Viernes, 17 de Octubre 2025, 11:40h
Tiempo de lectura: 2 min
Ciertas mujeres atraviesan su época como quien camina descalza sobre cristales: con determinación, dejando rastros de sangre y belleza. Germaine Dulac (1882-1942) fue una de ellas. No nació para el cine –ni siquiera creía que dirigir fuera cosa de mujeres–, pero acabó construyendo una filmografía de unas treinta películas, fundando su propia productora, escribiendo teoría cinematográfica con la misma pasión con la que otros escriben cartas de amor, y levantando la voz en conferencias donde sus colegas varones la escuchaban entre la admiración y el desconcierto.
-
1 ¿Hacer deporte para perder peso? La ciencia lo pone muy en duda
-
2 Hitler, 1932: ¿cómo facilitó la democracia que llegase al poder alguien que prometía destruirla?
-
3 La insospechada amistad de Monica Lewinsky y Amanda Knox: linchadas por la prensa y ahora aliadas
-
4 Pódcast | La herida abierta que amargó el azúcar y la vida de Celia Cruz
-
5 Pódcast | Las extraordinarias hijas de Marie Curie que hicieron historia dentro y fuera del laboratorio
-
1 ¿Hacer deporte para perder peso? La ciencia lo pone muy en duda
-
2 Hitler, 1932: ¿cómo facilitó la democracia que llegase al poder alguien que prometía destruirla?
-
3 La insospechada amistad de Monica Lewinsky y Amanda Knox: linchadas por la prensa y ahora aliadas
-
4 Pódcast | La herida abierta que amargó el azúcar y la vida de Celia Cruz
-
5 Pódcast | Las extraordinarias hijas de Marie Curie que hicieron historia dentro y fuera del laboratorio

