Libre de derechos de autor
Libre de derechos de autor
Viernes, 24 de Enero 2025, 13:32h
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Los recovecos legales de los iconos pop son inescrutables. Sobre todo, si dan mucho dinerito. Como Popeye, cuya imagen ya se puede utilizar sin autorización ni pago alguno, pues sus derechos patrimoniales acaban de expirar. El fornido marinero cumple 96 años desde su creación, el periodo fijado en Estados Unidos para proteger los derechos de autor.
Eso sí, solo se puede utilizar su versión más antigua, lo que significa que nadie podrá sacar partido de sus espinacas, ya que estas llegaron al cómic años más tarde. En las primeras apariciones de 1929, cuando Elzie Segar lo incluyó como personaje secundario en la tira cómica Thimble Theatre del New York Evening Journal, Popeye conseguía su fuerza sobrehumana a través de una gallina mágica llamada Bernice.
Pero el éxito de aquel marinero tuerto y cachas, con tatuajes de anclas y una pipa en la boca como seña de identidad, fue tal que Popeye terminó siendo el protagonista y comiendo espinacas para conseguir una superfuerza que le hacía vencer a todos sus enemigos. Es más, la influencia de aquel personaje fue tan grande que, entre 1931 y 1936, el consumo de esta verdura subió en Estados Unidos un 33 por ciento.
Lo curioso es que aquel superpoder que se le atribuía a las espinacas fue, en realidad, fruto de un error. Con una población estadounidense sumida en plena crisis social y económica por la Gran Depresión del 29 y con unos índices altísimos de pobreza y anemia, sus creadores se propusieron impulsar el consumo de espinacas, dada su enorme cantidad de hierro. El problema es el químico que midió el contenido de hierro de las espinacas por primera vez en 1870, el alemán Erich von Wolf, se había equivocado poniendo la coma donde no correspondía y los 0,35 miligramos por cada 100 gramos reales se acabaron convirtiendo en 3,5 miligramos por cada 100 gramos, es decir, diez veces más.
La equivocación de aquel químico fue corregida en 1937 pero, para entonces, el dibujo animado ya había cobrado vida, la idea de la fortaleza que proporcionaba la verdura ya había calado y la Cámara de Productores de Espinacas de Estados Unidos que estaba detrás de aquella campaña consiguió el primer éxito de branded content de la historia.
En cuanto a la inspiración que llevó a Elzie Segar a crear a aquel tipo forzudo y un poco huraño, las fuentes más cercanas al dibujante cuentan que Popeye está basado en su vecino. Se llamaba Frank Fiegel, pero le apodaban Rocky y era un marinero polaco que residía en el mismo barrio de Illinois (Estados Unidos) donde vivía Segar. Fumador empedernido de pipa, con una barbilla prominente y muy aficionado a participar en peleas a puñetazo limpio, Rocky también tenía un ojo ligeramente cerrado. Aquel hombre, que se había metido en tantas refriegas que se había convertido en una leyenda local, era al mismo tiempo un tipo amable y cariñoso.
También ha trascendido la historia de que la imagen que se fue formando de Popeye a lo largo de los años tiene mucho del marinero de la Royal Navy, con pipa y un ancla cosida en la camisa, que un fotógrafo británico inmortalizó con su cámara a bordo del HMS Rodney, un acorazado construido en el periodo de entreguerras que participó en la Segunda Guerra Mundial y que desempeñó un papel importante en el hundimiento del acorazado alemán Bismarck.
Bien fuera su vecino o bien aquel marinero de la foto los que le inspiraron, lo cierto es que Segar creo un personaje con tal carisma que acabó convertido en una celebrity del cómic, que pronto dio el salto a la gran pantalla en formato animado. Fue el 14 de julio de 1933 en la película Popeye the Sailor (Popeye el marino), producida por Fleischer Studios y distribuida por Paramount Pictures, en la que también se introdujo la canción con la que todos lo identificamos: I'm Popeye the Sailor Man (Popeye el Marino soy).
Después de que Paramount asumiera el control de los estudios Fleischer en 1942, continuaron produciendo los cortometrajes de Popeye hasta 1957. Más tarde, se crearon dibujos animados de Popeye para televisión entre 1960 y 1962 por King Features Syndicate; y entre 1978 y 1988 por Hanna-Barbera Productions.
Cómics, series para televisión, programas de radio, películas, videojuegos y hasta retratos de artistas como Andy Warhol y Roy Lichtenstein. El impacto de Popeye en la cultura popular ha sido tan grande que muchos lo considera un precursor de los superhéroes que posteriormente dominarían los cómics.
Ahora, libre ya de derechos de autor, solo queda esperar para ver cómo evolucionará el marinero tuerto. De momento, lo primero que se le ha ocurrido a la industria para celebrarlo es convertirlo en un asesino de adolescentes en la película Popeye the slayer man, una historia de terror que llegará a los cines este mismo año. ¿De verdad era necesario?