Electroeyeculación, sedantes...
Electroeyeculación, sedantes...
Miércoles, 16 de Octubre 2024, 16:14h
Tiempo de lectura: 6 min
Se llama electroeyaculación y ya el solo nombre suena doloroso. Es lo que parece: provocar la eyaculación del animal introduciendo sondas eléctricas en el recto, en la zona adyacente a la próstata. Unos electroshocks que garantizan que se conseguirá el semen necesario para inseminar a una hembra de oso panda durante su breve periodo de fertilidad.
El oso macho padece el proceso 'con resignación' porque previamente ha sido sedado, aunque no esté totalmente dormido. A algunos de los osos se les administra ketamina, un sedante que puede dejar graves secuelas. Según una investigación de The New York Times, este procedimiento ha causado, por lo menos, la muerte de un panda, ha quemado el recto de oro y heridas a varios más en los centros de cría en China.
La electroeyaculación no es una técnica novedosa ni se aplica solo con osos panda. Lo que denuncia el prestigioso periódico de Nueva York es el abuso de esta práctica –voltajes demasiados altos y demasiadas estimulaciones en un solo macho– en nombre de la conservación de la especie, cuando en realidad lo que la motiva es un floreciente negocio entre zoológicos.
La investigación de The New York Times parte de documentos registrados en el Instituto Smithsonian desde finales de la década de los 90. Expertos de diversas instituciones zoológicas viajaron entonces a la provincia de Sichuan para estudiar la crianza de pandas. Gracias a fotografías a las que el periódico estadounidense ha tenido ahora acceso, descubrieron que a los pandas machos se les disparaban dardos tranquilizantes y después se los colocaba en camillas. Una vez dentro de habitaciones se les recolectaba el semen con ayuda de sondas eléctricas. La investigación descubrió que algunas prácticas agresivas continuaron en diferentes instituciones a lo largo de los años.
Varios expertos e implicados en los procesos de reproducción dan su testimonio al periódico. Kati Loeffler, veterinaria que trabajó en un centro de cría de pandas en Chengdu, afirma que su labor consistía en «transformar el bienestar y la conservación de los pandas en beneficios financieros».
En el otro extremo de ese 'mercado' está Kimberly Terrell, directora de conservación en el Zoológico de Memphis hasta 2017. Terrell incide en el mismo sentido. Afirma que todo el tiempo eran presionados para lograr la reproducción de pandas bajo la premisa de que «los pequeños osos panda traerían dinero» para el zoo. Y eso a pesar de que quienes trabajaban día a día con los osos se oponían a inseminar a su envejecida panda hembra.
Las hembras de panda ovulan solo una vez al año, en primavera. Es más, solo pueden concebir durante dos o tres días alrededor del periodo de ovulación, lo que significa que deben aparearse en ese lapso. Las hembras son fértiles entre los 4 y 20 años de edad.
Como son animales solitarios, las parejas salvajes no 'coinciden' con frecuencia. En cautiverio, debería ser más sencillo, porque los machos y las hembras están juntos, pero sigue sin ser un apareamiento fácil. No solo tienen que llevarse bien, sino que la pareja debe ser 'conductualmente competente', es decir, los machos deben saber montar a las hembras. Y resulta que son muy torpes: a veces los pandas machos no saben qué hacer. Por eso se recurre con tanta frecuencia a la inseminación artificial.
Pero, además, la gestación de las crías es muy compleja, porque las osas panda tienen pseudoembarazos. La hembra manifiesta signos y síntomas de gestación cuando, en realidad, no está gestante. Y como el feto de panda se desarrolla con extrema lentitud, es difícil para los veterinarios detectar la gestación. Muchas veces, no sabían si la panda estaba embarazada hasta que la cría llegaba al mundo. Ahora la tecnología de ultrasonido ha mejorado mucho y se detectan mejor las gestaciones, pero hay otros factores desconcertantes. Los pandas gigantes a veces reabsorben al feto, un proceso biológico que sigue siendo un misterio para los científicos.
Y cuando la cría ya ha nacido su supervivencia también es muy incierta. Las crías son muy dependientes y vulnerables al nacer. Con un peso de 85 a 140 gramos, el panda recién nacido, sin pelo y ciego, incapaz de moverse, depende totalmente del calor, la leche y la protección de su madre para sobrevivir.
The New York Times publica ahora su investigación, coincidiendo con la llegada de dos pandas gigantes de 3 años al Zoológico Nacional del Smithsonian en Washington el pasado 15 de octubre, un renacimiento de la llamada 'diplomacia de los pandas' entre Estados Unidos y China tras una pausa de un año.
Después de que su largo vuelo desde China aterrizara en Virginia el mismo 15 por la mañana, los osos Bao Li y Qing Bao recorrieron el centro de Washington en una caravana escoltada por la policía. Los osos iban en un par de grandes camiones de reparto de FedEx con imágenes de pandas a los lados. La 'cesión' de los pandas al Zoológico Nacional es por diez años.
Sin embargo, denuncia The New York Times, los pandas son parte de un programa que a menudo ha beneficiado más a los zoológicos que a las especies en peligro de extinción. El periódico asegura que China ha eliminado más pandas de la naturaleza de los que ha liberado bajo el programa de protección, y nunca se ha liberado a ningún cachorro nacido en zoológicos estadounidenses o europeos.
La población de pandas gigantes que vive en libertad en China roza ya los 1900 ejemplares, según las autoridades China. Pero más de 700 están repartidos por zoológicos de todo el mundo.
La falta de pandas en Estados Unidos provocó la especulación de que la culpa era de un empeoramiento en las relaciones entre Estados Unidos y China. Estos osos se han usado siempre como un 'intercambio diplomático'. Pero durante la visita del presidente chino, Xi Jinping, a San Francisco a mediados de noviembre de 2023, Beijing informó que estaba «lista para continuar nuestra cooperación con los Estados Unidos en la conservación de los pandas». Jinping se reunió con el presidente Joe Biden durante esa visita, una cumbre que los analistas dicen que ha ayudado a aliviar las tensiones entre los países. Es de suponer que el reciente artículo de The New York Times no ha sido bien recibido en China.