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Desayuno de domingo con... Laura Londoño: «Lloraba al llegar a casa por MasterChef, pero la adrenalina me hacía luchar para que no me echaran»

Medellín, 1988. Soy una actriz colombiana que se dedica también a otras cosas: a veces canto o hago modelaje y ahora soy la ganadora de 'MasterChef Celebrity 8' y estoy superfeliz.

| Javier Ocaña.

Viernes, 22 de Diciembre 2023

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Estudió Arquitectura e hizo cursos de arcilla, pintura y cerámica; de canto, música, piano y ballet; tres más de actuación; trabajó como modelo…

Laura Londoño. Tenía que haber nacido en el Renacimiento [ríe]. Nací en la época equivocada. Lo que me apasiona es dedicarme a estudiar.

XL. ¿Suspendió alguna vez en algo?

L.L. ¡Jamás! A veces me llamaban la atención por rebelde y contestona; pero, por notas, nunca jamás.

XL. ¿Cómo son sus padres?

L.L. Vengo de una familia de ingenieros y mi mamá es abogada. Por eso al inicio me incliné por la Arquitectura: unía mi pasión por el arte con esa tradición por los números y las matemáticas.

«No se me daba la cocina, pero soy terca, muy intensa y hago cuanto está en mi mano para hacerlo muy bien. Compenso la falta de confianza con mucho estudio»

XL. En su país es muy famosa, pero aquí solo la conocíamos por la telenovela Café con aroma de mujer. La sorpresa fue que ganara a tantos VIPS patrios en MasterChef.

L.L. Quienes me conocen dicen que sabían que ganaría, aunque yo no lo tenía tan claro. Pero soy terca, muy intensa y hago cuanto está en mi mano para hacerlo muy bien. Compenso la falta de confianza con mucho estudio.

XL. Pasó de «quemar hasta el agua» (lo dijo de ella su madre) a elaborar unos platos «de una complejidad apabullante nunca vista antes en MasterChef» (lo reconocieron los jueces del programa).

L.L. Es verdad: no se me daba la cocina, pero, al saber que concursaría en España, pasé dos meses preparándome intensamente en mi país. Sufrí mucho largas horas de trabajo y sacrificio para llegar al concurso con cara de que esto era lo más normal para mí [ríe].

XL. ¡Un amor propio a prueba de bombas!

L.L. Sí, para mí esto era un juego muy serio; como la vida, que también lo es. Cocinar con los mejores chefs del mundo es el mayor regalo que me ha podido hacer MasterChef.

XL. Los piques entre compañeros rozaban a veces la mala educación, ¿cómo lo llevó?

L.L. Al principio no sabía de qué iba Jesulín, pero me daba mucho juego y se lo agradecí un montón. Luego nos íbamos a reír juntos. Yo los quiero a todos y hemos hecho buenas migas. Con Jesulín y su esposa nos hemos encontrado después en casa de Blanca (Romero), y Jesús nos preparó un desayuno muy rico a todos.

XL. Pocos concursantes reconocen haber disfrutado durante el concurso, aunque al final todos aseguran salir 'renovados'.

L.L. Es verdad que lloraba cada día al llegar a casa, pero me generaba a la vez tal adrenalina que no quería que me echaran. Es una experiencia tremenda: te sacude a nivel físico y mental como ningún otro trabajo lo hizo antes.

«Una rebanada de pan de semillas con rodajas de aguacate y un huevo poché. Zumo de naranja, manzana verde y roja, fresas... y flores comestibles: me inspiran».