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O. J. Simpson y los Kardashian, una relación que revolucionó la justicia.. y la televisión

Entre el 'true crime' y el 'reality show'

O. J. Simpson y los Kardashian, una relación que revolucionó la justicia.. y la televisión

El juicio a O. J. Simpson, acusado de asesinar a su ex mujer y a un amigo, reunió ante el televisor a 150 millones de personas en Estados Unidos. El deportista más célebre del país fue absuelto. La expectación generada por el crimen y el inesperado veredicto sacudieron no solo el sistema judicial sino a los medios de comunicación, más allá de lo previsible. Uno de los abogados de Simpson hizo famoso un apellido que sigue siendo noticia: Kardashian.

Martes, 16 de Abril 2024

Tiempo de lectura: 11 min

Esta es una historia de fama, sexo, dinero, racismo y asesinatos; es uno de los episodios más intrigantes de la historia de Estados Unidos. El doble asesinato de la exmujer de O. J. Simpson, Nicole Brown, y su amigo Ronald Goldman y el posterior proceso judicial que culminó, en 1995, con la absolución del jugador de fútbol americano más famoso de la historia sigue generando un interés planetario. Lo ha vuelto hacer ahora, al fallecer Simpson a los 76 años.

El juicio de 18 meses que fascinó a Estados Unidos es una muestra de cómo la raza, el dinero y el filtro distorsionante de los medios de comunicación pueden influir en el sistema judicial y explora la violencia de género y la división racial en el país más poderoso de la Tierra, que sigue siendo un tema tan actual ahora como en los 90.

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Socios y amigos. Robert Kardashian (en el centro) era socio y amigo de O. J. Simpson desde los setenta y formó parte de su equipo de abogados por el asesinato de Nicole Brown. Simpson, de hecho, se refugió en su casa tras el crimen. En la foto, Simpson y Nicole acompañados por Robert y la que era entonces su mujer, Kris, ahora conocida como la 'matriarca' del clan Kardashian.

Charcos de sangre

Los cadáveres de Nicole Brown Simpson y Ronald Goldman aparecieron en una zona residencial de Los Ángeles la noche del 12 de junio de 1994. Los descubrió un paseante al que alertó el perro de Nicole. Los cuerpos yacían entre charcos de sangre frente a la vivienda de la mujer.

A Nicole, de 35 años, le habían seccionado la garganta con tanta brutalidad que tenía la laringe a la vista, además de presentar cuchilladas en el cuello y la cabeza. Ronald Goldman, de 25 años, había sido acuchillado en la cabeza, tenía la yugular cortada, una profunda incisión en un pulmón y otra en la aorta abdominal.

Cuando ya era evidente que iba a ser detenido, un Simpson desquiciado se atrincheró en el dormitorio de la hija de un buen amigo: era Kim Kardashian, que entonces solo tenía 14 años

Goldman quería ser actor y trabajaba de camarero. Nicole era la exmujer de O. J. Simpson, uno de los hombres más famosos de Estados Unidos. Orenthal James Simpson tenía por entonces 46 años. Era atractivo y carismático. Tras dejar el mundo deportivo, se había hecho aún más famoso como comentarista de la televisión y por su aparición en películas como Agárralo como puedas.

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Las familias que verenean unidas... La íntima amistad entre los Simpson y los Kardashian queda reflejada en algunas fotos de sus vacaciones conjuntas, incluso cuando Robert y Kris se habían divorciado y ella ya estaba con Bruce Jenner (ahora Caitlyn). En la foto, Kris posa delante de Bruce y entre su ex marido y O.J., agarrado éste a Nicole. En la foto están también los cuatro hermanos Kardashian; Kim (primera por la derecha), Kourtney (delante de Nicole), Khloé (tercera por la derecha con camiseta larga) y el pequeño Rob.

Cuando se supo que Simpson era el único sospechoso, la conmoción fue total. La Policía encontró manchas de sangre en su coche y en el camino que llevaba a su casa unas manchas que coincidían con las halladas en la escena del crimen, a tres kilómetros de distancia. ¿Motivo? Los celos, o eso se decía, pues Simpson, al parecer, sospechaba que Nicole y Goldman eran amantes (no lo eran y, además, O.J. y Nicole llevaban dos años divorciados).

De inmediato, Simpson contrató a Robert Shapiro, el abogado más célebre en Los Ángeles, un hombre que se manejaba como nadie ante las cámaras de televisión y que había conseguido penas reducidas para otros famosos, como Christian Brando, el hijo del actor, que solo fue condenado a cinco años de cárcel tras matar al novio de su hermanastra.

Durante el funeral de Nicole, celebrado el 16 de junio, Simpson, de luto y con gafas de sol, horrorizó a los dolientes cuando se agachó sobre el féretro abierto y besó el cuerpo sin vida de la mujer que él mismo había asesinado sin compasión cuatro días antes; o eso, al menos, pensaba la mayoría de los presentes en la iglesia. Ese mismo día, la Policía hizo público un informe en el que se detallaba la tremenda paliza que Simpson propinó a Nicole en 1989: los agentes encontraron a su mujer «escondida entre los arbustos, ensangrentada y temerosa por su vida».

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La mejor defensa es un buen ataque. Simpson tuvo la habilidad de contratar a Robert Shapiro (a la izquierda), el abogado más caro de Los Ángeles y, a la vista del resultado, el más rentable. Shapiro, junto con Johnny Cochran (defensor de afroamericanos famosos como Michael Jackson o Tupac Shakur) apostaron por la carta del racismo para su defensa. Y funcionó.

Lo que sucedió a continuación es un giro de guion que en ninguna ficción habría sido 'creíble'. La noche siguiente al funeral, un Simpson desquiciado se atrincheró en el dormitorio de la hija de un buen amigo: era Kim Kardashian, que entonces solo tenía 14 años. El amigo era Robert Kardashian, que sería otra pieza crucial de su defensa en el juicio.

O.J. Simpson y Robert Kardashian se conocían desde los años 60, cuando se convirtieron en socios comerciales para invertir en promocionar diversos productos (yogur helado, vídeos musicales...) aprovechando la fama del jugador de fútbol americano. La relación se fortalecería por la buena 'química' entre sus parejas: Nicole y Kris Jenner (la matriarca del ahora mundialmente famosos clan Kardashian). Aunque los Kardashian se separaron en 1991, siguieron manteniendo una buena relación y compartiendo vacaciones con los Simpson.

Aquel 17 junio de 1994 estaba previsto que Simpson se entregara a la Policía a la mañana siguiente. Así lo había negociado su abogado. Pero Simpson se las arregló para salir de la casa de Kardashian y, convertido en prófugo, huyó a toda velocidad en un Ford Bronco con un amigo. Millones de norteamericanos siguieron su huida en directo por la televisión.

Mientras su amigo conducía, perseguido por helicópteros y coches patrulla, Simpson sostenía un revólver cargado y amenazaba con pegarse un tiro. La Policía necesitó cincuenta minutos para que el exjugador accediera a salir del auto, tras prometerle que podría llamar por teléfono a su madre.

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La prueba de la absolución. La imagen más célebre del juicio se produjo el día en que Simpson se probó los guantes con los que, según la Fiscalía, cometió los asesinatos... y le quedaban pequeños. Lo que, por anecdótico que parezca, fue clave en su absolución.

Acusado de doble asesinato, la vista no empezó hasta el 24 de enero de 1995, pero muchos de los sucesos que llevaron a su absolución tuvieron lugar antes de la vista. Lo más significativo: la decisión de la Fiscalía de trasladar el juicio de la zona residencial de Santa Mónica al centro de Los Ángeles. Este cambio hizo que Simpson no fuera juzgado por un jurado blanco, sino por gente negra de los barrios empobrecidos del centro, donde la desconfianza hacia la Policía es endémica.

Otra jugada maestra fue la entrevista que su abogado, Robert Shapiro, concedió al periodista Jeffrey Toobin, de The New Yorker, donde el letrado dio a conocer datos a la opinión pública -y al jurado- que no iba a poder revelar durante el juicio. Shapiro aseguró en aquella entrevista que Mark Fuhrman, el policía que investigó el crimen, era un racista que colocó los guantes ensangrentados –uno en la casa de Simpson, el otro en la escena del crimen– que, según la Fiscalía, el acusado usó para cometer los asesinatos.

Las 'fake news', alentadas por los abogados de Simpson, se difundían sin pudor: se llegó a publicar que los asesinatos eran obra de narcos colombianos cuyo objetivo era una amiga de Nicole

Por si fuera poco, antes del juicio, Simpson tuvo la astuta decisión de incorporar a su defensa al combativo abogado negro Johnnie Cochran, famoso por llevar a juicio a agentes de la Policía acusados de maltratar a afroamericanos. Cochran pronto desplazó a Shapiro y se convirtió en el capitán del llamado ‘Dream Team’, el grupo de abogados defensores más costosos de la historia. Simpson pagó más de cinco millones de dólares por los servicios de sus letrados.

A medida que avanzaba el juicio, se fueron publicando toda suerte de rumores asombrosos sobre los protagonistas, sobre sus aficiones sexuales y su consumo de drogas. El rumor más difundido era que Simpson estaba drogado de metanfetamina en el momento de cometer los asesinatos, lo que explicaría el ensañamiento. Simpson aseguraba que nunca en la vida había probado las drogas.

Circulaban otras teorías más imaginativas –algunas difundidas por la defensa}, como que los asesinatos eran obra de una banda de narcotraficantes colombianos cuyo objetivo era Faye Resnick, una amiga de Nicole que estaba en su casa. El juez lo descartó sin dudarlo.

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El apoyo de sus hijos. Simpson tuvo cinco hijos, tres con su primera esposa, y dos con Nicole. Los mayores estuvieron con él durante el juicio y le apoyaron ya entonces. Los dos menores, Justin y Sydney (ahora de 36 y 39 años) eran muy pequeños y permanecieron fuera de los focos. Así han seguido hasta ahora, pero en 2018 se los pudo ver en actitud distendida con su padre en los alrededores residencia de Florida cuando fue puesto en libertad provisional.

El juicio se prolongó hasta octubre. Durante la vista hubo escenas espectaculares. Como cuando Simpson, por petición de la defensa, se probó los guantes ensangrentados que, de acuerdo con la Fiscalía, llevaba puestos en el momento del asesinato. Entre muecas y gruñidos, Simpson parecía no lograr ponérselos. «Me vienen muy pequeños», murmuró. Poco antes de que el jurado emitiera el veredicto, Johnnie Cochran recurrió ante el jurado a una frase que se hizo famosa. «Si los guantes le vienen pequeños, tienen que absolver al acusado».

El inspector de policía que llevó el caso era un racista declarado. En el juicio se escucharon grabaciones –que resultaron determinantes– en las que hablaba de «putos negratas» y «macacos»

El otro momento estelar fue cuando el inspector Mark Fuhrman subió al estrado casi al final del juicio. La defensa sacó unas cintas de audio donde el policía se reconocía como racista y aseguró que esa mentalidad lo llevó a manipular las pruebas. «Si te encuentras con 200 putos negratas que vienen a por ti, lo que tienes que hacer es pillar a uno de ellos y pegarle una paliza», decía Fuhrman en una de las cintas. En otra afirmaba que cierta comisaría apestaba al «olor de los macacos muertos por causa de las palizas recibidas entre sus cuatro paredes». La comparecencia del agente acabó con la posibilidad de una condena para Simpson.

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La serie que los volvió a poner 'de moda'. La serie American Crime Story: The People v. O. J. Simpson recuperó en 2016 el crimen para una nueva generación. John Travolta interpreta al abogado Robert Shapiro; Cuba Gooding Jr., a O. J. Simpson y David Schwimmer [Friends] da vida a Robert Kardashian.

Más de 150 millones de estadounidenses contuvieron el aliento ante la tele para escuchar el veredicto; el mayor índice de audiencia jamás registrado en Estados Unidos. La absolución dejó boquiabierto al país, pero los observadores más atentos no se sorprendieron. La defensa fue brillante al no vacilar al apostar por la denominada «jugada racial». Por otro lado, el trabajo de la Fiscalía dejó mucho que desear.

A la mayoría de los blancos les indignó que un jurado negro hubiera absuelto a Simpson con tanta rapidez cuando las pruebas en su contra parecían concluyentes. Su rabia se acrecentó cuando muchos negros celebraron la absolución. El cineasta Spike Lee declaró que «por primera vez en la historia un hermano ha sido absuelto del asesinato cometido contra unos blancos, incluso contra una mujer rubia y de ojos azules».

En 1997 se celebró un juicio civil por el mismo crimen y ese jurado sí declaró a Simpson responsable del crimen, pero no suponía una revisión del juicio penal. Simplemente fue condenado a pagar 30 millones de dólares a los familiares de las víctimas. Un dinero que nunca llegó a abonar.

Pese a estar en libertad, fue progresivamente siendo apartado de los grupos sociales e incluso de su entorno más cercano, incluidos los Kardashian. Robert, su abogado, murió en 2003 de un cáncer fulminante. Los hijos de su primer matrimonio siguieron apoyándolo, pero Simpson desarrolló un comportamiento cada vez más errático.

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El final. En 2008, Simpson fue condenado por robo y secuestro en un hotel de Las Vegas, en un crimen un tanto delirante del que no salió impune. Le condenaron a 30 años de cárcel, pero en octubre de 2017, a los 70 años, fue puesto en libertad condicional. A los 76 (foto de la derecha) ha fallecido de cáncer.

Participó en diferentes programas de televisión y entrevistas, en varias de las cuales bromeaba sobre «haberse salido con la suya». Al mismo tiempo, se vio envuelto en diversos delitos hasta que en 2008 fue finalmente condenado a 33 años de prisión por otro crimen; un extraño robo y secuestro de unos vendedores de antigüedades, con el objetivo de recuperar unos trofeos y recuerdos deportivos que iban a ser vendidos en Las Vegas. Pasó casi diez años en la cárcel. En 2017 salió en libertad condicional.

Mientras tanto, lo que había ocurrido en su entorno es que las Kardashian se habían convertido en un fenómeno mediático sin precedentes. Cuando Kim, la pionera de la hermanas, comenzó a aparecer en el programa de Paris Hilton, uno de los primeros reality shows de la televisión, el apellido era ya muy conocido entre los americanos.

La madre de la 'saga', Kris Jenner, ya casada con Bruce Jenner (hoy Caitlyn Jenner), se distanció de su ex marido precisamente por haber contribuido a la absolución de OJ Simpson. Kris no creía que fuese inocente. Honró la memoria de su amiga poniendo a su hija nacida el 5 noviembre de 1995 (un mes después de que Simpson fuese declarado no culpable), Kendall Nicole Jenner, el nombre de la fallecida.

Pero lo que ha acabado 'viralizándose' no fue su homenaje a su amiga, sino la presunta relación que habría tenido con O.J. Simpson. Norman Pardo, que fue manager del jugador de fútbol, contó en un periódico sensacionalista americano que Kris y O.J. habían tenido sexo en un jacuzzi y detalló que incluso ella tuvo que ser hospitalizada después por un desgarro vaginal. Simpson negó que eso hubiera sucedido, pero no impidió el 'subsiguiente' rumor: Khloé Kardashian, la hermana considerablemente más alta de la célebre saga, sería hija de aquella relación con O.J.