró

Tras superar un tumor cerebral –tres veces–, ha vuelto a la competición. Y logró nueve medallas en el Campeonato de España.

'Sin ayuda es imposible superarlo. Pero yo he aprendido a no hacerme la víctima'

LO QUE PASÓ. Con 18 años llegó al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, desde su Inca (Mallorca) natal, como gran promesa de la natación. Pero en 2016 unas crisis epilépticas mientras nadaba encendieron las alarmas. El diagnóstico fue concluyente: tenía un tumor cerebral.

Tras la operación, en 2017, volvió a la actividad. Llegó a ganar los 400 estilos en los Juegos del Mediterráneo, pero durante una revisión en septiembre de 2019 comprobaron que el tumor se había reproducido. No sería la última visita al quirófano. En marzo de 2020 necesitó una tercera operación para eliminar restos del tumor. Apenas ocho meses después lograba nueve medallas en el Campeonato de España; dos de ellas, de oro. Y este año se ha clasificado para una final del Campeonato de Europa.

El mejor ejemplo de resilencia.
El mejor ejemplo de resilencia.Catalina recuperándose de la tercera operación, el año pasado. Estas intervenciones no impidieron a la nadadora Catalina Corró arrasar con las medallas en el último Campeonato de España. Y aún le queda tiempo para estudiar Medicina.

DE DÓNDE SACA LA FUERZA. «Cada operación ha sido diferente. En la primera estaba centrada en buscar la solución más rápida. La segunda fue más difícil. Resultó complicado salir del estado de shock y la depresión; no me sentía capaz de volver a pasar por lo mismo. Y, en la tercera, toda la gente de mi alrededor me ayudó porque a mí ya casi no me quedaban fuerzas para superarlo».

EL APOYO PSICOLÓGICO. «Sin ayuda es imposible. Primero, debes tener una ayuda psicológica. Hay un cierto tabú al hablar de psicólogos, y esto es algo que hay que mejorar en la sociedad. Cuando uno está deprimido, cuando está triste y cuando las cosas van mal, primero hay que aceptarlo, pasar por ese duelo y luego intentar cambiarlo con ayuda exterior».

EL EJEMPLO DE OTROS. «Dos años antes de operarme por primera vez, los mismos médicos operaron a mi madre de un meningioma, que no se puede comparar con lo que yo tenía, pero le habían abierto el cráneo igual. Ver a mi madre en la UCI y pasar ese proceso con ella hicieron que fuera un poco más tranquila porque esos médicos ya le habían salvado la vida a ella».

CONTARLO AYUDA. «Durante la segunda operación decidí contar lo que me pasaba a través de las redes sociales. Me vino bien compartirlo, explicar a la gente que estar triste no tiene por qué ser siempre malo. Y, además, que te digan 'oye, eres un ejemplo, mira el cariño que has despertado en los demás...' también ayuda. Me hace muy feliz cuando me escriben y me cuentan que han podido sobrellevar una situación mala porque han visto mi historia».

QUÉ HA APRENDIDO. «A tener más paciencia, a escuchar más a mi cuerpo y a no hacerme la víctima porque me pasen estas cosas, sino al revés, aprender de ellas y crecer como persona. Y ahora disfruto más de cada momento. Me he quitado una presión que antes me ponía encima. Yo no pensaba estar compitiendo ni a nivel nacional después de la primera operación. Han pasado tres y ya puedo hacerlo a nivel internacional. Cada vez que me tiro al agua, tengo que disfrutarlo porque es un regalo que me ha dado la vida. Y estudio Medicina. A mí me han salvado la vida tres veces; si el día de mañana yo se la puedo salvar a alguien, será un sueño cumplido».


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Futbolista, 32 años

Sergio Asenjo

Cuatro roturas del ligamento cruzado. Acaba de ganar con el Villareal su tercera Europa League.

'La primera semana recibes muchos mensajes, los periodistas se vuelcan... Pero enseguida se olvidan de ti. Te sientes muy solo'

LO QUE PASÓ. La rotura del ligamento cruzado de una rodilla es una de las peores lesiones que puede tener un deportista. Que te ocurra en cuatro ocasiones en el plazo de siete años es un caso sin parangón que bien podía haber acabado con la carrera de Sergio Asenjo. Pero para el portero palentino del Villarreal rendirse nunca fue una opción. Hoy es el guardameta con más partidos en la historia del equipo castellonense y acaba de ganar la tercera Europa League de su carrera (dos con el Atlético de Madrid).

DE DÓNDE SACA LA FUERZA. «En mi caso, lo que no quería era fallar a mi familia, que me ha apoyado toda la vida para que fuera futbolista. Yo tuve la suerte de tener cerca a mis seres queridos, a mi mujer, a mis amigos y a un grupo médico muy cercano. Eso y la pasión que siento por mi profesión me ayudaron a salir adelante. Cuando tienes una lesión como esta, la primera semana recibes muchos mensajes y el periodismo se vuelca contigo. Pero a los quince días el lesionado cae en el olvido. Hay un tiempo donde te encuentras muy solo y necesitas de tu gente, de tu familia. Gracias a ellos estoy aquí».


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Volver a levantarse cuatro veces.Sergio en el hospital tras una de las cuatro intervenciones para recuperar el ligamento cruzado de su rodilla.

EL APOYO PSICOLÓGICO.  «Yo no he necesitado ir al psicólogo, la verdad, pero toda ayuda es poca. A mí me ayudó usar las redes sociales. Transmitir cómo era mi día a día cuando estaba lesionado. Fue una idea de un amigo del colegio que me llevaba las cuentas. Lo hice para que mucha gente que también estuviera pasando por lesiones o por enfermedades más graves que la mía viera la evolución y creyera en que se puede salir adelante. A mí me sirvió como un reto».

QUÉ HA APRENDIDO. «Siempre he sido de quererlo todo ya y las lesiones hicieron que me volviera paciente. Durante la recuperación pasas muchos momentos solo. Eso hace que te conozcas a ti mismo muy a fondo. Cuando llegue el día de retirarme –si puede ser, que sea dentro de mucho tiempo–, mis cicatrices serán heridas de guerra. No ha sido fácil el camino, pero estoy muy orgulloso de haberlo recorrido».

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`Snowborder´, 27 años

Lucas Eguibar

Graves desgracias en su entorno lo apartaron del deporte. Pero volvió para proclamarse campeón del mundo.

'Tras el accidente de mi hermano dejé el deporte. Pero me repuse. Saqué toda la rabia que tenía dentro'

LO QUE PASÓ. Lucas Eguibar se convirtió en febrero en el primer español campeón del mundo de snowboard. Nacido en San Sebastián hace 27 años, practicó el esquí –llegó a ser subcampeón de España– antes de cambiarse al snowboard. Con 18 ganó la Copa de Europa. Las expectativas eran inmejorables. Pero en 2013 la vida le mostró otra cara. Su hermano Nicolás sufrió un grave accidente de moto. Estuvo en coma 45 días y le quedó como secuela una lesión cerebral permanente. En esa situación, Lucas dejó el deporte. Pero volvió. Y logró el diploma olímpico en los Juegos de Sochi. Sin embargo, el destino le tenía guardado otro duro revés. El entrenador que había sido clave en su carrera, Israel Planas, falleció en 2017 de un infarto cerebral, pocos días después de que Lucas lograra dos medallas de plata en el Mundial.

DE DÓNDE SACA LA FUERZA. «El accidente de mi hermano me hizo replantearme muchas cosas. Nos afectó muchísimo a toda la familia. Al final, dejando pasar el tiempo y viendo la recuperación de mi hermano, su esfuerzo por progresar, logré reponerme y decidí que quería seguir en el snowboard, incluso con mayor motivación, porque saqué toda la rabia que llevaba dentro».

EL EJEMPLO DE OTROS. «Se ha dicho que Nico y yo nos hicimos la promesa de que él se iba a recuperar y que yo iba a luchar por ser campeón del mundo. No fue una promesa como tal, pero nos veíamos y nos íbamos motivando el uno al otro. Si yo veía que mi hermano mejoraba, me ayudaba mucho, hacía que tuviera más ánimo de entrenar». A Nico le dijeron que tardaría un año y medio en abandonar el hospital para recuperación de daños cerebrales; salió en seis meses.

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Gigantes paralelos.Lucas con su hermano Nico (a la derecha) protagonizan un conmovedor –y motivador– cortometraje.

GOLPES REITERADOS. «A mi entrenador le debo mucho, diría que el 80 por ciento de lo que he logrado. Su labor fue importantísima para mí. Su muerte fue un palo. Dos días antes celebrábamos las medallas y... la verdad es que me costó mucho procesarlo y seguir adelante».

LO QUE HA APRENDIDO. «Las adversidades me han cambiado la mentalidad, me han hecho más duro. No sabría decirte si saboreo más o no el Campeonato del Mundo por las cosas que he vivido. Lo que me ha pasado me ha pasado, y ya está. Mi caso es un ejemplo de que con empeño y trabajo se pueden lograr grandes metas, por muy difíciles que parezcan, aunque no tengas todo a favor».

OTRA FORMA DE CONTARLO. La victoria de Lucas dejó un vídeo entrañable, que se hizo viral, con la voz de Nico 'retransmitiendo' la prueba. «Fue algo genial. Me encantó ver cómo disfrutaba mi familia. Es imposible no emocionarse con algo así. No es la primera vez que Nico hace de locutor, le gusta hacerlo. No sé quién se alegra más de las victorias, si él o yo».

LOS LUCHADORES. Los dos hermanos protagonizan un conmovedor –y motivador– cortometraje, Gigantes paralelos (en la foto de arriba), en el que se entremezclan los logros deportivos de Lucas con la imagen de Nico, que locuta un texto: «Hay momentos en que la vida te pone a prueba, momentos en los que todo da un giro, en los que te replanteas cada paso que te ha llevado hasta donde estás. Es entonces, cuando no ves la salida, cuando solo te queda pelear. La mayoría deja de luchar, abandona sus sueños y empieza a morir por dentro. Y luego están los luchadores, los que no tienen límites, que lo arriesgan todo y llegan hasta donde no ha llegado nadie antes. Que la vida es dura, hermano, eso ya lo sabemos».

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