Domingo, 02 de Febrero 2025, 08:28h
Tiempo de lectura: 3 min
Hay unas líneas de los Cuadros de viaje de Heinrich Heine que me gustan mucho, tanto que en 1985 las utilicé como epígrafe para El maestro de esgrima, que fue mi segunda novela: «Soy el hombre más cortés del mundo. Me precio de no haber sido grosero nunca, en esta tierra donde hay tantos insoportables bellacos que vienen a sentarse junto a uno, a contarle sus cuitas e incluso a declamarle sus versos».
-
1 Maldecir por prescripción médica: decir palabrotas es bueno para la salud
-
2 Las mujeres del Ku Klux Klan: la fachada moral de la secta supremacista
-
3 El ‘boom’ del futbolín: de los bares a los grandes pabellones. Un deporte en alza
-
4 Pódcast | Iván el Terrible, el primer zar psicópata: torturó a sus súbditos y mató a su hijo y heredero
-
5 Pódcast | ¡Horror, mi hijo quiere un móvil! Guía para darle a un niño su primer teléfono inteligente
-
1 Maldecir por prescripción médica: decir palabrotas es bueno para la salud
-
2 Las mujeres del Ku Klux Klan: la fachada moral de la secta supremacista
-
3 El ‘boom’ del futbolín: de los bares a los grandes pabellones. Un deporte en alza
-
4 Pódcast | Iván el Terrible, el primer zar psicópata: torturó a sus súbditos y mató a su hijo y heredero
-
5 Pódcast | ¡Horror, mi hijo quiere un móvil! Guía para darle a un niño su primer teléfono inteligente