Viernes, 03 de Octubre 2025, 11:08h
Tiempo de lectura: 3 min
Me conmovieron las palabras de la viuda de Charlie Kirk, en el homenaje que se hizo a su marido recientemente asesinado, cuando ante un estadio abarrotado de gente invocó las palabras de Cristo en el Gólgota («Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen») para proclamar a continuación –con esfuerzo, porque estaba asumiendo una misión sobrehumana– que perdonaba al asesino de su marido. Fueron unas palabras capaces de detener la órbita de los planetas, irradiadoras de una belleza malherida que exorcizaba las tinieblas, que limpiaba la vileza de los hombres; fueron palabras capaces de transformar las almas. Y entonces llegó el patán de Trump y osó contradecir a la viuda de Charlie Kirk, pidiendo excusas por hacerlo, pero proclamando con orgullo: «Odio a mis oponentes y no deseo lo mejor para ellos».
-
1 La herida abierta que amargó el azúcar y la vida de Celia Cruz
-
2 La película prohibida de Jerry Lewis: ni media broma sobre el Holocausto
-
3 «Un puñado de hombres blancos de Silicon Valley ha triunfado más allá de sus sueños más salvajes»
-
4 Pódcast | ¿Está Gila? Que se ponga: así fue la trágica vida del cómico y así lo ven sus 'herederos'
-
5 Groenlandia: la anticoncepción forzosa de las niñas
-
1 La herida abierta que amargó el azúcar y la vida de Celia Cruz
-
2 La película prohibida de Jerry Lewis: ni media broma sobre el Holocausto
-
3 «Un puñado de hombres blancos de Silicon Valley ha triunfado más allá de sus sueños más salvajes»
-
4 Pódcast | ¿Está Gila? Que se ponga: así fue la trágica vida del cómico y así lo ven sus 'herederos'
-
5 Groenlandia: la anticoncepción forzosa de las niñas