Viernes, 19 de Septiembre 2025, 10:10h
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Muchas veces he comentado que, para conocer las tendencias artísticas de tal o cual época, no basta con asomarnos a las plazas donde reposan las obras de los grandes maestros, sino que debemos adentrarnos en calles menos transitadas, incluso en callejones oscuros, aun a riesgo de que nos roben la cartera. La literatura, el cine, la pintura y, en general todas las artes, son una colmena donde, al lado de la abeja reina, conviven multitud de obreras y no pocos zánganos; y el caso es que algunos de esos zánganos y multitud de esas obreras esconden tesoros –casi siempre modestos, mezclados con ganga y hasta un poco mugrosos– que merecen ser reivindicados.
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