Se llama así porque 29 personas escaparon de Berlín Oriental por este conducto en 1962. Lo cavaron 21 estudiantes desde el lado occidental para rescatar a sus amigos y familias. Un libro recrea esa gesta.
Lleva un hacha en una mano y una pistola en la otra. Tiene la cara y los ojos llenos de polvo y el corazón desbocado. Abre el boquete final y sale a la superficie consciente de que es probable que lo reciban a tiros.
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