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Clint Eastwood Leyendas del cine Infidelidades, hijos secretos... la desenfrenada vida sexual del 'tipo duro' de Hollywood

A sus 93  años, Clint Eastwood se ha casado dos veces y es padre de ocho hijos, pero esta leyenda viva de Hollywood, su último vaquero, tiene un currículo de aventuras y amantes tan largo como su propia carrera cinematográfica. Repasemos.

Por Fernando Goitia

Viernes, 10 de Febrero 2023

Tiempo de lectura: 9 min

Hijo de un obrero metalúrgico y de una empleada de IBM, Clint Eastwood desciende de William Bradford líder de los peregrinos puritanos que, en 1620, llegaron a América a bordo del Mayflower. Quizá por ello mostró en su juventud una visión del matrimonio en sintonía con tan ilustre ancestro. «La mujer debe sentirse protegida y las decisiones las toma su marido», declaró a una revista en los años 60.

«Me ponía demasiado nervioso con las mujeres y las chicas debían pensar que era tonto. No se me daban bien», confesó en 1974 a la revista Playboy

Estaba entonces casado con Maggie Johnson, desde los 23 años. «Me casé demasiado pronto», admitiría más tarde el actor considerado por varios biógrafos como un «mujeriego en serie». Hasta conocer a Maggie, sin embargo, nunca se le habían dado bien del todo las mujeres. Y eso que, desde los 16 años, ya disfrutaba de la percha con la que personificó al sex symbol prototípico del tipo duro made in Hollywood; esto es: 1,93 de pura fibra, facciones afiladas, impecable tupé y penetrantes ojos azules.

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Amores que regresan. Eastwood conoció a la actriz Dani Crayne (dcha.) en 1954, cuando ambos firmaron con Universal un contrato que incluía prácticas regulares de «acondicionamiento corporal». Se reencontraron en 1989, cuando vivieron un romance de un año.   

Le atraían más los coches, hasta el punto de montar con dos amigos varios del tipo dragster para competir en  carreras de aceleración ilegales, y la música. Sobre todo, tras haber asistido, con 15 años, a un concierto de Charlie Parker, el saxofonista-fuerza-de-la-naturaleza al que dedicaría una de sus obras maestras, Bird, cinta de 1988. Lo vio actuar en San Francisco, junto a una banda de leyenda –Coleman Hawkins, Flip Phillips y Lester Young–, y aquello le cambió la vida. «Descubrí en el jazz una libertad de expresión total, una cualidad de ser diferente y de hacer las cosas a tu manera», explicó.

El nombre de la madre de su primer hijo secreto sigue oculto 70 años después. Fue concebido mientras estaba prometido de su primera mujer

Tímido a más no poder, Clint halló deshinibición en la música, refugio, en tiempos en que solía ocultarse tras un velo de silencio ante cualquier situación embarazosa. «Me ponía demasiado nervioso con las mujeres y las chicas debían pensar que era tonto. No se me daban bien», confesó en 1974 a la revista Playboy.

Fue en aquellos años de instituto cuando tuvo su primera experiencia escenográfica. «Una profesora decidió que yo fuera el protagonista de una obra de teatro que quería montar. Pero yo prefería el deporte». El joven Eastwood odió cada minuto de los ensayos, aterrorizado ante la idea de convertirse en el centro de atención. «Había visto un millón de películas, pero lo más cerca que había estado de actuar era jugar a indios y vaqueros». Se planteó dejar colgado a todo el mundo y no aparecer el día de la función, pero el miedo a las consecuencias le empujó a enfrentarse finalmente al paralizante pánico escénico.

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Símbolos sexuales. Eastwood inició su trayectoria como «mujeriego en serie» poco después de casarse. A pesar de los pequeños papeles sin acreditar de sus primeras películas, conquistó a símbolos sexuales como Mamie Van Doren y Jayne Mansfield (foto).

El día del estreno, tan pronto como pisó las tablas miró a la audiencia y se le secó la boca. Comenzó la obra y al percibir las risas resonando entre la audiencia –riéndose con su interpretación, no de él– sintió que estaba en el lugar correcto. «Al final, la cosa salió mejor de lo que había pensado. Me di cuenta entonces de que puedes actuar sin ser extrovertido, de que tener confianza en ti mismo no despierta antipatía instantánea en los demás. Fue un día en el que crecí».

Pésimo estudiante, Eastwood no aparecía mucho por clase y le costó terminar el instituto. Ejerció, eso sí, numerosos empleos: socorrista, repartidor de periódicos, dependiente, caddie, bombero... Con apenas 17 años, de hecho, protagonizó un episodio heroico en un incendio forestal –liberó un camión cisterna atascado en medio de las llamas–, del cual emergió como un individuo de lo más impresionante a ojos de sus compañeros.

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Seré monógamo por tí. A la actriz Sondra Locke le escribió una canción: Ella me hizo monógamo, aunque nunca se casaron. En 13 años de relación, ella tuvo dos abortos –«él no quería mas hijos», explicó–, e Eastwood se separó finalmente de su primera esposa sin dejar de acumular amantes.

No fue su única heroicidad en aquellos días. Llamado a filas a los 21 años, en plena guerra de Corea, el bombardero que le devolvía a su base tras un fin de semana de permiso se quedó sin combustible y se estrelló en el mar. Eastwood y el piloto sobrevivieron al amerizaje forzoso y nadaron más de dos millas hasta alcanzar la costa.

A los 23 años, por lo tanto, el joven Clint ya tenía una larga lista de batallas con las que entretener a cualquier joven. Como no se le daba muy bien, sus amigos de los coches le organizaron una cita con Maggie Johnson, secretaria en una empresa de piezas de automóviles. Seis meses después, en diciembre de 1953, la chica se convertiría en su primera esposa.

La cuestión, sin embargo, es que su relación con Maggie dio inicio también a una trayectoria como rompecorazones y padre de hijos secretos sin parangón en el mundo del cine. El primero de ellos se concebió, de hecho, ese mismo año, ya prometido con Johnson.

El nombre de la madre permanece oculto 70 años después, pero se sabe que la chica era de Seattle, que vivieron un breve romance, que no volvieron a verse y que nunca le dijo al padre que estaba embarazada. Entregó a la niña en adopción y, muchos años después, ésta investigó sus orígenes. Eastwood la presentó en sociedad en 2018, durante la presentación de su película Mula. Laurie Murray se llama.

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Dos amantes de cine. Anduvo con Catherine Deneuve en los años 60, cuando estaba casado con su primera esposa. Con Barbra Streisand se lió en 1989, año en que, tras su ruptura con Locke, Eastwood se lanzó a un ardoroso frenesí sexual. Ese mismo año también mantuvo una relación con Sônia Braga.

El matrimonio coincidió con el inicio de su carrera cinematográfica lo que dificultó la relación entre los recién casados y propulsó la frecuencia de las conquistas de Eastwood. No importó que sus primeros trabajos fueran pequeños papeles sin acreditar en películas como El regreso del monstruo, ¡Tarántula!, Hoy como ayer o El último sol; el actor se las apañaba para vivir aventuras con despampanantes protagonistas como Mamie Van Doren, símbolo sexual de la época, e incluso, la legendaria Jayne Mansfield. Ambas fueron amantes de Eastwood en los años 50, así como la cantante de jazz Keely Smith y la nadadora Anita Lhoest, campeona y recordista nacional de los 100 y 400 metros libres, que disfrutó de una breve carrera en la pantalla y se sometió a un aborto sin decírselo a Eastwood. Todo ello, recuerden, mientras seguía casado con Maggie Johnson.

Infidelidad tras infidelidad, sin embargo, el matrimonio fue zozobrando hasta que, en 1963, su décimo aniversario, iniciaron trámites de divorcio. Para entonces, Eastwood ya gozaba de cierta fama catódica gracias a la serie Rawhide –su primer papel de vaquero–, circunstancia que le permitió conocer a Roxanne Tunis, doble de acción, bailarina y mujer casada, con la que tuvo una nueva hija. Kimber Tunis nació en 1964 y, esta vez, Eastwood sí que estuvo al tanto. El nombre del padre figuró, incluso, en la partida de nacimiento, aunque su existencia se mantuvo en secreto hasta 1989, cuando el tabloide National Enquirer destapó el asunto.

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Mi última compañera. Christina Sandera es natural de Carmel by the sea, localidad californiana de la que Eastwood se enamoró en 1951 cuando sirvió en el Ejército. Dueño de media ciudad, Sandera era camarera de un bar de su propiedad. Llevan juntos desde 2014.

A pesar de todo, Eastwood y Johnson decidieron seguir juntos, previa conversión de su matrimonio en una relación abierta. Tuvieron, además, dos hijos: Kyle y Alison, en cuyos partos el padre estuvo ausente.

Y en medio de todo ello, Clint siguió viendo a Tunis hasta 1973, sin dejar de acostarse con otras mujeres. La lista de este periodo de su vida incluye a actrices como Jill Banner, a la que conoció en el mundillo del spaghetti western; Catherine Deneuve; Inger Stevens, con quien rodó Cometieron dos errores; Jo Ann, compañera de reparto en El seductor; Jean Seberg (1969), coprotagonista de La leyenda de la ciudad sin nombre o la televisiva Susan Saint James. Fuera del cine, la relación de amantes  apunta a la escritora Gael Greene, la columnista Bridget Byrne, la modelo Cathy Reghin, la socialité Joan Lundberg Hitchcock y Jane Brolin, esposa entonces del actor James Brolin (el Peter McDermott de la serie Hotel) y conocida activista por los derechos de los animales.

Llegó un momento en que cada papel era para Clint Eastwood el inicio de un nuevo romance. Y rodaba por entonces una película cada año; dos, tres a veces... Hasta que llegó Sondra Locke. Actriz, por supuesto, y compañera de reparto en El fuera de la ley (1976). Locke estaba casada, por conveniencia, con un gran amigo suyo gay; por su parte, entre Johnson y Eastwood, según palabras de este, «no quedaba nada».

A los 16, ya disfrutaba de la percha con la que personificó al tipo duro 'made in Hollywood'. Esto es: 1,93 de pura fibra, facciones afiladas, impecable tupé y penetrantes ojos azules

Así las cosas, Eastwood y Locke se fueron a vivir juntos y mantuvieron su relación hasta 1989. En medio, ella sufrió dos abortos, tras los cuales se sometió a una ligadura de trompas, y él llegó a escribirle una canción titulada Ella me hizo monógamo, situación que tampoco mantuvo por mucho tiempo. En 1984, el actor rodó En la cuerda floja y se lió no con una, sino con dos de sus compañeras de reparto: Jamie Rose y Rebecca Perle; además de pasar después un tiempo con la guionista Megan Rose y, en especial, con una azafata llamada Jacelyn Reeves, madre a la sazón de sus hijos Scott y Kathryn. El tabloide Star haría público el romance en 1990, si bien Eastwood consiguió mantener las identidades de su retoños en secreto hasta 2002.

Para entonces, su matrimonio con Johnson ya había terminado. Maggie había solicitado la separación en 1978 y, seis años y un proceloso juicio después, consiguió el divorcio y 25 millones de dólares. Ya divorciado , Eastwood no tardaría en tirar por la borda también su relación con Sondra Locke, afectada por la promiscuidad y los problemas de su pareja. Antes de dejar al actor, sin embargo, Locke lo demandó por fraude y para solicitar una pensión alimenticia.

La separación de Locke no pareció afectar mucho a Eastwood, concentrado en dar rienda suelta a su incontenible frenesí carnal e incrementar su lista de amantes de forma exponencial. En un solo año, 1989, se le atribuyen amoríos con las actrices Dani Crayne, Jane Cameron, Barbra Streisand, Sonia Braga y con la modelo Barbara Minty (viuda de Steve McQueen). Hasta 1995 salió, además, con Frances Fisher, coprotagonista de Pink Cadillac y madre de Francesca, la siguiente hija del actor.

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Con ocho basta. Eastwood tiene ocho hijos reconocidos de seis madres diferentes. Aquí, junto a seis de ellos, Dina Ruiz, su segunda esposa y madre de Morgan (de negro frente a ella); y Frances Fisher (con chaqueta de cuero), amante del actor por seis años y madre de Francesca (con vestido de tirantes).

Llegó entonces Dina Ruiz, 35 años menor y la segunda mujer a la que decidió dar el «sí quiero». Presentadora de televisión, ella y Eastwood se conocieron en un plató, cuando ella lo entrevistó en 1993. Se los vio juntos dos años después, en un torneo de golf, y en enero de 1996 anunciaron su compromiso. Meses más tarde nacería su hija Morgan. Estuvieron juntos casi veinte años, aunque Ruiz reveló poco antes del final que habían vivido separados durante mucho tiempo.

Eastwood, por lo visto, había proseguido con sus conquistas extraconyugales. Se le relacionó entonces con, al menos, otras tres mujeres: Marisa Berenson, actriz a la que dirigió en Cazador blanco, corazón negro; Jean Grace, la mujer que lo sustituyó el frente de la alcaldía de su pueblo, Carmel; la fotógrafa Erica Tomlinson-Fisher y, finalmente, Christina Sandera, a la que conoció siendo esta empleada de un restaurante propiedad de Eastwood en Carmel.

Y con Sandera sigue hasta hoy: él con 93 años, ella con 58. Y en la década que llevan juntos no se le han conocido a Eastwood nuevos amoríos. Suenan a veces rumores de boda, pero quien sabe, ¿sentará finalmente la cabeza?